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Al Bachir al tablero por genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad

El gobierno de Sudán rechazó la acusación y ha mantenido no reconocer las competencias de la Corte Penal Internacional.

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El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, afirmó que su orden de detención contra el presidente de Sudán, Omar Hasan al Bachir, sospechoso de haber cometido genocidio y crímenes de guerra y lesa humanidad en Darfur, no tiene carácter político y que la cursó “cuando tenía todas las evidencias”.

“Mantengo mi independencia sin atender a factores políticos”, afirmó Moreno Ocampo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York donde asistió a la conmemoración del décimo aniversario de la CPI.

Asimismo, subrayó que el caso de Darfur le llegó en 2005 “referido por el Consejo de Seguridad” y que tras investigar el caso, emitió una orden de detención internacional contra el presidente de Sudán.

En Darfur han muerto más de 300.000 personas en cinco años de conflicto.

Aunque otros jefes de Estado (el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y el liberiano Charles Taylor) ya fueron inculpados por Tribunales internacionales, es la primera vez que una Corte de carácter permanente acusa a un mandatario en funciones.

La fiscalía de la CPI sostiene que Al Bachir “creó y aplicó un plan para destruir una parte sustancial de las etnias fur, masalit y zaghawau”, las cuales, según Moreno Ocampo, constituyen una población de unos 2,5 millones de personas, sobre los 4,5 millones de habitantes de Darfur.

La acusación contempla diez cargos: tres de genocidio, cinco de crímenes de lesa humanidad y dos cargos de crímenes de guerra, incluyendo tortura, asesinatos, acoso y daño psicológico y violación.

Para Moreno Ocampo, las etnias fur, masalit y zaghawau “constituían una amenaza contra el poder” de Al Bachir quien “tenía intención de cometer genocidio”, aunque la motivación de sus actos fuese el “control de su poder”.