
Algo va mal con la economía de Estados Unidos
La confianza de los consumidores cae en picada y enciende nuevas alarmas económicas en EE.UU.
La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó en mayo de 2025 a su segundo nivel más bajo desde que se tienen registros, de acuerdo con los datos preliminares del índice que elabora la Universidad de Michigan. La caída no solo refleja malestar con los precios, como en años anteriores, sino una creciente preocupación por los ingresos y el empleo.
Según reportó Axios, el índice de sentimiento del consumidor se ubicó en 50.8 en la primera quincena de mayo, apenas por encima del piso histórico de 50 registrado en junio de 2022, cuando la inflación alcanzó su máximo de 9%. Esta nueva caída marca una ruptura con la tendencia de resiliencia económica observada en ciclos anteriores, cuando el pesimismo de los consumidores no necesariamente coincidía con una desaceleración real.
La directora de la encuesta, Joanne Hsu, explicó a Axios que la composición de las preocupaciones ha cambiado. “Estamos viendo caídas importantes en todos los niveles de ingreso, pero más notablemente en la parte alta de la distribución del ingreso”, dijo en un correo citado por el medio.
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Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que aproximadamente dos tercios de los consumidores anticipan un aumento del desempleo en los próximos 12 meses, la mayor proporción desde 2009. Esta tendencia representa el quinto incremento mensual consecutivo y duplica el nivel observado en noviembre pasado. En 2022, por comparación, apenas el 32% de los encuestados compartía ese temor.
Lo que añade gravedad al panorama actual es que por primera vez en años, los consumidores de mayores ingresos también esperan un deterioro económico, rompiendo la brecha usual entre optimismo de los hogares más acomodados y pesimismo de los de menores recursos.
El informe de la Universidad de Michigan también revela un giro en la manera en que los estadounidenses interpretan las causas de los problemas económicos. En años recientes, la presión sobre los precios no se atribuía a políticas específicas. Pero en mayo de 2025, casi el 75% de los encuestados mencionó espontáneamente los aranceles como un factor que podría agravar la inflación o causar daño económico, frente al 60% que los señaló en abril.
La preocupación se refleja también en las expectativas de inflación a un año, que se dispararon a 7.3%, el nivel más alto desde 1981, incluso cuando la inflación actual es más baja que en 2022.
De acuerdo con Axios, estos indicadores sugieren que el vínculo entre malestar social y solidez económica, que se rompió parcialmente en 2022, podría estarse restableciendo de forma más grave y profunda. Esta vez, advierten los expertos, el pesimismo no es solo psicológico ni coyuntural: podría ser una señal adelantada de debilidad estructural en el mercado laboral y en la capacidad de gasto de los hogares.
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