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Míriam Rodríguez es la madre que persiguió como una legión de detectives a los asesinos y secuestradores de su hija durante tres años. Foto: Facebook
Míriam Rodríguez es la madre que persiguió como una legión de detectives a los asesinos y secuestradores de su hija durante tres años. Foto: Facebook

La historia justiciera de Míriam Rodríguez va camino de convertirse en una película

Blumhouse adquiere los derechos del artículo de NYT con la intención de hacer una película de la madre que rastreo durante años a los asesinos de su hija.

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El pasado puede llegar a ser un cazador paciente. Así lo demostraba Azam Ahmed en un laborioso artículo para The New York Times en el que desgranaba la historia de Míriam Rodríguez, la madre que persiguió como una legión de detectives a los asesinos y secuestradores de su hija durante tres años. La polémica historia era adquirida, de entre dieciséis interesados, por Blumhouse. Ya han confirmado que junto a la productora ejecutiva del diario trabajan ya en el guion.

La historia resultó sumamente polémica durante diciembre porque para muchos representaba todo lo que va mal en México y especialmente los áridos márgenes a los que se ven desplazados los ciudadanos ante la ineficacia de la justicia.

Lo que está claro es que objetivamente Míriam era una vengadora y detective única. No es la primera historia mexicana de este tipo que se convierte en película, en 2015 Rodrigo Plá (La Zona) adaptó en Un monstruo de mil cabezas la historia de otra mujer justiciera que buscaba que se le aplicara tratamiento médico a su marido enfermo.

Karen Alejandra Salinas Rodríguez fue secuestrada en enero de 2014 con solo dieciséis años en su propio barrio, en San Fernando (Tamaulipas). Después de cobrar varios rescates fue asesinada. A partir de entonces y durante tres años Míriam se dedicó exhaustivamente a perseguir a los homicidas, cambiando su apariencia física y convirtiéndose en la más sigilosa detective, tan paciente como para hacerse pasar por funcionaria o trabar amistad con las parientes de los perseguidos.

Miembros del cartel de los Zetas, algunos habían tratado de borrar sus pistas renaciendo como taxistas, niñeras o cristianos conversos. Pero no fue suficiente para ocultarse de la venganza de una madre entregada. En 2017, con 56 años, atrapó al último de ellos convertido en vendedor de flores en la frontera a punta de pistola. Pocas semanas más tarde, el Día de las Madres, la mataron frente a su casa.

Polémica o no, lo cierto es que es una historia repleta de dolor completamente real que merece espacio propio y, si además sirve para señalar la violencia y la impunidad que desgarran la comunidad mexicana, de algún modo entonces la venganza se aproximará a algunas de las virtudes de la justicia.