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Abuela ruega por su nieto que enfrenta pena capital

Eleuteria Armendáriz Perales, abuela del mexicano José Ernesto Medellín, quien será ejecutado el próximo 5 de agosto en una prisión de Texas, pidió a las…

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Eleuteria Armendáriz Perales, abuela del mexicano José Ernesto Medellín, quien será ejecutado el próximo 5 de agosto en una prisión de Texas, pidió a las autoridades de EEUU que le devuelvan a su nieto "vivo o muerto".

La abuela, una octogenaria que encomienda sus plegarias a San Francisco de Asís para salvar a su nieto, dijo que después de una prolongada lucha para evitar la ejecución, sólo desea que Estados Unidos le regrese a su nieto para sepultarlo en su tierra.

Medellín está condenado a muerte desde 1994 por haber participado junto con otras personas, cuando tenía 18 años, en la violación y asesinato de Jennifer Ertman, de 14 años, y Elisabeth Peña, de 16, ocurridas el 24 de junio de 1993 en el Jester Park de Houston, Texas.

La mujer, de 84 años, que vive en la fronteriza ciudad de Nuevo Laredo, explicó que sus problemas de salud se complicaron después de que recibió la noticia sobre el fallo de la corte que condenó a muerte a su nieto.

Con resignación, sin lágrimas y la boca reseca, Eleuteria afirmó que vive "viendo pasar el tiempo volar, aguantando las penas y lo que venga", sin obtener ninguna noticia alentadora sobre la suerte de este joven.

Ella recuerda a su nieto, al que llamaba "Neno", como "un buen hijo", debido a que lo crió y cuidó hasta los nueve años porque sus padres emigraron a Estados Unidos en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

Eleuteria dijo que camina muy poco debido a que la inflamación crónica en ambas piernas le dificulta el andar, por lo que ya no asiste a la iglesia, pero conserva la fe en que sus plegarias serán escuchadas.

Aún mantiene la esperanza de que la intervención del Presidente mexicano, Felipe Calderón, o de alguien más, podrá detener la fatal resolución que pesa sobre su nieto.

Aunque dejó de tener contacto con su pariente desde hace varios años, la abuela afirma con tristeza que "las malas compañías lo echaron a perder, porque aquí siempre se portó bien, él era un niño al que le gustaba la escuela, hacía sus tareas, era muy bueno conmigo, nunca fue grosero".

Aseguró que ningún otro miembro de la familia tuvo nunca problemas con la Justicia y que no se explica qué motivos pudo haber tenido José Ernesto para participar en los crímenes que le imputan, aunque compadece a los padres de las víctimas, quienes "deben de haber sufrido mucho la pérdida de sus hijas".

Para Eleuteria, la Corte de Texas debería indultar a José Ernesto, e incluso liberarlo, pues a su juicio, "ya pagó su delito con los más de diez años que ha estado preso".

La abuela asegura que el próximo 5 de agosto podría ser el día más difícil de su vida, pues el estado de Texas ha mantenido su postura de ejecutar a Medellín, pese a las recomendaciones del Gobierno de su país y los recursos interpuestos por la cancillería mexicana y por el Tribunal Internacional de La Haya.

México ha insistido ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que tome medidas de carácter urgente para evitar que sean ejecutados cinco ciudadanos mexicanos a los que EEUU les privó de su derecho a la asistencia consular, mientras que ese país niega que ese órgano judicial de la ONU tenga jurisdicción para hacerlo.

El principal argumento de México es que las autoridades estadounidenses negaron la asistencia consular a Medellín, y a otros 50 mexicanos condenados a muerte en EEUU, lo que representó una violación a la Convención de Viena de 1963.