Profesionales concentrados en mantener el empleo
Muchos trabajadores han dedicado buena parte de su vida a prepararse para ser más competentes, pero ahora buscan no perder el trabajo que tienen.
Don Carroll, ex analista financiero con un título de maestría en administración de empresas, estaba más que calificado para el puesto de dirigir el departamento de reclamaciones de Cartwright International, una compañía de mudanzas de propiedad familiar en el sur de Kansas.
Pero había estado sin empleo durante seis meses, y el departamento necesitaba una modernización después de varias tras de descuido.
Después de ser contratado en diciembre, Carroll, de 31 años, rápidamente se abocó a reorganizar el departamento, que maneja las reclamaciones de daños ocurridos en las mudanzas, y crear herramientas de seguimiento para que la compañía tuviera meyor control sobre sus gastos.
Esta situación se está repitiendo en muchos lugares a medida que las aspiraciones de los trabajadores se han recalibrado en medio de la recesión. El resultado del cambio es un nuevo grupo de trabajadores subempleados en diversas compañías estadounidenses, ocupando puestos varios escalones por debajo de donde acostumbraban a trabajar.
Estos no son los ejemplos más drásticos de ex profesionales que se afanan en “empleos de supervivencia”. Son el ex director financiero que trabaja como contralor, el alguna vez director de mercadotecnia que de nuevo es analista, el ex gerente que es una vez más un “colaborador individual”.
El fenómeno probablemente era inevitable en un mercado laboral en el cual los desempleados superan en número a las vacantes, 5 a 1.
Por su parte, los patrones están aprovechando la oportunidad de abastecerse de talento humano con descuento, pese a los riesgos obvios de que los nuevos contratados se sientan insatisfechos y renuncien al poco tiempo.
Las cifras exactas de empleados que acceden a posiciones donde su experiencia o educación exceden las labores correspondientes al cargo son difíciles de establecer, en parte porque el concepto es difícil de medir y puede ser bastante subjetivo. Aun así, economistas y sociólogos coinciden en que la tendencia inevitablemente aumenta en tiempos de crisis económica.
Sin embargo, una queja primordial entre muchos buscadores de empleo, particularmente profesionales, es cuán a menudo son rechazados para puestos de nivel inferior que ellos desesperadamente quieren y creen que pudieran realizar prácticamente dormidos.
La investigación académica sobre el tema confirma que los trabajadores sobrecalificados reportan menor satisfacción laboral y tasas de rotación más altas. Pero los estudios también indican que esos empleados tienden a desempeñarse mejor.
Además, hay evidencia de que muchos de los aspectos negativos que acompañan a estos profesionales pueden ser mitigados si se les da autonomía y se les hace sentir valorados y respetados.
Es así como las ambiciones de muchos empleados han evolucionado, después de todo, de ascender en la escalera a simplemente conservar el empleo.
En Cartwright, Carroll dijo que hasta ahora había encontrado lo suficiente para mantenerse involucrado porque se le había dado libre control del departamento .
Sin embargo, hay signos de angustia. Le están pagando un tercio menos de lo que ganaba antes. Él y su esposa se dan cuenta de que muchos de sus objetivos financieros pudieran ser retrasados varios años por este periodo.
Él sigue prestando atención a lo que sucede en el mercado laboral pero no está buscando empleo de manera activa.
La compañera de cubículo de Carroll, Mindy William, una ex diseñadora gráfica y madre soltera que había estado trabajando en Target antes de ser contratada como ajustadora de reclamaciones, dijo que había notado que él parecía hablar mucho sobre su antiguo trabajo.
“Sé que ha sido un ajuste para él”, dijo. “Simplemente está tratando de sacar lo mejor de esto como el resto de nosotros. Estamos felices de tener empleos en esta recesión”.
Por su parte, Carroll admitió que se había descubierto a menudo tratando de dar a conocer sus credenciales en conversaciones en su nuevo lugar de trabajo.
“Obviamente eso se origina en quizá cierta vergüenza por el nivel en el que estoy”, dijo. “Quiero que la gente sepa que, en cierta medida, eso no es lo que soy”.
Aunque está contento por ahora, a Carroll le preocupa lo que suceda una vez que haya terminado el trabajo de reorganizar el departamento. Se pregunta por cuánto tiempo simplemente tener un empleo será suficiente.
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