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Amy Coney Barrett, Brett M. Kavanaugh, y Raymond Kethledge son los candidatos de Trump para reemplazar al juez Anthony M. Kennedy en la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
Amy Coney Barrett, Brett M. Kavanaugh, y Raymond Kethledge son los candidatos de Trump para reemplazar al juez Anthony M. Kennedy en la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.

Conozca a los candidatos de Trump para la Corte Suprema

Después del inesperado anuncio del juez Anthony M. Kennedy sobre su retiro, el presidente Trump tiene ahora la posibilidad de nominar un segundo juez a la…

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Es hora de tomarse en serio la amenaza de la Administración Trump sobre el progresismo de Estados Unidos.

No sólo el presidente ha instaurado una cuestionable política ideológica en su gobierno – contra inmigrantes, transexuales y el derecho al aborto – sino que ahora el corazón de la legalidad en el país se verá transformado a favor del conservacionismo más acérrimo.

Durante el último día de sesión de la Corte Suprema, el juez Anthony Kennedy (81) anunció que se retirará durante el mes de julio después de 30 años de servicio.

“Ha sido un gran honor y privilegio servir a nuestra nación en la judicatura federal durante 43 años, 30 de ellos en la Corte Suprema”, dijo Kennedy en un comunicado.

Después de haber sido nombrado por el presidente Ronald Reagan en 1988, y tras haber sido una voz fundamental en los derechos para la comunidad LGBTQ y el aborto legal – así como en la eliminación de los límites de gasto para el gobierno – el puesto que Kennedy deja libre permitirá al gobierno de Trump radicalizar su influencia en el órgano principal.

“El nominado de Trump probablemente otorgará a los conservadores una sólida mayoría y se enfrentará a un proceso del Senado en el que, si bien los republicanos sólo tienen la mayoría mínima, los demócratas no podrán retrasar la confirmación”, explicó Associated Press.

La íntima relación entre Kennedy y Trump ha disparado una oleada de teorías que implican un pacto detrás de bastidores por parte de ambos para facilitar al presidente la instauración de sus políticas más controversiales.

Varios medios reportaron inmediatamente después del anuncio de Kennedy, la relación comercial entre Trump y el hijo del juez, Justin Kennedy, quien “trabajó durante más de una década en el Deutsche Bank”, época en la cual el banco “se transformó en el prestamista principal del Sr. Trump, facilitándole hasta mil millones de dólares para la renovación y construcción de rascacielos en Nueva York y Chicago, en un momento en el que otros bancos convencionales se mostraban reticentes de hacer negocios con él debido a su problemática historia comercial”, reportó The Independent.

Para bien o para mal, el retiro de Kennedy es un hecho, y el presidente Trump no ha perdido tiempo en entrevistar a sus posibles candidatos, como anunció el día lunes durante su rueda de prensa con el primer ministro holandés, Mark Rutte.

“Tuve una mañana muy interesante”, aseguró sobre su reunión con los candidatos, sin mencionarles por nombre, pero confirmando que tendría su nominación para el día 9 de julio.

El presidente se habría reunido con cuatro jueces federales del tribunal de apelaciones, según reportó el Washington Post. Entre ellos: Brett M. Kavanaugh, Amy Coney Barrett, Amul R. Thapar y Raymond Kethledge.

Pero este jueves, el presidente ya habría reducido su listado a tan sólo tres, descartando a Thapar de su lista final, según fuentes cercanas a la decisión.

Las opciones restantes, sin embargo, hablan por sí solas:

Amy Coney Barrett

La actual juez de apelación federal en el Séptimo Tribunal del Circuito de Apelaciones es recordada por su enfrentamiento con la senadora demócrata Dianne Feinstein durante su audiencia de confirmación a su actual puesto, en la cual no pudo disimular su radicalismo religioso.

Barrett es miembro del grupo religioso de avivamiento llamado “People of Praise” descrito por muchos más como un “culto” que como una iglesia tradicional, y con algunas tendencias simbólicas a la novela de Margaret Atwood The Handmaid’s Tale.

Este tipo de afiliaciones han puesto a Barrett en el epicentro del debate sobre el derecho al aborto, en especial por su contraposición a casos como el Roe vs. Wade y a la Affordable Care Act.

“La pregunta es hasta qué punto la religión de Barrett afectará su jurisprudencia”, cuestiona Vox. “Los grupos liberales han identificado la escritura sobre cuestiones de fe católica y la interpretación constitucional como preocupantes, señalando una pieza de la que Barrett fue coautora y que rechazó el argumento del juez William Brennan de que los jueces católicos siempre deberían considerar la Constitución como más importante que su fe religiosa”.

Brett M. Kavanaugh

Este juez federal de apelaciones es otra de las opciones de Trump para sustituir a Kennedy, siendo considerado por el presidente por su trayectoria de alto perfil, su trabajo bajo la tutela de Anthony Kennedy y su participación en casos como el del niño cubano Elián González y el histórico reconteo en la campaña de George W. Bush en Florida.

Aunque precisamente su cercanía al gobierno de Bush le podría restar puntos, fue su trabajo en la autoría del Reporte Starr (que detallaba la aventura del presidente Clinton con Mónica Lewinsky), así como su voz contra las “agresivas regulaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Obama” lo que le ha puesto en la lista de candidatos.

Raymond Kethledge

Kethledge, quien también se desempeña como juez federal de apelaciones, pareciera ser la mejor opción para suplir a Kennedy.

Según explica el Washington Post, este candidato podría traer “una ventaja política al proceso”, por haber llevado a cabo una labor “de manera consistente con el propósito original de la constitución y sus enmiendas, fiel a los estatutos aprobados por el poder ejecutivo y legislativo”, algo que sus contrincantes no podrían lograr.

Esto es lo que el medio llama “una aproximación originalista” a la legislatura, con arraigadas posturas tradicionales en cuanto al porte de armas, la fe católica y la defensa de los intereses económicos de grupos políticos conservadores.

En resumen, Kethledge podría ser el menor de los males en una Corte Suprema diseñada a la medida del presidente.

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