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Cuadrilátero aleja a jóvenes de la delincuencia

Distritos de Texas buscan alejar a alumnos de delincuencia a través del boxeo.

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Todas las tardes un sinnúmero
de niños de vecindarios con altos índices de criminalidad se sube al
cuadrilátero a practicar el pugilismo gracias a programas educativos
que tratan así de motivarlos y alejarlos de malas compañías.

Uno de ellos es el Distrito Escolar de Fort Worth (FWISD), que
inició esta clase de actividades para sus alumnos hace años en
varias escuelas donde se imparte instrucción primaria y secundaria.

Según Joe Hidrogo, instructor y entrenador de pugilismo en FWISD,
los niños practican de dos a tres días por semana y para participar
en torneos y pelear dentro de su categoría existe un requisito
obligatorio: tener siempre buenas calificaciones.

"De lo contrario no pueden disputar sus peleas y para la gran
mayoría de los niños resulta indispensable competir porque practican
duro por meses", asegura Hidrogo, quien además administraba un
gimnasio de pugilismo en el sureste de Fort Worth, una de las zonas
más peligrosas de esta ciudad.

De acuerdo con Hidrogo, su gimnasio llamado "Round One" era la
única alternativa extra curricular que existía en esa área para los
estudiantes, pero la actual situación económica lo obligó a cerrar
sus puertas y dejar a muchos niños sin una distracción que los aleje
de las drogas y las pandillas.

"Un gran porcentaje de los estudiantes que llegan a estos
programas tiene alguna clase de problema. Padres divorciados o
detenidos por algún delito o pertenecen a familias que son separadas
por su estatus migratorio", agrega Hidrogo, con 25 años de
experiencia en el deporte de los puños.

Aunque Round One no cuenta actualmente con un local físico,
decenas de adolescentes cambian sus uniformes escolares por los
guantes y los pantalones cortos para asistir a los programas extra
curriculares en algunas escuelas o en la casa de Hidrogo, donde ha
acondicionado lo esencial para que los menores practiquen.

De los 125 niños aproximadamente que practicaban en el gimnasio,
el 10 por ciento competía a nivel estatal. Hoy día sólo lo hacen
cinco menores y quizás es por eso que a Hidrogo le preocupa el
futuro de estos niños.

"Los políticos nos felicitan por nuestra labor, lo mismo que los
padres de familia y las autoridades escolares. Sin embargo, no hay
fondos para abrir nuevamente un lugar donde los chicos puedan
practicar su deporte favorito", sostuvo Hidrogo.

Jesús Jáuregui tiene 15 años de edad y desde hace tres practica
el boxeo. Ya tiene tres peleas disputadas de las cuales ha ganado
dos y perdido una. Su sueño más grande es ser campeón mundial y
tener dinero para comprarle una casa a su madre.

"Quiero que ella y mi papá se sienten orgullosos de mí, que me
vean en la televisión y que sientan que tienen a un hijo famoso",
comentó Jesús, quien cursa el noveno grado de secundaria.

Cada seis semanas, él y sus demás compañeros deben mostrarle a
través de sus libretas de calificaciones que están bien en el
colegio. De lo contrario, tienen dos opciones: o buscan un tutor
para superar sus notas académicas o simplemente dejan de practicar
el boxeo.

Otro de los sistemas escolares que mantiene un programa similar
de pugilismo para los estudiantes es el Distrito Escolar
Independiente de Garlad, ubicado al norte de Dallas.

Contrario al FWISD donde los estudiantes reciben clases en sus
propias escuelas, en Garland los menores deben asistir a la sede del
gimnasio del departamento de policía de esa ciudad.

Según David Swavey, teniente de policía y uno de los creadores
del programa extra curricular en 1995, han tenido tanto éxito y
popularidad que se han visto obligados a limitar el cupo de
participantes.

"Desde entonces hemos tenido a cientos de pupilos que han logrado
ganar sus respectivas categorías en los torneos estatales y
nacionales más importantes y muchos de ellos ya han debutado como
profesionales", señaló Swavey.

"Todo empezó para incentivar a los miembros de pandillas a que
abandonen la actividad delictiva y en su lugar practiquen un
deporte. Primero fueron seis niños, ahora hay más de 90 por
temporada", agregó el oficial.

Hace tres años, Swavey y sus colegas inauguraron una academia de
kárate con la misma intención; darles una oportunidad a los niños
para que no elijan el camino delictivo. Hoy en día ese programa se
mantiene con 45 niños al año.

Para muchos de estos estudiantes, el boxeo significa mucho más
que eso, porque simboliza un posible medio de vida a través del
profesionalismo, aunque por ahora sea un sueño difícil de alcanzar.

Aunque José Juan Mill acaba de cumplir 10 años de edad, tiene
bien claro que debe trabajar duro para lograr su mayor anhelo: ser
como Floyd Joy Mayweather Jr., uno de los pesos medianos más
completos.

Para él, el boxeo es un deporte que combina disciplina, agilidad
y garra, "tres buenas cualidades que me ayudarán a ser un campeón".

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