Artistas de Puerto Rico rindieron un homenaje al pintor Julio Rosado del Valle, que murió el pasado sábado y cuya obra, "siempre joven", conserva "un estilo fresco" que refleja una "vitalidad y expresividad muy contemporáneas", según dijeron a Efe sus amigos y colegas de diferentes generaciones.

La Sala Rafael Tufiño de la Galería Nacional del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) en San Juan se llenó en la noche del martes de artistas y personalidades para celebrar la vida y obra de Rosado del Valle, quién murió a los 86 años de edad en el Hospital Auxilio Mutuo de San Juan.

Para el pintor Rafi Trelles, el trabajo de Rosado del Valle, que "se atrevió a defender un camino personal", ha sido de gran importancia "para el desarrollo de la plástica" puertorriqueña manteniéndose siempre joven con el paso de los años y sirviendo de ejemplo a las nuevas generaciones de artistas boricuas.

Nacido en Cataño, en la Bahía de San Juan, en 1922, Rosado del Valle fue alumno del pintor español Cristóbal Ruiz en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en 1945 y en 1946 se trasladó a Nueva York, donde recibió las influencias del cubano Mario Carreño y el muralista ecuatoriano Camilo Egas.

Becado por la UPR, viajó posteriormente a Francia e Italia, donde completó estudios y visitó galerías y museos.

Toda esa influencia quedó plasmada en su obra marcando "una etapa en el arte puertorriqueño de aparentes conflictos pictóricos que él resolvía de un pincelazo", dijo a Efe el artista polifacético Antonio Martorell.

El también académico y presentador de televisión indicó que la muerte de Rosado del Valle es "una pérdida enorme", pero que "por suerte, quedan sus enseñanzas y sus obras".

Martorell se mostró "asombrado" de que Rosado del Valle pudiera, en "una habitación tan chica, hacer una obra de tal magnitud".

"Como sucede con los grandes talentos, uno llega a creerse que el ser humano es tan inmortal como sus obras", reflexionó Martorell sobre la muerte de su compañero pintor.

Por su parte, el artista Domingo García recordó de Rosado del Valle que "desde el 58" mantuvieron "una relación de colegas y amigos, imagínate 50 años", y ahora su muerte supone una pérdida "no solamente para Puerto Rico, sino para Latinoamérica".

Porque Rosado del Valle "fue el primer pintor en llevar la forma a su máxima interpretación y expresión" y "dejó un ejemplo extraordinario a las generaciones venideras de los adelantos conceptuales", indicó García, uno de sus más allegados compañeros.

La viuda del pintor homenajeado, Sonia Acevedo, aseguró que estaba decidida a no llorar porque la experiencia de compartir de cerca el proceso creativo de su marido fue "una maravilla".

"Con unas cosas tan simples como ver una hoja, ver una semilla, mi cara, nuestro nido se plasmaba en un papel... a mí las lágrimas se me salían de ver lo que él podía plasmar", agregó.

Entre 1967 y hasta 1982, cuando se jubiló oficialmente, Rosado del Valle fue pintor residente de la UPR.

El presidente de esa institución educativa, Antonio García Padilla, lamentó "la partida" definitiva de Rosado del Valle, que dejará en la Universidad "el recuerdo del siempre joven talento, abierto al mundo generoso, más siempre cercano a su tierra natal".

"Su vinculación con la Universidad se tradujo en obras inolvidables de próceres puertorriqueños y de los cuerpos microscópicos que la ciencia del país descubría en los laboratorios", indicó García Padilla, que añadió que Rosado del Valle "imaginó los colores, las formas y los mitos de Puerto Rico".