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¿Aumento de tropas en Irak?

Pentágono propone invertir más en aumentar tropas y menos en armamento grande.

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El jefe del Pentágono, Robert Gates.

EE.UU. reajustará sus prioridades
militares para el período fiscal 2010, con más dinero para aumentar
tropas y mejorar la lucha contra insurgentes pero menos para
armamento grande, dijo el lunes el jefe del Pentágono, Robert Gates.

El presidente Barack Obama ha ofrecido para el año fiscal que
comienza el 1 de octubre un presupuesto militar de 534.000 millones
de dólares que, si se toma en cuenta la inflación, no representa un
aumento sobre el período fiscal anterior.

Los fondos pedidos para las guerras en Irak y Afganistán
ascienden a 130.000 millones de dólares, comparado con una
asignación de 136.000 millones en el período fiscal 2009, que
concluye el próximo 30 de septiembre.

El gasto militar de Estados Unidos se ha multiplicado a casi el
doble desde los ataques terroristas de septiembre de 2001.

Desde entonces, el presupuesto del Gobierno de EE.UU. ha crecido
casi un 90 por ciento, hasta los 3,55 billones de dólares
solicitados por Obama para el año fiscal 2010.

"Estados Unidos debe reequilibrar sus fuerzas y sus capacidades
militares para hacer frente a las guerras del presente y a las del
futuro", dijo Gates, quien hoy envió al Congreso los detalles de su
plan.

En términos generales, el reajuste de prioridades implica la
reducción de gastos en algunos sistemas de armamento más costosos y
el énfasis en más soldados del Ejército y la Infantería de Marina.

Gates propone que el Congreso eleve el contingente del Ejército
de tierra autorizado por el Congreso de los actuales 498.000 a
547.000 soldados.

También un aumento de 178.000 a 202.000 en el contingente
autorizado de la Infantería de Marina y congelar en sus cifras
actuales los de la Marina y la Fuerza Aérea.

Estos cambios, explicó Gates, requerirán unos 11.000 millones de
dólares y comprenden una inversión mayor en el cuidado médico de los
soldados y de sus familias.

Según Gates, el Pentágono buscará un aumento en las capacidades
para la recolección de inteligencia, el uso de aviones robots para
espionaje y ataques, y más helicópteros para el Ejército, así como
un incremento en las de transporte aéreo de las Fuerzas Especiales y
de los buques de asalto anfibio y embarcaciones rápidas.

Al mismo tiempo, se pondrá fin al programa de compras de aviones
C-17 Globemaster, un aparato de carga y transporte estratégico
fabricado por McDonnellDouglas/Boeing con un costo unitario de unos
218 millones de dólares.

Otro programa cuyo fin Gates anunció hoy es el del avión de
combate F-22 Raptor cuando se llegue a la cifra de 187 de esos
aparatos de Lockheed Martin adquiridos por el Pentágono.

Asimismo, adelantó la cancelación de los programas con la misma
firma del helicóptero presidencial VH-71 y de un nuevo satélite de
comunicaciones para la Fuerza Aérea.

"Tenemos que cambiar la forma en que compramos y tenemos que
cambiar qué es lo que compramos", dijo Gates.

El presidente Obama ha señalado que urge una reforma de todo el
sistema de adquisiciones del Pentágono, famoso porque sus gastos
exceden generalmente su presupuesto.

Si el Congreso aprueba las recomendaciones del Pentágono, "ellas
reformarán profundamente la forma en que este departamento hace sus
negocios", sostuvo Gates.

En buena medida, el rumbo que señala el primer presupuesto del
Gobierno de Obama para el Pentágono sigue la orientación marcada
desde 2001 por el predecesor de Gates, Donald Rumsfeld.

Rumsfeld advirtió en su momento que EE.UU. debía pasar de una
fuerza militar orientada a confrontar Estados a una capaz de
desplazamientos rápidos para el combate contra grupos irregulares.

Una diferencia crucial, sin embargo, entre el enfoque de Rumsfeld
y el que ahora expresa Gates es que el Pentágono se prepara para
guerras prolongadas, que requerirán contingentes mayores de soldados
en el terreno y un gasto mucho mayor en el sustento de esas tropas y
sus familias.