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La Reforma Policial de Julián Castro

El ex candidato presidencial Julián Castro advirtió de la necesidad de una reforma policial en Estados Unidos. Hoy, sus palabras resuenan aún más alto.

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En un momento en el que Estados Unidos sufre una dolorosa crisis de identidad –entre protestas por el derecho a la vida de las personas de color y la necesidad de romper con el racismo endógeno– pareciera que ningún fenómeno está aislado.

La muerte de George Floyd, de Carlos Ingram-López, de Andrés Guardado, de Breonna Taylor y de tantas otras personas de color en manos de los agentes policiales en todo el país tan sólo ha resaltado la necesidad de una transformación profunda, y de un cambio radical en el sistema.

Durante las primarias demócratas, un candidato puso esta reforma en el centro de su propuesta electoral, pero su voz parecía perderse entre el griterío de una maquinaria demócrata que, ante el temor de una posible reelección de Donald Trump, prefirieron no correr riesgos.

Era el ex secretario de vivienda de la administración Obama, y único Latino en la contienda, Julián Castro, quien en el momento hacía eco de la violencia desproporcionada que sufren Latinos y Afroamericanos por igual cuando son enfrentados por los agentes del orden público.

"Si la policía de Charleston, Carolina del Sur, puede arrestar a Dylann Roof después de que asesinara a nueve personas que estaban adorando en el estudio de la Biblia, sin hacerle daño", dijo en enero de 2019, "entonces no me digas que Michael Brown, y Tamir Rice, y Aiyana Jones, y Eric Garner, y Jason Pero, y Stephon Clark, y Sandra Bland no deberían estar vivos también hoy".

Crónica de una Reforma Anunciada

Julián Castro era conocido a finales del 2018 por ser un joven “con alguna experiencia ejecutiva” dentro de los peldaños de popularidad del Partido Demócrata a nivel nacional.

Después de su gestión como Secretario de Vivienda y Desarrollo dentro del gobierno de Barack Obama, el joven político fue considerado para incorporarse a la fórmula de campaña de Hillary Clinton en el 2016, lo que le catapultó definitivamente a las primeras planas.

Castro y su hermano gemelo, quien lidera actualmente el Caucus Hispano en el Congreso, han enmarcado su carrera política en la historia de su familia: inmigrantes mexicanos y activistas políticos en el corazón de Texas. 

En un mitin político organizado en Enero del 2019 en San Antonio (Texas), y pronunciado tanto en español como en inglés, Castro aseguró que su campaña contaría con varias prioridades de su partido, como un programa pre-kindergarten, la expansión del acceso a la atención médica, la lucha contra el cambio climático y, como es de esperarse, la oposición al presidente Donald Trump.

Su experiencia como alcalde de San Antonio le otorgaba alguna ventaja con respecto a otros posibles contrincantes – Elizabeth Warren y Kamala Harris, por ejemplo – y fue precisamente su distancia con la “política de identidad” lo que permitió su lento pero asegurado ascenso.

Pero poco a poco, a lo largo de su campaña. Castro marcó una rotunda diferencia con los demás candidatos, visitando Puerto Rico en su primera parada, y proponiendo dos radicales cambios en la legislación en el país: una propuesta de inmigración y una reforma policial comprehensiva, que se fusionaría en lo que llamó el “People First Policy”.

El candidato se retira, pero las ideas quedan

A finales del pasado mes de octubre, Castro anunció que su campaña estaba en riesgo de llegar a su fin por falta de fondos, y su posición en los sondeos – donde contaba con un 2% de aprobación – no le permitió calificar al debate demócrata de noviembre.

Su experiencia en la campaña le ha vuelto crítico de la manera en la que se hace política en el país, declarando entre otras cosas que la tradición de los primeros estados nominadores en las primarias “no reflejan la diversidad de la nación”, y sugirió “reordenar el calendario de votación primaria demócrata” de manera que se permita a los estados más diversos votar primero.

Aún siendo uno de los candidatos con un programa sólido, factible e inclusivo, que no dejó de lado a ninguna comunidad, Castro se vio devorado por el sistema demócrata, donde pareciera que ser hombre y blanco sigue siendo la ruta preferida por los que no entienden que el país está listo para ver un cambio.

Su lucha, sin embargo, ha dejado una profunda marca en el país, después de que su participación en el debate nacional pusiera sobre la mesa los nombres de las víctimas por violencia policial, la desigualdad de razas y la falta de representación en el sistema político.

“Voy a decir la verdad. Es hora de que el Partido Demócrata cambie la forma en que hacemos nuestro proceso de nominación presidencial”, dijo Castro en su despedida. “Estoy muy orgulloso de la campaña que hemos llevado juntos. Hemos dado forma a la conversación sobre tantos temas importantes en esta carrera, hemos defendido a las personas más vulnerables y hemos dado voz a los que a menudo son olvidados.”

Una vez los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren se retiraran de la carrera por la presidencia, el candidato demócrata de facto para competir contra Donald Trump en noviembre del 2020 fue el ex vicepresidente Joe Biden, quien no tardó en incorporar en su proyecto algunas ideas de sus ex contrincantes.

Entre ellas, la reforma policial de Julián Castro, quien siguió el ejemplo de muchos otros candidatos y dio su apoyo al ex vicepresidente en redes sociales.

En medio del descontento social por la muerte de George Floyd y el impacto de la pandemia del Coronavirus en las comunidades de color, Biden aprovechó el momento para agradecer a Castro su respaldo y hacer eco de su promesa por hacer de la propuesta del joven político una realidad.

"Julián, hice una promesa a la familia de George de que no se convertiría en otro hashtag. Vamos a abordar esto de frente,  y vamos a necesitar tu ayuda para hacerlo. Agradecido por su apoyo", dijo el ex vicepresidente en un retweet del tweet de Castro de apoyo a Biden.

En medio del levantamiento nacional que detonó una segunda ola de protestas del movimiento Black Lives Matter, y una profunda sacudida al statu quo en el país, Biden hacía eco de la propuesta inicial de Castro, urgiendo al Congreso que tomara medidas inmediatas para reformar la policía, incluyendo la prohibición de las detenciones con estrangulamiento, la mejora de la supervisión y la rendición de cuentas por parte de los oficiales.

"Joe Biden reconoce la urgente necesidad de una verdadera reforma para hacer frente a nuestro roto sistema policial. Estoy orgulloso de apoyarlo, y espero con interés ver que estas reformas se conviertan en ley, para que lo que le pasó a George Floyd no vuelva a suceder", dijo Castro en un tweet.

Una ambiciosa propuesta

La muerte de George Floyd y las consecuentes protestas del movimiento Black Lives Matter fueron un paso más allá e impulsaron los llamados a recortar fondos federales a los Departamentos de Policía.

Para Castro, la salida es mucho más integral.

En su proyecto, el ex candidato propone poner fin a la violencia, al racismo y a la discriminación dentro de los Departamentos de Policía a través del establecimiento de normas nacionales de conducta para los agentes, y transformar la eliminación de los prejuicios raciales en una prioridad.

En una reciente entrevista con The Atlantic, Castro entró en más detalle sobre lo que implica su visión:

“A nivel federal, lo más importante es, Nº 1, apoyar a las comunidades locales en la reimaginación de la seguridad pública, y luego tomar varias medidas concretas para prevenir la violencia policial: prohibir las retenciones de estrangulamiento, deshacerse de la inmunidad calificada, crear una base de datos de oficiales que han sido disciplinados o despedidos a la que puedan acceder los departamentos de personal de todo el país, que sea perfecta. Tenemos una versión irregular de eso ahora”, dijo al periodista Adam Serwer, agregando que se necesita una coordinación nacional.

“También creo que tenemos que dar a las comunidades locales los recursos necesarios para hacer la transición hacia esa reimaginación de la seguridad pública e invertir en profesionales de la salud mental, trabajadores sociales y profesionales de la vivienda, para tratar con dos grupos de personas a los que la policía a menudo responde y a los que no debería tener que responder la gran mayoría de las veces: las personas sin hogar, que han sido criminalizadas en todo el país, y las personas con problemas de salud mental que son estigmatizadas como violentas, pero que en la gran mayoría de los casos no lo son.”

Finalmente, Castro ha demostrado que no se quedará de brazos cruzados en espera de que sus ideas sean puestas en marcha por otros.

Durante las últimas semanas, el ex candidato lanzó un comité de acción política para apoyar las carreras electorales de candidatos que apoyen la reforma policial y la equidad en la justicia penal.

El ahora llamado People First Future PAC cuenta con 17 candidatos, y ha recaudado alrededor de 65.000 dólares para apoyar a grupos que protestan por la muerte de George Floyd en las calles.

El pasado 7 de junio, Castro se dirigió a los manifestantes en San Antonio, Texas, destacando la importancia de involucrarse en la lucha contra la violencia policial, y resaltando la importancia de asistir a las urnas en noviembre.

“Durante mi campaña dije que la violencia policial no era un caso de unas cuantas manzanas podridas,” repitió, “el sistema en sí mismo está roto.”