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Prepárese para no ser víctima del SAD

Muchas personas aquejadas por el Trastorno Afectivo Estacional (SAD) comienzan a experimentar los síntomas en otoño.

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Aunque cualquiera puede padecerlo,  son más susceptibles al SAD las mujeres, personas con un pariente cercano que padece el trastorno, y quienes viven en zonas donde los días invernales.

Es un sentimiento que nos inunda con frecuencia cuando llega el invierno, y hay que atrasar una hora el reloj. Los días más cortos y oscuros nos impiden el disfrute pleno vida. Y si bien para algunos podría ser sólo una forma de desahogo con respecto al frío invernal, para otros pudiera ser señal de algo más.

Aunque la mayoría de las personas lamenta la pérdida de la luz solar con la llegada del invierno, para otros implica un cambio significativo en su estado de ánimo, que podría ser el resultado del Trastorno Afectivo Estacional (SAD, por sus siglas en inglés), un tipo de depresión vinculado a una estación en particular como el invierno, cuando los días son más cortos y la cantidad de luz solar se reduce drásticamente. Y como ya se sufre de mayor estrés gracias a la temporada festiva, es importante conocer las señales y las causas potenciales del SAD para garantizar que usted o uno de sus seres queridos obtengan la ayuda necesaria.

¿Quiénes padecen de SAD?

Aunque cualquiera puede contraerlo, es más común en ciertos grupos de personas que en otros. Entre los más especialmente susceptible al SAD figuran: mujeres, personas con un pariente cercano que padece el trastorno, y quienes viven en zonas donde los días invernales son particularmente breves, o en regiones donde la luz diurna se reduce significativamente en invierno, en comparación con otras estaciones.

¿Cuáles son los síntomas?

Es muy común considerar erróneamente los síntomas del SAD como un mal estado de ánimo en las proximidades de la temporada festiva, a causa de la pérdida de un ser querido. Sin embargo, aunque el SAD ataca realmente en esa época del año, a diferencia de los sentimientos de tristeza que suelen embargarnos, el SAD no desaparece al término de la temporada. Por el contrario, se extiende a lo largo de la estación invernal.

Los síntomas que no deben tomarse a la ligera (pero que pudieran ser otros más) son los siguientes:

  • Aumento de peso.
  • Dedicación de demasiadas horas al sueño, o sensación creciente de somnolencia.
  • Pérdida de interés en actividades usuales, y separación de amigos o familiares.
  • Cambios de estado de ánimo, caracterizados por sentimientos de tristeza y malhumor, y creciente sensación de ansiedad.
  • Diferencias dietéticas, como apetito por consumir carbohidratos como pan y pastas.

¿Cómo determinar la diferencia entre el SAD y la depresión?

La diferenciación entre la depresión y el SAD puede resultar una tarea ardua. La mejor manera de determinarla es consultar con el médico, y ser honesto con éste, y estar dispuesto a responder preguntas con respecto a si esos sentimientos son o no un patrón regular, o si sólo acaban de comenzar. Por lo general, mientras más edad tiene la persona, menos propensión tendrá a padecer de SAD por primera vez. Sin embargo, no hay límites etarios con respecto al SAD, pues cualquier persona puede padecerlo.

Antes de visitar al médico, pregúntese a sí mismo si esos sentimientos son un problema anual que se inicia con la llegada de una estación en particular. El médico le va a hacer estas preguntas con toda seguridad, pero es bueno pensar en las mismas de antemano, para lograr el diagnóstico más exacto. Si aparecen en una etapa determinada cada año, y experimenta los síntomas mencionados anteriormente, pudiera estar padeciendo de SAD, no de depresión.

¿En qué consiste el tratamiento del SAD?

Aunque el SAD no tiene cura, la terapia ligera ha demostrado ser un medio efectivo y bastante rápido de tratamiento para muchas personas aquejadas por ese trastorno. La terapia consiste en dos métodos diferentes:

  • Amanecer simulado: En la terapia de amanecer simulado, se le proyecta a una persona durmiente una luz tenue, que aumenta gradualmente de intensidad. La estimulación de “amanecer”, creada para simular el comienzo del día, exige el uso continuo durante toda la temporada, incluso si la persona experimenta mejoría.
  • Luz brillante: El tratamiento con luz brillante es un método más directo para incluir más luz en la rutina diaria, y sólo se necesita sentarse frente a una luz brillante (conocida como “caja de luz”) durante no menos de media hora diaria (típicamente en la mañana).

Aunque estos tratamientos enfrentaron escepticismo al inicio, como se vincula con frecuencia al SAD con la carencia de luz, no es de sorprender que ambos hayan demostrado su efectividad.

Entre otros tratamientos están los medicamentos (antidepresivos) y la asesoría. Además, algunos terapeutas aconsejan salir al aire libre durante determinado período de tiempo, cuando hay luz. Obviamente, esto puede resultarles difícil a los adultos que trabajan a jornada complete, pero también se puede considerar una caminata a la hora de almuerzo.

Para obtener más información acerca del SAD, visite el sitio Web de la Asociación del Trastorno Afectivo Estacional ( Season Affective Disorder Association), www.sada.org.