Adictos a la violencia
¿Qué tiene en la cabeza alguien que disuelve 300 cadáveres en ácido?
A propósito del caso del "El Pozolero", el encargado de no dejar rastro de los muertos a causa de la guerra de carteles en el norte de México, a quienes disolvía en ácido, El Universal expone el accionar de asesinos a sueldo, y su falta de perturbación y remordimiento ante los crímenes.
Algunos suelen ser homicidas con un perfil profesional y sombrío que recurren a tácticas militares para despojar a sus víctimas de identidad, señala el diario.
Indica que los torturadores están lejos de un perfil sicópata y pueden volverse adictos. Un experto considera incluso que la capacidad de infligir daño tiene un origen genético.
Lea la historia en El Universal de México.
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