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La senadora Kamala Harris (D-Calif.) Asiste a una audiencia del Senado en Washington. (Alex Brandon/Associated Press)
La senadora Kamala Harris (D-Calif.) Asiste a una audiencia del Senado en Washington. (Alex Brandon/Associated Press)

Kamala Harris se lanza al ruedo por el 2020

La Senadora californiana es la última en lanzar su sombrero a la primaria demócrata por la nominación presidencial para el 2020, y su campaña deberá demostrar…

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Para nadie es sorpresa que Kamala Harris anuncie su candidatura presidencial.

Los rumores sobre su interés en una campaña contra Trump en el 2020 se hicieron cada vez más fuertes durante los últimos meses, y hace tan sólo unos días discutía con Stephen Colbert algo más que su nuevo libro.

Pero en un momento en el que las aguas turbulentas de la política nacional dan cabida a muchas propuestas, la de Harris no es precisamente la más sencilla.

Habiéndose desempeñado como abogado de distrito durante los años ochenta, esta abogada escaló paulatinamente hacia puestos como Fiscal de Distrito en San Francisco, donde se desempeñó durante 12 años antes de llegar al Senado, y su trabajo en la aplicación de la ley le ganó antipatías por su postura poco radical y hasta conciliadora.

Algunos han argumentado que “Harris era demasiado entusiasta contra los acusados en una serie de casos que ella o su oficina manejaban”, según escribió la profesora de derecho Lara Bazelon en una columna de opinión para el New York Times.

“Una y otra vez, cuando los progresistas le instaron a abrazar las reformas de la justicia penal como fiscal de distrito, y luego como fiscal general del estado, la Sra. Harris se opuso o se quedó en silencio”, continúa Bazelon. “Más preocupante aún, la Sra. Harris peleó con uñas y dientes para defender las condenas erróneas que se habían asegurado a través de una mala conducta oficial que incluía la manipulación de pruebas, el falso testimonio y la supresión de información crucial por parte de los fiscales”.

Por más agravante que parecieran este tipo de acusaciones, el destino de cualquier candidato presidencial es el agresivo escrutinio público de todos los ámbitos de su vida.

Harris, sin embargo, representa otro tipo de candidato político que desentona profundamente con el ambiente de Estados Unidos en la era Trump.

Mientras algunos optan por la retórica agresiva y divisionista -  el “ellos o nosotros” – Harris propone una aproximación más conciliadora, menos extremista y, quizás, menos atractiva, pero no por ello menos aguda.

Sus posturas han estado siempre del lado de asuntos como la inmigración, Medicare Para Todos y hasta la legalización de la marihuana, y durante la Administración Trump ha sido una voz de disensión contra el racismo, la misoginia y el conservacionismo tribal del Partido Republicano.

Asimismo, su trasfondo como hija de inmigrantes de color, el hecho de haber sido la primera mujer afroamericana en llegar a ser Fiscal General y, posteriormente, Senadora de California, y el haberse transformado en la segunda mujer afroamericana en sentarse en el Comité Judiciario del Senado le otorgan un bagaje mucho más pesado que el de muchos de sus contrincantes en la primaria.

Es quizás precisamente por ello que el criticismo no ha tardado en hacerse sentir contra su proyecto presidencial pues, en un momento en el que se necesita un candidato lo suficientemente sólido para vencer a Trump, todas las murallas serán puestas a prueba.

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