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El presidente Donald Trump y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, asisten a una conferencia de prensa conjunta después de una reunión en el Palacio Presidencial en Helsinki, el 16 de julio de 2018. (Getty Images)
El presidente Donald Trump y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, asisten a una conferencia de prensa conjunta después de una reunión en el Palacio Presidencial en Helsinki, el 16 de julio de 2018. (Getty Images)

Levantar sanciones a Rusia, el nuevo cinismo presidencial

El intento de la Administración Trump por aprobar en el Congreso el levantamiento de sanciones contra aliados de Vladimir Putin es el último gesto de cinismo…

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¿Recuerda ese oligarca ruso con el que Paul Manafort compartía información delicada durante las presidenciales? Bueno, ahora Trump quiere levantarle las sanciones.

Durante el pasado mes de diciembre, la Administración Trump anunció al Congreso su intención de levantar sanciones a dos grandes empresas rusas, una de las cuales es propiedad de Oleg Deripaska, oligarca de gran peso en Moscú y amigo cercano de Vladimir Putin.

La relación del gobierno de Trump con Rusia ha estado enmarcada en investigaciones por presunta colusión y traición, lo que ha puesto al presidente en la difícil situación de tener que mostrar algo de mano dura con sus amigos rusos.

Si bien la administración anunció previamente la imposición de algunas sanciones contra Deripaska como retaliación contra la interferencia de Moscú en las elecciones del 2016, el gesto parece haber sido sólo eso: un gesto.

Según explicó CNN, las sanciones debían entrar en vigor de manera inmediata, pero la compañía de Deripaska, Rusal, “pidió rápidamente al Departamento del Tesoro que las levantara”, a lo que el gobierno accedió sin mayores problemas, “extendiendo el plazo varias veces para permitir que Deripaska tenga más tiempo para renunciar al control de sus participaciones”.

Aunque el gobierno se ve obligado a castigar al Kremlin por lo sucedido en el 2016, en especial después de que el Congreso aprobó una decisión el pasado verano para que así fuera, la tenacidad en el intento brilla por su ausencia.

Al punto de que el mismísimo Partido Republicano ha roto filas con el gobierno después de que anunciara su nueva decisión de sencillamente levantar las sanciones.

Según reportó Politico, la Cámara de Representantes votó en un 362 a 53 contra la decisión de Trump de ayudar al Kremlin, donde 130 republicanos se sumaron a la oposición demócrata contra los favores que el presidente pretende hacerle a Putin en casa.

Quedan aún algunos republicanos, especialmente en el Senado, dispuestos a dar luz verde al presidente y al Departamento del Tesoro; sin embargo, los demócratas insisten en que la información sobre el acuerdo entre Estados Unidos y Deripaska debe compartirse en su totalidad para “entender” la perspectiva de la decisión.