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EFE/Narendra Shrestha
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[OP-ED]: He invitado a mis amigos a jugar

La Nueva Administración Trump corta las esperanzas de cualquier ciudadano que sueñe con un futuro sin fronteras, nacionalismos ni contaminación.

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Me gustaría que ese artículo pudiera arrugarse en forma de bola de papel  y dispararse por sí mismo contra las cabecitas de todos aquellos que votaron a Donald Trump en las pasadas elecciones. Quizás un pequeño golpe en la sien les hubiese hecho reaccionar. ¿Pero, en qué pensaban? ¿No sé dan cuenta de lo que han conseguido?

Han conseguido que en menos de dos días tome el poder de la Casa Blanca un multimillonario y empresario de casinos frustrado que ha manifestado abiertamente sus ideas nacionalistas, xenófobas, machistas; que se codea con Putin, menosprecia a la prensa y cree que el cambio climático es un cuento chino. Y, por si fuera poco, ahora ha invitado a sus amigos ricachones y afines a sus ideas a gobernar junto a él. Bienvenidos a la nueva Administración Trump.

Empecemos por Rex Tillerson, jefe del gigante petrolero Exxon Mobil y amigo de Putin, elegido por Trump para ser el Secretario de Estado. No tiene experiencia política, pero gracias a su cargo directivo en Exxon tiene contactos en todo el mundo. Contactos como el presidente ruso, que en 2013 le concedió la Orden de la Amistad de su país.

La cercanía de Tillerson con Putin ha puesto los pelos de punta a los miembros del Senado, especialmente durante las últimas semanas, en que los servicios de inteligencia de Estados Unidos han confirmado que Moscú está detrás de los ciberataques a la campaña electoral americana que pudieron ayudar a la victoria de Trump.

Quizás tengamos suerte y Tillerson no sea tan malo. Durante su segunda audiencia ante el Senado para confirmar su cargo, el futuro jefe de la diplomacia americana reconoció que la actitud de Moscú es “peligrosa” pero que hay que continuar con el diálogo bilateral.

Me gustaría que ese artículo pudiera arrugarse en forma de bola de papel  y dispararse por sí mismo contra las cabecitas de todos aquellos que votaron a Donald Trump

Tillerson también ha querido distanciarse de la posición negacionista de Trump con el cambio climático, admitiendo que el calentamiento global “pone ciertos riesgos”. Su vinculación con una de las mayores petroleras del mundo no son un indicio para creer que tenga mucho interés en reducir las emisiones de carbono y preservar el medioambiente. Y si no conservamos el medioambiente y el planeta muere, poco importa si se construyen muros anti-inmigrantes o se toman medidas antiglobalización. El cambio climático será pronto el mayor multiplicador de pobreza y éxodos migratorios del mundo. 

En esta línea, el otro nombramiento de Trump que más me molesta es el de Scott Pruitt como responsable de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA). La comunidad científica no sale de su asombro por la elección de este abogado que hasta ahora era fiscal general de Oklahoma y que se toma el cambio climático como una broma. Desde 2011, Pruitt ha presentado más de una decena de demandas contra la EPA; por ejemplo, apoyando a la industria del fuel en contra del Plan de Energía Limpia de la Administración Obama. Entre los demócratas y los activistas se cuestiona la sintonía de Pruitt con la industria petrolera y del gas.

Si el planeta se muere, poco importa si se construyen muros anti-inmigrantes o se toman medidas antiglobalización

Negar el cambio climático es negar la ciencia. Y esta actitud también la comparte la nueva secretaria de Educación, la también multimillonaria Betsy deVos. Activa defensora del sistema de escuelas concertadas, DeVos es además una fundamentalista Cristiana con un largo historial de oposición a la Ciencia, informó en diciembre The New Yorker.

En Chicago, la familia DeVos ha donado dinero a una fundación Pro-Vida, lo que hace pensar que con ella a la cabeza de la educación pública podría poner en peligro la enseñanza de temas clave como el aborto, la teoría de la evolución o los avances en biotecnología.

En resumen: ante una nueva Administración que es enemiga del planeta, de la globalización, la Ciencia y la diversidad cultural – en el gabinete Trump no hay ningún Latino prominente–, apaga y vámonos.