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El samurái en EEUU

Después de haber conseguido todo lo que se propuso en su país,Ichiro decidió que era el momento ideal para mostrar su talento en el béisbol de la Grandes Ligas.

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Después de haber conseguido todo lo que se propuso en su país,Ichiro decidió que era el momento ideal para mostrar su talento en
el béisbol de la Grandes Ligas en Norteamérica, lugar al que
arribaría el 9 de noviembre del 2000 para hacer parte del aún sigue
siendo su único equipo en las Mayores, los Marineros de Seattle.

Aunque tenía una nueva 'armadura' y se alistaba para entrar a un
'campo de batalla' diferente, el japonés no se amilanó y, por el
contrario, mostró la fortaleza mental y espiritual de un verdadero
samurái y sus habilidades se hicieron notorias desde el inicio.

Ichiro, hombre de pocas palabras, tenía la responsabilidad de ser
el primer jugador de su país en actuar en una posición de campo en
las Grandes Ligas y no defraudó. En su primera campaña bateó 242
imparables, la máxima cifra para un bateador desde la temporada de
1930, lideró la liga en promedio ofensivo (.350) y robó 56 bases.

Desde entonces, Ichiro se ha consolidado cono un estandarte de
las Grandes Ligas y en su posición de jardinero derecho. Ha ganado
ocho 'Guantes de oro' por su gran capacidad defensiva, es el único
en la historia en sumar ocho temporadas bateando por encima de los
.300 y pulverizó uno de los registros más codiciados de las Mayores,
el de total de imparables, al conseguir 262 en la temporada 2004.

También en 2001, su primer año en las mayores, fue elegido como
'Jugador Más Valioso' de la Liga Americana, ganó el galardón al
'Novato del año', el campeón de bateo, que también logró en 2004, ha
sido nominado al 'Partido de las Estrellas' durante sus ocho
campañas y fue el 'Más Valioso' del mismo encuentro en 2007.

No obstante, a pesar de lograr todos estos premios y
reconocimientos, para Ichiro lo más "gratificante" de su carrera ha
sido los dos títulos del Clásico Mundial con su país en 2006 y el
del lunes, en gran parte gracias un imparable suyo en la décima
entrada que impulsó las dos carreras de la victoria ante Corea del
Sur, con lo que el último samurái sigue ampliando su leyenda.