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Cuba siguió envuelta en medallas

El boxeo cubano volvió de nuevo al camino del triunfo y con dos más en los cuartos de final llegó a seis medallas de bronce aseguradas.

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El boxeo cubano volvió de nuevo al camino del triunfo y con dos más en los cuartos de final llegó a seis medallas de bronce aseguradas, mientras que el de Colombia y Brasil perdieron las últimas opciones que les quedaban para salvar el honor en el torneo de Pekín 2008.

Cuba, que se quedó la jornada del lunes con el sabor amargo de la derrota del peso pluma (57 kilos) Idel Torriente, la primera en las cinco peleas que había realizado en los cuartos de final, volvió a probar el dulce de la victoria con el triunfo del minimosca Yampier Hernández, que se exhibió ante el brasileño Paulo Carvalho.

Hernández ganó fácil por puntos (21-6) y Cuba se aseguraba la quinta medalla de bronce, mientras su púgil conocía que el rival de la final sería el mongol Serdamba Purevdorj, que venció al tailandés Amnat Ruenroeng.

"No me preocupa mi rival, lo importante para la próxima pelea será hacer bien las cosas y tener confianza que puedo conseguir la victoria", declaró Hernández.

Su compatriota, el veterano campeón del mundo Yordenis Ugás, no quiso formar parte de los eliminados y por el contrario respondió con el segundo triunfo de la jornada para el boxeo cubano después de ganar por puntos 11-7 al rumano Georgian Popescu.

Ugás, que comenzó muy bien la pelea, al final tuvo que sufrir algo más de lo esperado para asegurar la victoria, que iba a ser la vigésimo primera de su equipo en el torneo y la sexta medalla de bronce garantizada, por sólo dos derrotas.

El púgil cubano, campeón del mundo en el 2005, reconoció que no tenía ninguna predilección con relación al próximo rival que le fuese a tocar ya que para conseguir la medalla de oro tendría que ganar.

"No es el momento de preocuparse por el rival sino de llegar a la pelea en plenitud de forma y con la confianza que voy a lograr la victoria", destacó Ugás. "Tener la posibilidad de conseguir un oro es algo increíble, un éxito para mi y el equipo de Cuba".

Su rival en la semifinal será el francés Daouda Sow, que se impuso a los puntos (9-6) al chino Qing Hu, pero al que Ugás ya ganó este año en un enfrentamiento que tuvieron en la Habana.

Cuba todavía tiene para la última jornada de cuartos de final la participación del peso mosca (51 kilos) Andris Laffita, que se enfrentará al puertorriqueño McWilliams Arroyo, y el mediano Emilio Correa que tendrá de rival, en el peso mediano (75 kilos) al uzbeko Elshod Rasulov.

Un triunfo de ambos boxeadores cubanos dejaría a su país con ocho medallas de bronce garantizadas, una cosecha olímpica que hasta ahora no habían conseguido, y que tendría doble valor cuando el equipo llegó cuestionado para mantener la supremacía conseguida en Atenas 2004 con cinco preseas de oro y dos de plata.

"Hasta ahora todo lo que hemos logrado ha sido algo muy especial e importante, pero debemos concluir los cuartos de final para tener mejor la perspectiva de la clase y calidad del boxeo cubano", declaró el entrenador del equipo antillano, Pedro Roque, que cada día incrementa más su valor e imagen. "Siempre defendí a los jóvenes que trajimos y están respondiendo de forma maravillosa".

Si Cuba vivió la alegría del triunfo, a Colombia y a Brasil les tocó protagonizar la cara de la derrota y de irse en blanco de los Juegos Olímpicos después que perdieron a los últimos púgiles que les podrían dar medalla.

Si Carvalho no tuvo opción ante Hernández, tampoco su compatriota Washington Silva, en los pesos semipesados (81 kilos) podía con el boxeo más técnico y efectivo del irlandés Kenny Egan que le vencía por puntos (8-0) para dejar a Brasil sin ningún representante en el torneo, al que llegó con seis púgiles.

"Creo que merecí mejor puntuación, pero está claro que mi rival fue superior", comentó Lima. "Tenía la esperanza de haber logrado al menos la medalla de bronce, pero eso ya forma parte del pasado", agregó el púgil brasileño que participo en sus segundos Juegos Olímpicos después de haber estado en Atenas 2004.

Tampoco el boxeo colombiano, que había llegado a Pekín con cinco púgiles y una gran esperanza de conseguir medalla pudo ver cumplido el sueño porque el peso ligero (60 kilos) Darleys Pérez se encontró en los cuartos de final con el ruso Alexey Tishchenko y unos jueces que sólo vieron los golpes de su rival.

Pérez mostró su frustración por la manera como había quedado eliminado, al perder por puntos (13-5) ante Tishchenko, un campeón olímpico y mundial, cuando militaba en el peso pluma.

"Lo único que sé es que mostré en el cuadrilátero mayor superioridad, lo destrocé con mis golpes, quedó reflejado en su cara, pero los jueces no lo vieron igual", declaró Pérez, con tristeza. "Todo el mundo lo vio, fui superior".

Pérez, de 26 años, que hizo su debut en unos Juegos Olímpicos, dijo: "me cansé de dar golpes, pero no me marcaban, no importaba lo que hiciese en el cuadrilátero".

"Todo lo contrario para él, que no me tocaba y le subían puntos sin ningún tipo de justificación", destacó Pérez. "Ahora me siento frustrado, pero satisfecho que lo di todo en el cuadrilátero y que me considero ganador, por lo que hay que seguir para adelante".

El mismo sentimiento mostró el entrenador del equipo colombiano, el cubano Jesús Martínez, que dijo que Darleys mereció la victoria, pero se la negaron los jueces.

"Si ayer dije que Óscar Rivas perdió bien ante el italiano Roberto Cammarelle, hoy también puedo decir muy alto que Pérez no la perdió ante el ruso", subrayó Martínez.

"Todo el mundo lo ha visto, nuestro boxeador ha dominado la pelea, lo ha hecho mucho mejor tanto técnicamente como en la colocación de golpes".

Martínez reconoció que a pesar de irse sin haber conseguido una medalla olímpica, se sentía "muy satisfecho" con la manera como respondieron los púgiles colombianos que están en plena fase de aprendizaje y maduración.