Las autoridades policiales y militares desalojaron hoy finalmente un campamento en Dakota del Norte que se oponía a la construcción de un oleoducto que pasará cerca de un reserva indígena, después de meses de oposición.

Pertrechados con uniformes de combate, antidisturbios y vehículos blindados, decenas de policías y miembros de la Guardia Nacional avanzaron hacia el Campamento Roca Sagrada para arrestar al último reducto de manifestantes que bloqueaba la construcción del oleoducto Dakota Access.

Este miércoles venció el ultimátum del estado de Dakota del Norte para desalojar el campamento, que se había convertido desde la primavera del año pasado en el símbolo de la lucha indígena por la protección de sus territorios y del medio ambiente.

Un centenar de personas abandonaron el improvisado campamento, cubierto hoy por la nieve, y prendieron fuego a las tiendas que quedaban en pie como símbolo de resistencia y desafío a las autoridades estatales y federales que quieren reanudar las obras del oleoducto.

Los más de 1.800 kilómetros del oleoducto Dakota Access conectarán los yacimientos petroleros de Dakota del Norte y un centro logístico de almacenamiento en el estado de Illinois, pasando muy cerca de la reserva india de Standing Rock.

Las obras del oleoducto se habían parado en ese punto debido a que el plan obligaba a las tuberías a atravesar de manera subterránea el río Misuri, lo que hacía temer a grupos indígenas y ambientalistas de futura contaminación de los acuíferos.

En su momento más álgido, durante el verano, el campamento de Roca Sagrada llegó a tener miles de manifestantes, aunque hoy solo quedaban varias decenas de ellos, algunos de los cuales han abogado por resistir a toda costa.

El presidente, Donald Trump, ha pedido en su primer mes en la Casa Blanca que se acelere la aprobación de la fase final del oleoducto, que los defensores consideran más seguro que transportar el crudo en trenes o por otros medios.