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Ramona Africa (en el centro) durante el encuentro de ATAC com los estudiantes de la escuela Jubilee (empezando por la derecha) Ishtar El, Nigel Carter, Ella Adams y Hannah Roemer-Block, y la profesora Karen Falcon. Foto: LBW
Ramona Africa (en el centro) durante el encuentro de ATAC com los estudiantes de la escuela Jubilee (empezando por la derecha) Ishtar El, Nigel Carter, Ella Adams y Hannah Roemer-Block, y la profesora Karen Falcon. Foto: LBW

[OP-ED]: Que la historia no se repita

Un grupo de niños de Filadelfia ha conseguido lo que los adultos se han resistido a hacer durante más de 30 años.

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Tres años después de la tragedia que dejó a seis personas muertas y 13 heridas, cuando un edificio en proceso de demolición  colapsó sobre una tienda del Salvation Army, los principales líderes de la administración municipal se reunieron con las víctimas y otros asistentes en el lugar de la tragedia para poner las bases de un memorial en honor a los fallecidos.    

Sin embargo, 32 años después, todavía no hay ningún monumento que conmemore el horrible incidente ocurrido el 13 de mayo de 1985, cuando la Policía de Filadelfia bombardeó el 6221 de Osage Avenue y permitió que el incendio provocado convirtiera el lugar en un infierno. El incidente dejó 11 muertos –entre ellos, cinco niños– y 61 viviendas destruidas. 

El único testigo del fatal bombardeo –el peor caso de brutalidad policial cometido en EE.UU. en las últimas décadas–  es un letrero informativo del Registro Histórico del Estado de Pensilvania colocado en el pasaje Cobbs Creek, en Osage Avenue, cerca a donde ocurrió el hecho. 

Vergonzosamente, este Registro Histórico no se materializó en mayores esfuerzos por parte de las autoridades de Filadelfia (cívicas, corporativas, políticas o religiosas) por recordar el incidente, que dejó a más de 250 personas sin hogar –personas cuyas posesiones vitales quedaron reducidas a cenizas bajo esa demostración de fuerza e insensibilidad del gobierno local–. 

El letrero conmemorativo –que forma parte de la serie de placas para ensalzar los legendarios “Logros Históricos” de la ciudad– está hoy ahí gracias a los esfuerzos de un grupo de niños de la Escuela Jubilee, en University City

Al empezar a estudiar la historia de los abusos policiales en Estados Unidos y descubrir que no había ningún elemento para conmemorar ese horrible bombardeo, quedaron muy sorprendidos. Así que desde la escuela llevaron a cabo una campaña multi-propósito para conseguir que se ubicara un letrero conmemorativo.  

“Estos jóvenes entre 12 y 13 años han conseguido en un año lo que los adultos no consiguieron hacer en más de 30”, dijo Ramona África, la única superviviente del bombardeo policial cometido durante un enfrentamiento con MOVE, un grupo de activistas negros de Filadelfia. 

África no regresó a Osage Ave. hasta el pasado 24 de junio para asistir a la inauguración de la placa histórica del estado de Pensilvania. “Después de todo el trabajo realizado por esos chavales no podía negarme a ir, aunque me había prometido no volver a pisar nunca más ese lugar”, comenta África, miembro de MOVE.

El grupo de niños que ha puesto fin a la omisión histórica de este incidente recibió grandes aplausos durante un encuentro con ATAC –la organización local que ha presionado a las autoridades locales y federales para que reconozcan oficialmente que George Washington tenía esclavos en su residencia de Filadelfia cuando era presidente de EE.UU., un dato silenciado durante muchos años.  

Michael Coard, abogado, comentarista y miembro de ATAC, declaró que “gracias a la visión de estos niños, tenemos ahora un recordatorio permanente que nos ayudará a evitar que los capítulos más horribles de nuestra historia se repitan”.

Haciendo alusión a las conclusiones del comité de investigación del incidente de 1985, Coard recordó que “no fue una bomba del MOVE. Fue un bombardeo llevado a cabo por la policía en un barrio de clase media negra”.

El terrible bombardeo y posterior incendio es otro de los motivos para defender la retirada de la polémica estatua de Frank Rizzo del centro de la ciudad. Rizzo, el infame alcalde de la Filadelfia de los 70, aplicó diversas políticas discriminatorias que apoyaban la brutal represión policial contra negros y latinos.  

La grandilocuencia verbal de Rizzo, junto a las brutales palizas de la policía, provocaron la escalada de tensiones entre la administración municipal y el grupo MOVE, desencadenando un fatal enfrentamiento entre las fuerzas del orden y el grupo de activistas negros en 1978, que más adelante provocó la catástrofe de 1985.