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La inminente aventura de Ted Cruz

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Prepárate para una aventura, Ted Cruz. Adelantémonos y supongamos que Ted Cruz se convierte en el siguiente senador nacional por Texas. Los republicanos han…

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Prepárate para una aventura, Ted Cruz.

Adelantémonos y supongamos que Ted Cruz se convierte en el siguiente senador nacional por Texas. Los republicanos han ganado las últimas ocho contiendas para el Senado en el Estado de la Estrella Solitaria y se piensa que Cruz, de 42 años, graduado de la Facultad de Derecho de Harvard y ex Procurador General del estado, ganará la novena. 

He conocido a Cruz por diez años. Y también sé que cuando ponga un pie en la escena nacional, dentro de un par de semanas mientras se dirija a la Convención Republicana en Tampa, mi amigo iniciará una fantástica aventura. 

Como hispano republicano de alto perfil, será blanco de los medios liberales, que lo pintarán o bien como incompetente o tan de extrema derecha como para estar fuera de la corriente principal latina. El ex Procurador General, Alberto Gonzales y Miguel Estrada, abogado estelar cuya nominación para juez federal fue descarrilada por los demócratas del Senado en 2001, se vieron perjudicados por ese tipo de acusaciones. 

Así es la vida cuando uno es un republicano hispano, con opiniones conservadoras y un futuro brillante, del tipo que causa temor en los corazones de los demócratas y sus acólitos. 

Véase: Marco Rubio. El senador de Florida fue blanco de los demócratas y de Univisión, la red de televisión de habla hispana de tendencia izquierdista, antes de que hubiera desempacado sus cajas y se hubiera mudado a la oficina del Senado. 

Los demócratas simplemente no pueden darse el lujo de tener alrededor demasiados republicanos hispanos que apoyen principios conservadores. Los electores latinos podrían comenzar a tener locas ideas en sus cabezas, como que en este país en realidad hay dos partidos principales y que ellos son libres para apoyar a cualquiera de los dos. 

Como Rubio, Cruz es un cubano-americano que representaría a un estado con una población en gran parte hispana. En Texas los hispanos representan el 38 por ciento de la población; en Florida, el 22 por ciento. 

A diferencia de Rubio —que goza del apoyo de los republicanos cubano-americanos de Florida y puede utilizar eso como escudo contra las críticas— los hispanos que Cruz representa en Texas son mexicanos y mexicano-americanos, que votan por el Partido Demócrata. 

Y eso es harina de otro costal. Los mexicanos y mexicano-americanos ya están programados para pensar que los cubano-americanos los van a despreciar. Y muchos de ellos están furiosos con el Partido Republicano por haber manejado el tema de la inmigración de manera incompetente e intolerante. Por último, están predispuestos a pensar que compañeros latinos los venderán y pondrán los intereses de otros por encima de los suyos. 

La población Tex-Mex reaccionará ante todo lo que diga o haga Cruz lista para disparar. Estarán esperando que él los traicione a fin de complacer a la jerarquía republicana. 

Eso es lo último que desea de Cruz el Partido Republicano. Ya tiene suficientes funcionarios blancos electos que alienan a los hispanos. En cambio, le vendrían bien unos pocos hispanos electos para suavizar la relación. 

Y es allí donde Cruz podría crearse su reputación. Debe ser impredecible. No puede dejar que lo caricaturicen como una versión hispana de Clarence Thomas. Justo cuando sus críticos lo acusen de no ser "suficientemente hispano", necesita decir o hacer algo que demuestre que, independientemente de su política, es tan hispano como ellos. 

Y sin duda, Cruz ya está haciendo eso. Durante una reciente entrevista en "Fox News Sunday" expresó al presentador Chris Wallace que típicamente no se ven pordioseros hispanos "porque en nuestra comunidad, se consideraría vergonzoso estar en las calles pidiendo dinero". Y a propósito, agregó: "¿Sabe que la tasa de reclutamiento de los hispanos es más alta que la de cualquier otro grupo demográfico en este país?" 

Los hispanos saben estas cosas. Saben que participan plenamente en la sociedad estadounidense, y que muchos de ellos están viviendo el Sueño Norteamericano. Saben que se les hace mala fama y que se los acusa de muchos males de la sociedad. Saben que trabajan para obtener lo que tienen y que responden cuando la nación los llama. Y saben que no son los que están llevando al país a la bancarrota bajo el peso de las subvenciones del gobierno, los rescates de Wall Street y las pensiones doradas de los funcionarios públicos. 

El hecho de que Cruz también lo sepa —y que no sea tímido para decirlo en un medio conservador como Fox News— debería ganarle calificaciones positivas de sus compatriotas hispanos. Es un buen comienzo.