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"Esperaba algo diferente de Ingrid"

Rojas dice que no acompañó "voluntariamente" a Betancourt en su secuestro.

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La ex rehén de las FARC Clara Rojas afirmó que nunca se ofreció "voluntariamente para compartir el secuestro" con Ingrid Betancourt, y que ella no era la persona que la ex candidata presidencial colombiana "hubiera propuesto" para acompañarla como número dos en su candidatura.

En una entrevista con la edición española de la revista "Vanity Fair", la abogada aclara que lo que sucedió fue que, en el momento del secuestro, a los guerrilleros "les pareció ofensivo" que se ella se interesara por la suerte de Ingrid, y como castigo se las llevaron a las dos.

Un año después de su puesta en libertad, Rojas ofrece, en las páginas de la revista su versión del cautiverio y habla de su relación con la ex candidata a la presidencia de Colombia.

La ex rehén de las FARC, que trabajaba como directora de campaña de Betancourt antes del secuestro, explica a la publicación que llevaban tiempo hablando de personas que podían acompañarla en su carrera presidencial.

"Pero yo no figuraba en ninguna lista (electoral). No era la persona que ella hubiera propuesto, ni pretendía serlo. Jamás se nos ocurrió que yo me presentara con ella", asegura.

En el artículo, Juan Carlos Lecompte, el segundo marido de Betancourt, revela que fue suya la idea de inscribir a Rojas, que pasó cinco años y once meses secuestrada en la selva, como aspirante a la Vicepresidencia colombiana para evitar que cayera en el anonimato.

Rojas, que tuvo un hijo, Emmanuel, durante su cautiverio con un guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), asegura que nunca se ofreció voluntariamente para compartir el secuestro con Betancourt.

Lo que ocurrió fue que los guerrilleros se la llevaron también a ella como castigo cuando se interesó por la suerte de la ex candidata presidencial.

"Yo tuve una actitud generosa y, por eso, esperaba algo diferente de Ingrid, pero no fue así. Ha sido desconcertante y doloroso", continúa la abogada, secuestrada, con Betancourt, el 23 de febrero de 2002.

Rojas, cuya liberación se produjo el 10 de enero de 2008, admite que la selva las distanció y que "todavía" no sabe "muy bien lo que ocurrió".

Asegura no haber tenido "nunca" nada en contra de Betancourt, quien fue rescatada junto a catorce rehenes en julio pasado tras más de seis años secuestrada.

"Eso sí, pensaba que era mi amiga, pero me ha demostrado que no lo era tanto", añade.