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La última esperanza para los propietarios en apuros

El plan hipotecario del presidente Barack Obama espera ayudar a nueve millones de dueños de viviendas amenazados por la crisis.

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Según la Casa Blanca, el fondo ayudará a aquellos que se comprometan a pagar una cantidad razonable a conservar sus hogares.    AP

El plan de 75.000 millones de dólares, más ambicioso de lo que se anticipaba en un principio, cuando se hablaba de una dotación de 50.000 millones de dólares, tiene como objeto permitir que hasta nueve millones de propietarios afectados por la crisis puedan reestructurar sus hipotecas y/o evitar las ejecuciones de sus préstamos.

Según Obama, una parte se destinará a ayudar a “propietarios responsables”, dueños de viviendas que quisieran modificar en su beneficio los términos de sus hipotecas, pero que actualmente no pueden hacerlo porque sus casas han perdido valor.

Este grupo, según la Casa Blanca, alcanzaría entre los cuatro y los cinco millones de personas.

Otra parte se destinaría a ayudar a entre tres y cuatro millones de personas que, debido a la recesión, tienen problemas para pagar sus cuotas de la hipoteca cada mes, pero no pueden vender la casa porque se ha desvalorizado.

El fondo ayudará a aquellos que se comprometan a pagar una cantidad razonable a conservar sus hogares, promete la Casa Blanca.

Además, dentro del Plan, el Tesoro de EEUU doblará el importe de las ayudas a las entidades hipotecarias semiestatales Freddie Mac y Fannie Mae, de 100.000 a 200.000 millones de dólares, para “garantizar la fortaleza y la seguridad del mercado hipotecario y para ayudar a mantener la asequibilidad de las hipotecas”.

Ambas entidades quedaron prácticamente nacionalizadas el año pasado para evitar su bancarrota a raíz de la crisis financiera. Entre las dos sustentan más del 40 por ciento de los créditos para vivienda en EEUU.

Otras medidas previstas en el plan incluyen que se permita a los jueces modificar los términos de los préstamos hipotecarios durante el proceso de declaración de bancarrota para un propietario, y el establecimiento de ayudas para inquilinos obligados a abandonar sus residencias porque el dueño ha perdido la casa.

En la actualidad, según la Asociación de Banca Hipotecaria de EEUU, cerca de 10.000 propietarios de viviendas ven ejecutada su hipoteca diariamente.

A finales de 2008, más del 9% de los préstamos para la vivienda habían registrado algún tipo de retraso en sus pagos o se habían ejecutado.