El que persevera y no desespera... es contratado
Si ha tenido que presentar varias entrevistas para la misma vacante y esperar mucho para una respuesta, no se preocupe: Es la nueva tendencia del mercado.
Aunque no hay datos firmes, reclutadores y académicos que dan seguimiento a esas tendencias coinciden en que a más personas se les está pidiendo realizar más entrevistas antes de ofrecer un puesto. También dicen que se ha vuelto más común pedir a potenciales empleados que trabajen temporalmente por unos meses, con la posibilidad de un empleo permanente al final.
Aunque la recesión actual quizá haya intensificado la tendencia, el proceso de contratación ya se ha vuelto más prolongado en las últimas décadas por varias razones, dijo Lawrence Katz, profesor de economía en la Universidad de Harvard.
Los departamentos de recursos humanos se han vuelto más profesionales, dijo, y los patrones ahora necesitan diversificar y justificar sus procesos de contratación para satisfacer las leyes de acción afirmativa y de derechos civiles. La tecnología también ha facilitado y hecho menos costoso que las compañías realicen verificaciones de antecedentes y pruebas de personalidad, dijo Katz.
Pero hay poca duda de que el clima económico sombrío actual – con buscadores de empleo que superan a las vacantes en seis a uno – hace más probable que las compañías lo piensen y reflexionen más antes de contratar.
“Definitivamente estamos haciendo a la gente pasar por más pasos que nunca antes”, dijo Michelle Robinovitz, reclutadora de AGH, una firma de contabilidad de tamaño mediano en Atlanta. “En tiempos mejores, hacíamos una o dos entrevistas. Ahora realmente queremos asegurarnos de que alguien se ajustará y hacemos un mínimo de cuatro entrevistas”.
Desde fuera, el proceso de contratación puede parecer arbitrario e incluso cruel. Pero es importante ver de dónde están saliendo las empresas, dijo Alec Levenson, un científico de investigación del Centro para las Organizaciones Efectivas en la Universidad del Sur de California.
“En un mercado al alza, digamos fines de los 90, el costo de tomar una mala decisión de contratación era bajo”, dijo. “La compañía podía ser mucho más aventurera en la contratación, porque si el empleado no se ajusta, la probabilidad es que pasará a otro empleo pronto”. Pero con la escasez de empleos, es más probable que un empleado se aferre a un empleo, aun cuando no sea el mejor. Así que el patrón tiene que dar pasos para despedir a esa persona, lo que regularmente involucra un proceso de documentación más largo, advertencias y reuniones. Consume mucho tiempo y energía, dijo Levenson.
Robinovitz dijo que su compañía, como la mayoría en nuestros días, estaba muy racionalizada y ya no tenía la capacidad de absorber un empleado nuevo que resultara mediocre.
Además, el temor a demandas de despido injusto hace a las empresas más celosas de contratar a alguien que no resultara perfecto.
Esa es una razón de que contratar a personas sobre una base de prueba de tres meses – regularmente sin beneficios – se haya vuelto cada vez más popular, dijo Levenson. Es una forma de que empleado y patrón vean cómo funcionan las cosas antes de comprometerse. Piensen en ello como vivir juntos en vez de casarse.
Hay otras razones por las cuales el proceso de contratación pudiera alargarse. Los departamentos de recursos humanos a menudo han sido reducidos en tamaño, así que hay menos personas disponibles para hacer todo el trabajo involucrado en incorporar a alguien nuevo a la empresa, dijo Karen Danziger, socia administrativa del Howard-Sloan-Koller Group, una compañía de reclutamiento de ejecutivos.
Además, el concepto de ajustarse – no sólo la persona debe poder realizar el trabajo, sino que su personalidad, prioridades y estilo de trabajo deben complementarse con el lugar de trabajo – se ha vuelto más importante, dijo Danziger.
Hacer que un empleado potencial conozca a tantas personas en tantos departamentos como sea posible es una forma de tratar de asegurarse de que el ajuste sea bueno.
Pero aun cuando haya razones sustantivas para que las compañías se tomen tanto tiempo para decidir, muchos buscadores de empleo se preguntan por qué tantos patrones los entrevistan una, dos o más veces; y luego nunca se ponen en contacto de nuevo. Y para esa pregunta, nadie tiene una buena respuesta.
El rechazo, en la forma que sea, siempre es difícil de tomar. Pero quienes han navegado exitosamente por el proceso dicen que aun cuando sea difícil, se debería tratar de no tomarlo de manera personal. Y, lo más importante, no se debe dejar de buscar empleo hasta que se tenga un contrato firmado en la mano.
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