LIVE STREAMING
Three trucks with giant signs addressed to Republican Sen. Marco Rubio drive through the streets of Miami, Florida, USA on Feb. 16, 2018. EPA-EFE/Jorge Ignacio Perez
Three trucks with giant signs addressed to Republican Sen. Marco Rubio drive through the streets of Miami, Florida, USA on Feb. 16, 2018. EPA-EFE/Jorge Ignacio Perez

Control de armas en EEUU: ¿dónde está el límite de las libertades civiles?

La reciente matanza en un instituto de Florida ha puesto de manifiesto el poder de influencia de la Asociación Nacional del Rifle, NRA; no solo por el dinero…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

¿Cuáles son las preocupacion

Protección Temporal

La economía está estancada

Buenas noticias empresarios

Adiós a un 'problem solver'

Combatiendo la adicción

Un problema sin vencimiento

Cultura latina dividida

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El pasado miércoles, Nikolas Cruz, un joven de 19 años con carácter problemático, acudió a su antiguo instituto de secundaria en Parkland, Florida, y disparó a bocajarro contra los estudiantes que encontró en su camino, provocando la muerte de 17 personas.

 ¿El motivo? Ninguno. ¿El arma? Un rifle de asalto, modelo AR-15 semi-automático. La misma arma empleada en las matanzas de San Bernardino, Las Vegas y Sutherland Spring, que en Florida puede adquirirse con bastante facilidad. Antes de convertirse en el rifle estrella de las matanzas de civiles en Estados Unidos, el AR-15 era una arma de uso exclusivo para el ejército, conocida como M16. No obstante, cuando ArmaLite, la compañía que lo inventó, tuvo problemas financieros, decidió vender el modelo a la empresa Colt, que desarrolló un diseño nuevo para “uso civil”.

Según la BBC, para obtener un AR-15 no es necesario tener 21 años, como ocurre con las pistolas, sino que puede adquirirse con 18 en cualquier web de venta de armas online, siempre y cuando el comprador no tenga antecedentes. En Florida, este proceso dura tres días.  El precio del AR-15 oscila entre los 500 y 1000 dólares. En el 2016 se vendieron más de 1.5 millones de AR-15. Corría el rumo de que Washington estudiaba la prohibición del arma, dada su vinculación a matanzas recientes. Nunca ocurrió.

Estados Unidos representa solo el 5% de la población mundial, pero concentra más del 40% de armas para uso civil del planeta. Según el Pew Research, 3 de cada 10 adultos tiene al menos un arma y otros tres se plantean tener una en el futuro.

¿Por qué Estados Unidos sigue sin prohibir las armas de fuego, cuando parece tan obvia su conexión con la muerte de decenas de civiles en matanzas escolares y lugares públicos (Columbine, Sandy Hook, Orlando, Las Vegas, Parkland...)?

“El derecho a las armas está consagrado en la segunda enmienda en la Constitución y no se discute en Estados Unidos”, constata el diario español El País. La polémica reside en cómo interpretar este principio, qué limitaciones deberían imponerse y por qué ha dado lugar a un mercado tan laxo, en el que un chaval de 18 años puede adquirir un rifle AR-15 pero no puede entrar en un bar y pedir una cerveza, según El País.

El segundo motivo claro es la influencia de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés). El lobby de las armas, no de los más poderosos de EE.UU, no solo es uno de los principales contribuyentes al presupuesto de Washington, sino que moviliza millones de votantes en todo el país.

La NRA gastó 30 millones de dólares en la campaña del candidato Trump a la presidencia, y otros 4 millones para presionar a legisladores. “Pero el verdadero poder de la NRA como grupo de presión es su enorme capacidad de influir en el voto sobre el derecho a tener armas. “Se considera un guardián de las libertades constitucionales, de la excepcionalidad americana , conectando con el americano más libertario”, dice El País. De lo que se trata, en el fondo, es de una “guerra cultural” con las corrientes de izquierdas, concluye el rotativo español.

"A cada político que recibe donaciones de NRA: ¡qué vergüenza!", gritaban decenas de manifestantes que se reunieron en Florida en un acto contra las armas este fin de semana. La voz que más se oía era la de Emma González, una manifestante, alumna de Parkland, cuya intervención se hizo viral en las redes. "Qué vergüenza, qué vergüenza", replicó el público presente en ese acto contra las armas.