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La pregunta del millón: ¿habrá una moratoria a las redadas?

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, está decidida a castigar a los empleadores que se lucran de la mano de obra indocumentada, mientras se…

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Desde que asumió el cargo, Napolitano ha concedido varias entrevistas a los medios de comunicación, pero no ha soltado prenda sobre los cambios que se avecinan respecto a las redadas en los sitios laborales.

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, está decidida a castigar a los empleadores que se lucran de la mano de obra indocumentada, mientras se esperan cambios respecto a las redadas, con ocasión de su viaje a México.

Napolitano, ex gobernadora del estado fronterizo de Arizona, que viajó al suroeste de Estados Unidos y México para analizar, entre otros temas, la espiral de violencia derivada del narcotráfico en la frontera común.

Mientras, la pregunta del millón que se hace la comunidad latina es si, tal como lo reclaman grupos pro-inmigrantes de todo el país, Napolitano anunciará una moratoria a las redadas que inevitablemente separan a las madres de sus hijos, aún los nacidos en Estados Unidos.

Bajo la presidencia del demócrata Barack Obama, 28 indocumentados fueron arrestados en una redada en Bellingham (Washington) el pasado 24 de febrero pero, molesta porque no fue alertada, Napolitano ordenó una investigación del incidente.

Los que no fueron deportados quedaron en libertad la semana pasada, pero la investigación continúa.

Napolitano está muy consciente de que se encuentra en la posición nada envidiable de caminar en campo minado.

Las redadas, que atraparon por miles a los extranjeros clandestinos bajo la presidencia de George W. Bush, han causado la repulsa de líderes religiosos, cívicos y comunitarios.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, ha llegado incluso a tachar los operativos como una acción "anti-estadounidense", y muchos le dan la razón.

Pero, polarizado como está el país en materia de inmigración, las redadas también han sido causa de celebración de grupos conservadores que exigen acciones contundentes contra la inmigración ilegal.

De hecho, estos grupos creen que la narcoviolencia en México es otro argumento irrefutable para sellar la frontera sur.

Desde que asumió el cargo, Napolitano ha concedido varias entrevistas a los medios de comunicación, pero no ha soltado prenda sobre los cambios que se avecinan respecto a las redadas en los sitios laborales.

El Gobierno de Obama ha dicho que busca eliminar los "incentivos" para el cruce ilegal desde la frontera sur y para combatir a los empleadores "sin escrúpulos", pero también ha expresado su apoyo por una reforma migratoria que, con ciertos requisitos, permita la legalización de la población indocumentada.

El problema eterno es cómo frenar la inmigración ilegal, aunque los líderes demócratas hispanos están confiados de que "pronto" se anunciarán los "principios legislativos" para una eventual reforma.

Mientras, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revisa en la actualidad las políticas relacionadas con el arresto, detención y eventual deportación de extranjeros "sin papeles".

Fuentes anónimas del DHS han dicho a la prensa en días recientes que se emitirán guías, tan pronto como esta semana, para redirigir el enfoque policial a los empleadores que contratan indebidamente a los indocumentados.

De ser así, se trataría de un cambio de 180 grados, ya que el DHS estaría apuntando sus armas a las empresas y no contra los trabajadores sin papeles.

También está pendiente lo que ordene Napolitano respecto al controvertido programa "287g", que permite a la policía local colaborar con los agentes federales en materia de inmigración.

En todo caso, sería poco realista pensar que el DHS, siendo una agencia encargada de hacer cumplir las leyes, de repente cese las redadas.

"De lo que se trata es de la aplicación sensata de las leyes de inmigración, porque lo que se ha venido haciendo no ha hecho mella en el maltrecho sistema de inmigración", dijo  Douglas Rivlin, portavoz del Foro Nacional de Inmigración.

"En vez de redadas aleatorias e indiscriminadas, deberían centrar los escasos recursos del DHS en los verdaderos criminales que amenazan la seguridad nacional. Son asuntos muy complejos y Napolitano tiene que encontrar el equilibrio perfecto", puntualizó. 

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