A veces, hacer las cosas por voluntad propia es más difícil que ser expulsado del país con esposas en tus manos. Esa fue la decisión que tomó Alejandra Juárez después de haber agotado todas las opciones para evitar su deportación.

Despidiéndose de sus hijas en el aeropuerto, esta inmigrante mostró uno de los rasgos más duros de la inmigración en Estados Unidos.

Juárez cruzó la frontera con México en 1998 sin documentos, y se casó con un ex marine, el Sargento Cuauhtemoc “Temo” Juárez en el 2001, según reportó el Military Times. Alejandra, introdujo la solicitud para convertirse en ciudadana en el 2001 que fue rechazada por un malentendido con sus declaraciones en inmigración.

Después de haberse casado con un ciudadano estadounidense, trabajar y criar a dos hijas nacidas en el país, el gobierno federal descubrió que Alejandra no poseía la documentación reglamentaria tras un incidente de tráfico en el 2013, según reportó Associated Press.

Esta inmigrante mexicana cumplió con las exigencias de inmigración al chequearse con los funcionarios de Inmigración y Aduanas regularmente, quienes hasta esta administración sólo le daban prioridad de deportación a personas con récord criminal.

A pesar de ser inmigrantes y tener a un familiar en casa sin documentos, la familia votó por el presidente Donald Trump y ahora ven las consecuencias de la política de “tolerancia cero” implementada por la administración.

El representante demócrata de Florida, Darren Soto, acompañó a la familia al aeropuerto este viernes y declaró ante los medios que “es una desgracia absoluta que la administración Trump esté deportando a la esposa de un patriota”.

Sin embargo, cuando de inmigrantes se trata, el gobierno y su Departamento de Justicia prefieren un inmigrante menos que un patriota más.