El presidente Donald Trump hará su primer viaje a la frontera entre EE.UU. y México en 2020, en medio de la actual oleada de casos de coronavirus en Arizona. 

En mayo, las cosas en Arizona se veían un poco diferentes. Aparte de la Nación Navajo, los condados estaban en camino de frenar la propagación del coronavirus en el estado. Pero entonces Trump anunció que visitaría Arizona. Esto impulsó al gobernador Ducey a acelerar el ritmo de la reapertura del estado.

Horas antes de la llegada de Trump, Ducey anunció repentinamente que reabriría partes de la economía del estado - permitiendo que negocios como barberías y salones de belleza reabrieran.

Desde entonces, Arizona se ha convertido en uno de los puntos calientes del coronavirus de la nación. Hasta el martes, Arizona ha registrado más de 58.000 casos y 1.384 defunciones - el doble de casos en los últimos 15 días.

El martes, Arizona registró el mayor incremento de casos de coronavirus en un solo día antes de la visita de Trump. Aún así, las multitudes se reunieron en Yuma, Arizona y Phoenix, desafiando el calor para esperar al Presidente.

Durante el fin de semana, Arizona se enfrentó a varias complicaciones para los que querían hacerse la prueba, con muchas horas de espera o sin poderse hacer la prueba en absoluto. Los hospitales se vieron obligados a rechazar a las personas asintomáticas, y otros informaron de retrasos en los resultados de las pruebas.

En las regiones rurales y desfavorecidas de Arizona hay una cantidad abrumadora de personas que tratan de hacerse la prueba con pocas pruebas que ofrecer. 

El sábado, se informó que casi mil personas esperaron hasta 13 horas para hacerse la prueba en Maryvale, Arizona. La gente no tenía acceso a agua, comida o baños ya que las temperaturas se elevaron más de 100 grados mientras los asistentes a la "prueba de blitz" esperaban en sus coches para la prueba.

Maryvale es 75% hispana, con tiempos de espera que parecen ser mucho más largos que otros realizados a través de Phoenix. Además, los códigos postales en los que se encuentra Maryvale contienen algunas de las tasas más altas de infecciones confirmadas en Phoenix, informó AZCentral. 

De acuerdo con la oficina del gobernador, las pruebas han aumentado más del 40% en las últimas dos semanas.

Pero con los recientes tweets de Trump sobre la desaceleración de las pruebas de coronavirus, los esfuerzos en los distritos desfavorecidos pueden seguir empeorando.

El Presidente Trump llegó a Yuma para un recorrido por el muro fronterizo, antes de un mitin bajo techo en Phoenix. Su visita marca la finalización de 200 millas de muro fronterizo a lo largo de la frontera suroeste. 

El representante Raúl Grijalva (D-AZ) emitió una declaración en respuesta a la visita de Trump a su distrito.

"Los arizonenses están en primera fila de los fracasos de la Administración Trump", dijo.

"Desde su fracaso en conseguir a los arizonenses los recursos que necesitamos para luchar y contener el brote de COVID-19 hasta la destrucción desenfrenada del medio ambiente y las comunidades fronterizas para construir su inútil muro de vanidad, su presidencia es un desastre absoluto para las familias de Arizona. Ahora, mientras COVID-19 se extiende entre las cuadrillas que construyen su muro fronterizo y amenaza con impactar a las pequeñas comunidades fronterizas, Trump se detiene en Yuma para aplaudir".

Horas antes de que Trump llegara a Phoenix, una imagen de la línea del día fuera de la iglesia donde se llevará a cabo su manifestación causó controversia por la falta de protocolos de coronavirus.

Mostraba montones de partidarios esperando en los alrededores hasta 8 horas antes de la llegada de Trump. Fue publicado el martes por la mañana por la página de Twitter del Partido Republicano de Arizona: 

"Estoy horrorizado por esta foto y el peligro que representa para los arizonenses", Kyrsten Sinema twiteó en reacción a la foto. "El coronavirus es real y hoy es nuestra mayor tasa de infección hasta la fecha. Todos por favor usen una máscara y manténganse a 6 pies de distancia de los demás. Salvará vidas".

En las elecciones presidenciales de 2016, Trump sólo ganó por tres puntos porcentuales. Desde entonces no ha ampliado su base de apoyo en el estado.

Por eso los votantes de Arizona se encuentran ahora en el centro de su campaña para la reelección. Con las encuestas mostrando poca discrepancia entre Trump y el nominado demócrata Joe Biden, la derecha está preocupada.

Arizona tiene el poder de sacudir el poder político del país en el otoño. Por eso Trump está dispuesto a sacrificar la salud de miles de personas para entregar su mensaje.