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lnmigrantes ocupan más cargos de alto perfil

Estudio revela que la actividad cualificada de los inmigrantes ayuda al crecimiento económico de las grandes ciudades. 

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Inmigrantes que ocupan cargos administrativos y corporativos ayudan a cambiar la percepción negativa que se tiene de los extranjeros que trabajan en Estados Unidos.  

Después de una carrera como ejecutiva a Amparo Kollman-Moore, inmigrante de Colombia, le gusta conducir un Jaguar e ir de compras a Saks. “Era una buena vida”, dijo, “un paseo muy agradable”.

Como integrante de la élite económica de esta ciudad, Kollman-Moore no es rara ni inusual entre inmigrantes que viven en San Luis. Con base en un nuevo análisis de datos del censo, más de la mitad de los trabajadores inmigrantes está ubicada  en el área metropolitana y tienen empleos como oficinistas mejor remunerados – como profesionales, técnicos o administradores – en vez de empleos varios de ingresos menores como obreros y en servicios.

En 14 de las 25 mayores áreas metropolitanas, incluyendo Boston y Nueva York, cada vez más, los inmigrantes trabajan en ocupaciones de cuello blanco que en trabajos como la construcción o limpieza.

Los datos revelan la percepción común en el debate de la inmigración, en cuanto a que el repunte de la inmigración en los últimas dos décadas han abrumado al país  con jornaleros extranjeros de más bajos ingresos.

En general, demostró el análisis, los 25 millones de inmigrantes que viven en las mayores áreas metropolitanas del país (dos tercios de todos los inmigrantes en el país) se distribuyen casi uniformemente a lo largo del espectro de empleos.

“Estados Unidos está recibiendo al día flujos de inmigrantes más variados y de mayor importancia económica de lo que, al parecer, se percata la opinión popular”, comentó David Dyssegaard Kallick,  quien dirige la investigación de inmigración por el Instituto de Política Fiscal.

“Los estadounidenses, sea que son ricos o que son pobres, favorecen mucho más a inmigrantes con altas calificaciones”, dijo Jens Hainmueller, politólogo adscrito al  Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y coautor de un sondeo referente a las actitudes con la inmigración. El sondeo aplicado a 1.600 adultos, que examinó las razones del sentir antiinmigrante en el país, fue publicado en el mes de febrero en la publicación American Political Sience Review.

Los estadounidenses se inclinan más a darle una bienvenida amena a inmigrantes de las clases altas – como Kollman-Moore -, creyendo que ellos podrían incrementar la tasa anual de crecimiento económico sin abrumar los servicios públicos, encontró este estudio. Más de 60% de los ciudadanos del país se oponen a permitir más trabajadores no cualificados, considerando que tienen mayores probabilidades de convertirse en un peso para la economía.

Una iniciativa de ley divulgada el mes pasado por el senador republicano por Carolina del Norte Lindsey Graham, y el demócrata por Nueva York Charles E. Schumer,  se propone reformar el sistema legal para darle prioridad a inmigrantes altamente calificados  de altos ingresos, ofreciendo canales más estrechos para trabajadores de bajos ingresos. (Una iniciativa de ley de 2007, por parte de la administración Bush, se inclinó incluso más agudamente hacia los inmigrantes de altos niveles; la iniciativa fracasó en el Congreso)

Sin embargo, aunque persisten cuellos de botella para inmigrantes con buenas cualificaciones, en general, revelan datos del censo, el sistema actual ha llevado a EU una gama de trabajadores extranjeros que abarcan el espectro de destrezas e ingresos. Lo que es más, deja entrever este análisis, es que los inmigrantes desempeñaron una participación central en el ciclo del crecimiento económico de ciudades en las últimas dos décadas.

Ciudades con prósperas poblaciones de inmigrantes tendían a ser las que más prosperaban.

“El crecimiento económico en las áreas urbanas ha sido vinculado claramente con un aumento en la participación de los inmigrantes en la fuerza laboral local”, dijo Kallick.

Sorprendentemente las ciudades más prósperas no fueron las que atrajeron a extranjeros que perciben altos ingresos.

Más bien, el crecimiento económico más acelerado entre 1990 y 2008 se dio en ciudades como Atlanta, Denver y Phoenix, que recibieron grandes flujos de diversos tipos de inmigrantes, incluidos muchos empleos en servicios y de tipo manual que pagan menos.

Las cifras sobre empleos e ingresos de inmigrantes en ciudades estadounidenses se fundamentan en análisis del Instituto de Política Fiscal sobre datos del censo correspondientes a las 25 mayores áreas metropolitanas, de 1990 a 2008.

Los datos a partir de 2008 son las estadísticas más profundas y actuales sobre los lugares de residencia e ingresos de inmigrantes; que también incluyen el primer año de severa  recesión. El análisis abarca a inmigrantes legales y a indocumentados.