Sí, créalo o no lo crea, apenas dos semanas después de que una banda de mercenarios entrenados y financiados por Colombia y EE.UU. intentaron invadir Venezuela y asesinar al presidente Nicolás Maduro, y de que un individuo armado con una poderosa arma automática disparara más de 30 veces a la embajada cubana en Washington, Trump y su despreciable secretario de Estado, Mike Pompeo, colocaron a ambas naciones en una lista de países que "no cooperan plenamente" con la "guerra global contra el terrorismo" de Washington. Irán, Siria y Corea del Norte también están incluidos en la lista.

Las mentiras y la hipocresía de Washington no tienen límite.

No es la primera vez que Estados Unidos coloca a Cuba en esa lista. De hecho, Cuba había sido clasificada arbitrariamente durante 33 años como un "patrocinador estatal del terrorismo" hasta 2015, cuando fue retirada de la lista bajo la presidencia de Barack Obama.

Venezuela y Cuba no están esperando sentados los ataques estadounidenses sentados. La nación sudamericana presentó cargos formales de terrorismo ante las Naciones Unidas sobre la invasión fallida que terminó con ocho mercenarios muertos y 91 capturados, entre ellos dos ex-operativos de las fuerzas especiales estadounidenses.

La inteligencia de Venezuela parece haber jugado un papel importante en frustrar los planes de los invasores.

"Sabíamos todo", dijo Maduro. "Lo que comieron, lo que no comieron. Lo que bebieron. Quién los financió. Sabemos que el gobierno de EE.UU. delegó esto como una operación [de la Administración de Control de Drogas de EE.UU.]".

Venezuela presentó los cargos ante la ONU el mismo día en que el Departamento de Estado publicó su vergonzosa lista.