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"Quiero marcar mi camino, soy el 'Pato' Cabrera"

A sus 39 años, y sin mayores expectativas de triunfo, el argentino Ángel Cabrera se convirtió en el primer latinoamericano" en ganar el Masters de Augusta.

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“El Pato” Cabrera sumó su segundo título de Grand Slam, después de haber conseguido el Abierto estadounidense de 2007.

 

La bandera albiceleste argentina dejó el pasado domingo un espacio al verde, el color de la chaqueta más famosa del golf mundial que ganó, tras un desempate épico, Ángel Cabrera en el Augusta National, el campo emblemático del estado de Georgia (EE.UU.).

El golfista argentino Ángel Cabrera, vencedor del Masters de Augusta, dijo que su triunfo "sirve para los que antes habían dicho que haber ganado el US Open en 2007 era una casualidad" y afirmó que ahora irá "por el tercer título".

"Nunca me metí en un gimnasio ni tuve un preparador físico y acá estoy, gané dos Majors y sigo disfrutando de lo que hago", enfatizó el deportista cuya imagen ilustró esta semana la portada de los principales diarios de Argentina.

El 'Pato' Cabrera, campeón en 2007 del Open de los Estados Unidos, ganó el domingo el torneo disputado en el estado de Georgia tras un desempate frente a los locales Kenny Perry y Chad Campbell.

En declaraciones a la radio bonaerense Mitre, sostuvo que "en el golf nada está definido hasta el final" y enfatizó que ni siquiera vio peligrar sus posibilidades de ganar en Augusta cuando en el hoyo 12 quedó a tres golpes del entonces líder, Perry.

"Quiero marcar mi camino, soy el 'Pato' Cabrera. Pero no superé a nadie, simplemente hago lo mío", puntualizó en cuanto a las comparaciones con su compatriota Roberto De Vicenzo, a quien definió como "el máximo ganador de todos los tiempos".

"Si la gente lo ve de esa manera, entonces Cabrera es mucho mejor que yo. Soy argentino y tiro siempre para mi país", enfatizó el propio De Vicenzo, quien en declaraciones al diario La Nación dijo que el triunfo del 'Pato' es "un hito que emociona a cualquiera".

El diario argentino La Nación publicó en su primera plana "un día glorioso para el golf argentino", mientras que Clarín destacó que hay "un argentino en la cumbre del golf" y sostiene que Cabrera "es el primer latinoamericano" vencedor del Masters de Augusta.

"El Maradona del golf", asegura el diario deportivo Olé antes de señalar que Cabrera "escaló 51 puestos en el ránking mundial para quedar decimoctavo" y reseñar que, como el astro futbolístico, "Ángel también arrancó de abajo".

El sastre del selecto club sureño rebuscó en su armario para encontrar la talla más grande de cuantas Chaquetas Verdes posee. Cabrera, de 39 años, volvió a colocar al golf argentino en el lugar más alto ante el Senado de este deporte en norteamérica. El surafricano Trevor Immelman colocó la chaqueta de campeón sobre el corpachón de Cabrera, el hombre más feliz en Augusta.

"El Pato" Cabrera sumó su segundo título de Grand Slam, después del citado Open estadounidense de 2007, y certificó el tercer 'major' en la historia del golf argentino tras el conquistado en 1967 por Roberto de Vicenzo (Open Británico).

Perry, undécimo del mundo, posiblemente perdió su último tren. Cabrera frustró su sueño de conseguir el primer Grande, después de que en 1996 se quedara a las puertas de conquistar el US PGA (también en un desempate), así como convertirse, a sus 48 años, en el golfista más viejo de la historia en conquistar un título de Grand Slam.

La jornada final no defraudó. Fue intensa, emocionante, cambiante por la gran remontada de Phil Mickelson y Tiger Woods, ambos a siete golpes de la cabeza en el inicio y compartiendo un partido que reventó las audiencias televisivas. Y absolutamente de infarto por el mencionado desempate con final feliz para el golf argentino.

Perry, que partió como líder junto a Cabrera, jugó paciente, con los riesgos justos, marcando de cerca a su compañero y sin despeinarse ante la exhibición de Mickelson, el segundo jugador del mundo, que a la postre tiró realmente el torneo.

Mickelson igualó el récord de anotación del Masters en los primeros 9 hoyos (Miller, Choi y Greg Norman), con 30 golpes. El zurdo de San Diego se metió así en la pelea.

Tiger, por su parte, no se arredró y un "eagle" en el hoyo 8 aceleró también sus prestaciones.

Pero el mejor zurdo del mundo, convertido en hombre bala en la jornada final de Augusta, se estrelló con un doble "bogey" en el hoyo 12 y falló, después, dos 'putts' cruciales y francos, en el 15 para "eagle" y en el 17 para "birdie". Esos cuatro golpes perdidos frustró el inmenso trabajo de Mickelson (67 golpes) por enfundarse su tercera Chaqueta Verde.

Tiger, por su parte, cedió con sendos "bogeys" en el 17 y 18. El torneo pasó a ser un pleito entre Perry, Cabrera y Chad Campbell, este último insistente atravesado el ecuador de la ronda final.

Cabrera pagó caro su exceso de conservadurismo y marcaje de sus rivales, aunque a partir del hoyo 15 apretó el acelerador e igualó con Perry gracias a dos "bogeys" de éste en los hoyos 17 y 18.

"Este es el momento más feliz de mi vida en el golf. Roberto de Vicenzo, cuando gané el Open USA, me dio una foto con el saco verde y me dijo que algún día sería mía", comentó Cabrera ante las cámaras de televisión norteamericanas.

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