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Renacimiento Radical

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Muchos latinos están descontentos con ambos partidos políticos, y me doy cuenta fácilmente del motivo. Uno de ellos nos ignora, mientras que el otro parece…

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Ahora oigo hablar a
individuos de veinte y pico de años quienes, en su desilusión, suspiran por
algo que estuvo en auge antes de que ellos hubieran nacido: el Partido Raza
Unida.

Fundado el 17 de enero de
1970 en Crystal City, Texas, Raza Unida celebró una convención binacional de
nominación en 1972, en El Paso, Texas y en Juárez, México. En un momento
determinado, operó en 17 estados y el Distrito de Columbia. Su objetivo: Elegir
latinos a cargos oficiales.

Me pregunté cómo
interpretan los veteranos que vivieron esa historia este renacimiento de los
radicales. Así pues, recurrí a la fuente: el cofundador de Raza Unida, José
Ángel Gutiérrez, un abogado y profesor universitario de 66 años que vive en
Dallas. Durante el movimiento chicano de los años 70, Gutiérrez fue mencionado
como uno de "los cuatro grandes" líderes latinos —junto con César Chávez en
California, Rodolfo "Corky" Gonzáles en Colorado y Reies Tijerina en Nuevo
México.

Gutiérrez y yo somos ahora
amigos, pero nuestra relación tuvo un inicio tumultuoso. La primera vez que nos
enfrentamos fue en un programa de televisión sobre asuntos públicos, en Dallas,
hace unos 10 años. Yo hice un comentario crítico y presuntuoso sobre cómo,
mientras su generación de latinos tuvo el beneficio de la experiencia, también
llevaba su carga, ya que "todas las experiencias son malas".

Gutiérrez me fulminó con
la mirada. Y después, en el aire, me dio jaque por ser mal educado.

"Qué lástima que los
Rangers (de Texas) no estén aquí", dijo. "Porque lo que necesitas es una buena
paliza en el c---".

Aún así, lo que nos
convierte en almas gemelas es que ambos sabemos lo que significa poner
incómodos a nuestros compatriotas latinos diciendo lo que no quieren oír.

Pregunté a Gutiérrez qué
pensaba sobre la nueva generación de latinos que idealiza el partido que él
ayudó a fundar. Expresó que todo tiene sentido, dado el principio original del
que nació Raza Unida.

"El legado del Partido
Raza Unida es la idea de un pensamiento independiente y de que podemos hablar
por nosotros mismos", dijo. "No se necesita ventrílocuo".

Los que se congregaron en
torno al movimiento pensaban que los dos partidos les habían fallado. Pero
cuando el partido se acabó, la mayoría de los fieles de Raza Unida se integró
lealmente al Partido Demócrata —donde se desvanecieron en un segundo plano.

Cuando pregunté a
Gutiérrez sobre los avances de los republicanos hispanos en las elecciones de
mitad de período, estuvo de acuerdo en que el Partido Republicano estaba
tratando de conquistar a electores latinos. Mencionó cómo George P. Bush, de 34
años —hijo del ex gobernador de Florida, Jeb Bush y de su esposa nacida en
México, Columba— está dirigiendo a los Republicanos Hispanos de Texas, un
comité de acción política cuyo objetivo es elegir más republicanos hispanos en
Texas.

"Observen al 'marroncito'",
bromeó Gutiérrez, invocando una frase que George H.W. Bush utilizara una vez
para describir a sus nietos mitad mexicanos. "¿Por qué él (George P.) se está
abocando a eso? ¿Por qué no está ahí fuera con los otros Bushies?"

En la actualidad, los pasatiempos
de Gutiérrez incluyen irritar a los nativistas con comentarios provocativos
sobre cómo los anglos están perdiendo el sueño por el amarronamiento de Estados
Unidos.

"Piensan que éste es un
país blanco", expresó. "Y cuando alguien dice lo opuesto, entonces ése es el
demonio".       

Hablando de miedos, uno se
pregunta a qué le tiene miedo Gutiérrez. Respuesta: Al movimiento del tea
party.

"Dan un poco de miedo",
expresó. "Odian a todo el mundo".

En otras épocas, los que
estaban abajo sabían por qué sentían cólera —y a quién dirigirla.

Hoy en día, es más como el
efecto escopeta, la cólera por la cólera misma. Eso puede llamar la atención.
Hasta puede hacer que uno salga electo a unos pocos cargos. Pero al final, no
te lleva muy lejos.

Como tampoco lo hará la
apatía. Ése es el peligro de los latinos, dado el deplorable trato que reciben
de ambos partidos.

"Los republicanos no
tienen que prestarnos atención porque no les damos nada", dijo Gutiérrez. "Y
los demócratas no nos prestan atención porque no tenemos otras opciones".

            Bueno,
ya no tenemos muchas opciones. Pero en una época, gracias a gente como José
Ángel Gutiérrez, las tuvimos.

           

© 2010, The Washington Post
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