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No les quieren entregar el cuerpo, les quieren mandar las cenizas

Joanne Figueroa murió en la cárcel hace siete meses y su familia acaba de enterarse. 

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Joanne Figueroa dejó a seis hijos, cuatro de ellos viven con su familia en el norte de Philadelphia, mientras que dos más están en costa rica con su padre.

Joanne Figueroa murió en julio del 2008 en la cárcel del condado Hudson pero su familia en el norte de Philadelphia se enteró siete meses después.

“Vinieron a mi taller dos detectives de allá y me dijeron que Joanne había vomitado sangre y que le había dado un paro cardiaco fulminante, que había muerto en el hospital”, dijo Carmen Meléndez, tía de Figueroa.

Después los detectives, a quienes identificó como Steven Krywinski y Sam Santiago, le pidieron identificara el cuerpo en unas fotos que traían con ellos.

Ella firmó las imágenes indicando que se trataba de su sobrina y después le dijeron que hablara al condado.

“Hablé con Judith Capella. Ella me dijo que ellos podían ayudarme con $1.000 si quería cremar el cuerpo y ellos me enviarían las cenizas”, dijo.

Pero la familia prefirió recuperar el cuerpo y fue entonces que la situación se tornó más extraña.

A través de un artículo en internet, los familiares de Figueroa se enteraron que ella había muerto en la cárcel del condado bajo la supervisión de una de las guardias de seguridad.

De acuerdo a dichos reportes, Figueroa fue arrestada por prostitución y al parecer estaba enferma, pero nunca recibió la atención médica que necesitaba.

El incidente provocó cuestionamientos hacia la administración de la cárcel y sus métodos para atender emergencias, de acuerdo a dichos reportes.

Sin embargo el tema no pasó de eso. No hubo investigación y nadie se hizo responsable de la muerte.

El fiscal asistente del condado Hudson, Gaetano Gregory, reconoció que tenían conocimiento de lo que pasó pero que no se investigó porque no se trató de un homicidio.

También la administración del condado reconoció el hecho pero dijo que no se había hecho una indagatoria sobre la autopsia de Figueroa en el otoño del 2008, pero no una investigación por las circunstancias en que se dio su fallecimiento.

Con esta información, la familia de Figueroa exigió no sólo el cuerpo sino los resultados de la autopsia y los reportes de la cárcel y arresto, demanda para la que no han recibido respuesta.

“Nosotros queremos que alguien nos ayude a traer el cuerpo de mi sobrina de vuelta”, dijo Meléndez.

Las diferentes llamadas hechas a autoridades del condado no fueron contestadas hasta el cierre de esta edición.