Jóvenes de entre 15 y 24 años victimas de violencia dejaran de recibir asistencia psicológica del programa Pennsylvania Injury Reporting and Intervention System (PIRIS) debido a los recortes estatales.

El programa funciona con un presupuesto de $1.3 millones y se encuentra actualmente atendiendo a 31 jóvenes.

Según Scout Charles, coordinador de enlace del departamento de traumas en el Hospital de Temple el gobernador ha tenido que tomar decisiones difíciles, entre ellas, cerrar este programa.

“Ser victima de violencia te deja una crisis existencial, es una de las situaciones más paranoicas sentir que alguien te quiere matar y ahora no tendremos lugar en donde atender a estos chicos”, dijo Charles.

Vea cómo lo reportó el Inquirer.