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Es buen agüero 'advertencia hemisférica' de Obama

Al incursionar en México y a la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Barack Obama ha logrado en proyectar una nueva actitud estadounidense – y…

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Al incursionar en México y a la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Barack Obama ha logrado en proyectar una nueva actitud estadounidense – y dirección en cuanto a políticas – para sus relaciones con América Latina.

Los viajes fueron precedidos por acciones tomadas referente a políticas legislativas.

Su estadía de un día y reunión con el presidente Felipe Calderón en la Ciudad de México el 16 de abril, cuya intención fue mostrar solidaridad con la lucha de aquel país contra los carteles de narcotraficantes.

Durante el mes que precedió la llegada de Obama a la Ciudad de México, secretaria del Departamento de Estado, Hillary Clinton había reconocido que los Estados Unidos comparte la responsabilidad por el conflicto con base en la demanda incontrolada de drogas ilícitas en EE.UU., y por la provisión de armas a los carteles.

A mediados de marzo, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, anunció una iniciativa para movilizar a más equipos de aplicación de la ley en la frontera al multiplicar el número de analistas de inteligencia que funcionan en la frontera y aumentando la revisión de vehículos que entran a México.

Justo antes que partiera Obama para México, nombró a Alan Bersin “zar de la frontera”.  El anterior fiscal federal para San Diego y luego superintendente de escuelas allí, Bersin a mediados de los años noventa estaba a cargo de implementar “Operation Gatekeeper”, la cual fortificó la entrada al país de aquella región. La medida efectivamente transfirió la inmigración ilegal a cruces peligrosas de la frontera más al este.

Bersin, quien habla español, se convierte en la persona punta de la administración para la inmigración ilegal y la violencia de los carteles en la región fronteriza.

Llamando la visita ‘protocolar’, TheNews.com de la Ciudad de México citó al diputado del Partido de Acción Nacional (PAN), Cristián Castaño diciendo que “Todas las señales que hemos recibido del presidente Obama indican que él quiere establecer una nueva relación”.

Después de reunirse con el presidente de México, Felipe Calderón, Obama anunció que pensaba apoyar un tratado de armas interamericano cuyo objetivo sería luchar contra el comercio de narcóticos. El tratado, adoptado por la Organización de Estados Americanos, lo firmó en 1997 el presidente Bill Clinton, pero nunca lo ratificó el Senado de los Estados Unidos.

Estando Obama en México, antes de partir para la cumbre, Raúl Castro reaccionó frente al deshielo en las relaciones proveniente del anuncio de la Casa Blanca que la administración rescindiría las restricciones sobre ciudadanos estadounidenses que viajaran a visitar a familiares y sobre las remesas que llegan a Cuba. Al asistir a reuniones en Venezuela, dijo Castro, estamos abiertos, cuando ellos quieran, a discutirlo todo --- derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos – todo, todo, todo lo que quieran discutir”.

El presidente cubano asistía a una reunión de presidentes de izquierda latinoamericanos, patrocinado por el presidente antagónico Hugo Chávez de Venezuela. El anuncio de los Estados Unidos y la respuesta de Castro aligeró la tensión que se anticipaba en la cumbre sobre invitar a Cuba a volver a hacerse miembro de la OEA, de la cual Cuba fue expulsada en 1962. La reintegración de Cuba sólo se podrá considerar si el gobierno cubano u otro grupo de los países miembros de la OEA lo solicita.

En 1998, México llevó una iniciativa para formar un “grupo de amigos” para reintegrar a Cuba en la OEA. El embajador de Canadá, Lloyd Axworthy, había dicho que la propuesta era una buena idea. Los Estados Unidos se ha aislado cada vez más al mantener excluida a Cuba durante medio siglo de la comunidad de las naciones americanas.

Durante la cumbre, Obama les dijo a los dirigentes durante la ceremonia de apertura, “Los Estados Unidos busca un nuevo comienzo con Cuba”. Secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, puso en claro que los Estados Unidos no está abandonando el exigir que Cuba tome pasos concretos hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos. Presidente de la OEA, José Miguel Insulza dijo que les pediría a las 34 naciones miembros de la OEA a anular la resolución de 1962 en mayo para invitar a Cuba a volver a unirse.

Al concluir las reuniones, Obama habló de “lanzar una nueva era de asociaciones”. Dijo que podía ver “posibles señales positivas” de mejores relaciones con Cuba y Venezuela.

Agregó, “la prueba para todos nosotros no son simples palabras, sino obras”.

[José de la Isla, cuyo último libro Day Night Life Death Hope, lo distribuye la Fundación Ford, redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service. También es autor de The Rise of Hispanic Political Power (2003). Comuníquese con él a: [email protected]].

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