Todos querían ser charros. Todos querían cantar “¡Ay, Jalisco no te rajes!”. Todos recuerdan las voces de los tres grandes que no sólo hicieron cine y grabaron discos, sino que también moldearon la cultura popular de un continente entero. 

Fue durante los tiempos en que México era el país ideal incluso para muchos que ni siquiera vivían dentro de su territorio.

Y es que hablar de Pedro Infante, Jorge Negrete y Luis Aguilar, los tres charros, los tres grandes del cine mexicano, es hacer mención no sólo a cientos de películas, sino hacer un llamado a la nostalgia por una época que aún suena en radios del campo en República Dominicana, en las estancias de abuelas en Ciudad de México.

“México para nosotros fue el país ideal. Todos soñábamos cantar como los mexicanos”, dijo Ernesto Suárez, médico dominicano avecindado en Philadelphia.

Es por eso que Raíces Culturales, en el 2757 de la calle 5 en el norte de la ciudad, realizará una tertulia en honor a ellos a partir de las 7 p.m. de este viernes. Para este evento se pide una donación de $5.

Suárez dijo que aún hoy existen espacios dedicados a Pedro Infante y la música ranchera de aquellos años en las radios de República Dominicana.

“Todavía allá en la radio dominicana se dice ‘México, un pueblo que llora sus penas, y canta sus alegrías’”, dijo.

Explicó que durante la primera mitad del siglo XX la mayor influencia llevada a través de las pantallas fue la del cine mexicano, especialmente las películas protagonizadas por Pedro Infante, Jorge Negrete y Luis Aguilar.

Quizás es Infante el que más influencia ha tenido dentro y fuera de México, con películas como los Tres García o la trilogía dramática en la que se le conoció como Pepe El Toro.

“Él es como todos queremos ser”, dijo José Luis Basulto, diplomático del Consulado de México y fanático de Pedro Infante. “Lo interesante de él es que es un personaje que se pasa de generación en generación a pesar de llevar 52 años muerto”.

Fue en 1957 que Pedro Infante perdió la vida en un accidente aéreo en Mérida, México, desatando así el mito que dejó tras de sí más de 60 películas y cientos de canciones grabadas.

“No hay mexicano que no sepa quién es El Torito o que no pueda completar la frase Pepe El Toro es inocente”, aseguró Basulto.

Esto, explicó, le ha dado “mexicanidad” a los mexicanos.

“La época de oro del cine mexicano le dio a los mexicanos un modelo”, dijo. “Pedro Infante es el hombre bueno al que siempre le va mal, que es parte de la identidad del mexicano”.

Raíz de lo que dejó Pedro Infante en la mente del mexicano se origina en la figura de Jorge Negrete, el cantante de la voz aterciopelada que, al igual que Infante, murió en la cima de su carrera.

“Él es el prototipo del charro mexicano”, dijo Michael Esposito, seguidor del charro. “Antes de él a México no se le identifica tanto con la música del mariachi, con los charros”.

Resulta paradójico, dijo, que esto sea así “porque él era un cantante que podía cantar opera, zarzuela, bolero, de todo”.

Tan amplia era su capacidad que hay quienes aseguran que el cantó su propia muerte, como aseguró Esposito.

“Para muchos es clásica la canción ‘¡Ay, Jalisco no te rajes’, pero un momento casi profético fue cuando cantó ‘México lindo”, dijo.

En uno de sus versos la canción dice “México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí”.

Jorge Negrete murió en Los Ángeles, California en 1953.

El menos conocido de los tres es Luis Aguilar, llamado el Gallo Giro, quien protagonizó con Infante las películas A Toda Máquina y ¿Qué te ha dado esa mujer?

“El no tiene el carácter mítico de Infante o Negrete porque tuvo una vida larga. Falleció en 1997, pero su importancia no se puede hacer menos”, dijo Basulto.