Yo le respondo a ellos que en la Ciudad del Amor Fraternal la gente no ha demostrado ningún cariño adicional por su equipo de pelota este año.

De cierta manera la fanaticada está más molesta que contenta.

Ellos reconocen que el equipo no esta jugando a su máximo potencial.

La gente de esta región reconoce que si no fuese que Filadelfia está en una división débil, el equipo no estuviese en la primera posición.

No digo eso para faltarle el respeto a ningún atleta o no darle importancia a una marca que al cierre de esta edición era 64-55, nueve victorias por encima de .500.

Es que los Phillies se han mantenido en la cima de su división no obstante sufrir del tercer peor porcentaje de bateo colectivo (.247) y la cuarta cantad más baja de carreras anotadas (101) en el Viejo Circuito desde el Juego de Estrellas. Si no fuese por su pitcheo, la parte más débil del equipo, Filadelfia ya se hubiese caído de su percha. Los Phillies disfrutaban de la sexta mejor efectividad (4.16) en el circuito desde que se celebró el Juego de Estrellas.

Cuando se le preguntó a Ryan Howard que le pasaba a los Phillies después de perder cinco de sus últimos ocho juegos, el toletero respondió que no había porqué preocuparse. “Al final y al cabo estamos en la primera posición”.

No quiero ser alarmista pero dicho pronunciamiento suena más como complacencia que un llamado a los fanáticos a evitar caer víctimas del pánico.

Filadelfia tiene que jugar con más urgencia. Los Mets y los Marlins no los van a dejar ganar el banderín. Los Phillies no pueden esperar a poner su pie en la gasolina. El fin de semana pasado, ellos sufrieron 23 entradas corridas sin anotar carrera.

Los Phillies deben de dejarse de boberías y acoger una mentalidad asesina. Los meses de septiembre y octubre se avecinan.

En lo que resta del mes de agosto, Filadelfia tiene cuatro juegos más contra los Dodgers y Manny Ramírez, dos partidos contra los Mets, sus más peligrosos rivales, y cuatro encuentros contra los Cachorros, el mejor equipo de la Liga Nacional.

En septiembre, le restan seis encuentros contra los Marlins, tres contra los Mets, y cuatro contra Milwaukee.

Sus nueve juegos restantes contra los Nacionales no son victorias certeras. Manny Acta se asegurará de eso. Lo mismo se puede decir de los seis juegos que le faltan contra Atlanta y Bobby Cox.

En el béisbol no se le puede dar la espalda a nadie. Fíjese como el equipo estadounidense perdió su primer partido en las olimpiadas a manos de los coreanos.

Como van la cosas, la única manera de los Phillies llegar a la postemporada es ganando su división.

Milwaukee y San Luis, equipos de la División Central, no le podrán arrebatar el primer puesto de los Cachorros, pero tienen buen chance de ganar el comodín.

Se acabo el tiempo de titubear para los Phillies. O se ponen más agresivos o caerán víctimas Presencia destacada de nuevo del boxeo latino para la séptima jornada del torneo de Pekín 2008, víctimas de equipos que entienden la importancia de no descansar hasta que le ponen su pie en la nuca de sus adversarios.