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De izquierda a derecha: Stephanie Renée, Sandra Andino, Samantha Madera and Yocasta Lora. Foto: Yesid Vargas/AL DÍA News

Somos más: ser afrolatina en Philly

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Hace varios años dos adolescentes afrohondureñas, Victoria y Sofía Arzú, comenzaron el Proyecto Más Color para empujar a los medios de comunicación latinos —especialmente a Univisión y Telemundo— a reflejar y representar mejor la diversidad racial de América Latina y de los latinos en los Estados Unidos mediante la inclusión de locutores y animadores de noticieros y programas de televisión afrolatinos.
Pero a pesar de sus esfuerzos (y los de otros que abogan por la misma cosa), el progreso ha sido insignificante en la mayoría de los medios de comunicación latinos en América Latina y los EE.UU.
Tan recientemente como la semana pasada, la periodista afrolatina Dash Harris convirtió el hashtag #Oscarssowhite en #Latinomediasowhite para llamar la atención sobre la continua falta de afrolatinos en el ámbito de los medios de comunicación.
Se calcula que casi un tercio de todos los latinoamericanos son afrodescendientes y, de acuerdo con el censo de EE.UU. de 2010, un 2,5 por ciento de los 54 millones de latinos en los Estados Unidos se identifican como negros.
Sin embargo, el 36 por ciento de los latinos escogieron identificarse como “otra raza” en el último recuento del censo, y como consecuencia, en este momento hay afrolatinos trabajando con esta oficina para determinar distintas categorías raciales para el Censo 2020 —en reconocimiento de que la identidad racial y étnica latina es mucho más mixta y compleja que las simples categorías ‘negro’ o ‘blanco’—.
En su ensayo “¿Quién es Negro?” la activista hip hop, comentarista y periodista afrolatina Rosa Clemente escribió: “Muchas veces me preguntan por qué muchos boricuas se niegan a afirmar su negritud. Lo atribuyo al desenfrenado sentimiento anti-Negro en Estados Unidos y en todo el mundo, pero no voy a utilizar esto como una excusa. A menudo, a los puertorriqueños que afirmamos nuestra negritud no solo nos hace ser marginados por los latinos que se identifican más con su conquistador español que con sus antepasados ​africanos, sino también somos rechazados por los afroamericanos que no nos ven como morenos”.
Esta cita de Clemente sirve como punto de partida para una conversación de dos días acerca de diversos aspectos de la experiencia afrolatina en Filadelfia, con cuatro mujeres dinámicas y distintas:
Dr. Sandra Andino tiene unos 50 años y es antropóloga cultural y directora asociada del Programa de Estudios Latinos y Latinoamericanos de la Universidad de Pensilvania. Ella se crió y educó en Puerto Rico y llegó a Filadelfia para completar sus estudios de posgrado. Ha vivido en la ciudad durante los últimos 28 años. En diciembre y enero sus fotos y audio entrevistas sobre la identidad, “Afrolatinos en Filadelfia: Historias del Barrio” se exhibieron en Taller Puertorriqueño.
Stephanie Renée, de unos 40 años, es anfitriona y directora del programa de radio MOJO para 900AM WURD, la única estación de “talk radio” negra e independiente en toda Pensilvania. Nació y se crió en Washington DC, y llegó a Filadelfia para estudiar en la Universidad de Pensilvania. La familia de su mamá es afroamericana, la de su papá es del Caribe.
Yocasta Lora tiene unos 30 años y se mudó de la República Dominicana a Filadelfia hace 15. No hablaba Inglés cuando llegó a Estados Unidos, sin embargo, 10 años después se había graduado de la Universidad LaSalle, estudiando mientras trabajaba como empleada domestica. Se convirtió en la directora asociada estatal para alcance a la comunidad de la AARP en 2015.
Samantha Madera nació y se crió en Filadelfia. Su padre es de Yauco, Puerto Rico, su madre es afroamericana de Filadelfia. De unos 20 años, Madera se graduó de la Universidad de Temple y es asistente digital y fotógrafa en la Oficina de Comunicaciones Digitales de la Alcaldía.

Acerca la autoidentificación:

Madera: Me identifico tanto como de raza mixta como afrolatina. Crecí sintiendo que nunca era realmente aceptada por otros puertorriqueños porque tengo la piel más oscura, no hablo español, y porque no soy “100 por ciento puertorriqueña”. En la escuela secundaria quería unirme a la organización Latinas Unidas, pero cuando fui a una reunión me sentí muy incómoda y pensé que era por eso. Con respecto a mi herencia afroamericana, fui objeto de burlas por “no ser negra” y por “hablar como blanca”.  Para los afroamericanos, la pregunta era siempre “¿con qué (raza) eres mixta?” porque a su parecer no lucía como ellos tampoco.
Crecí sintiendo que no encajaba en ningún lado. No fue hasta hace unos cinco años más o menos cuando fui consciente de que había otros afrolatinos como yo. Eso me ayudó a sentirme menos cohibida. No dejo que la gente determine como me identifico y he acogido totalmente ambas herencias.
Lora: Siempre me he identificado como dominicana. Y, mientras yo veo eso como una mezcla de latina —a causa de mi cultura y lengua—, africana — debido a mis características físicas— y americana —debido a mis experiencias de la vida—, es difícil de encajar en una pequeña caja de ‘hispana/latina’ o ‘afroamericana’ o incluso ‘afrolatina’. [...]
Si uno acepta su herencia africana, los latinos rehúyen. Pero tampoco significa que la comunidad afroamericana necesariamente lo acepte a uno. Por lo cual uno cae entre las grietas y no encaja en ninguna de las comunidades. Ser negro es un identificador racial, pero la mayoría de la gente lo usa para definirlo a uno como afroamericano. Por esa razón la identidad dominicana es tan difícil de definir y entender... Pero nosotros somos nuestra propia gente y debemos aceptar que somos una mezcla, y que eso es una bendición y no debemos negarlo.
No dejo que la sociedad defina lo que soy. Nunca dejo que me detenga o dejo que sea un desafío para lograr mis objetivos. Pero entiendo la lucha. Cuando pienso en mi hija, que es dominicana-estadounidense pero tiene la tez más oscura, veo cómo lucha por definirse a sí misma como dominicana.
Meet Samantha Madera

Acerca del ‘colorism’ (y de hablar —o no poder hablar— español):

Andino: Las comunidades latinas a veces cuestionan mi nacionalidad porque desconocen o prefieren ignorar la presencia africana en América Latina, mientras que otras comunidades como la afroamericana pueden sorprenderse de que los latinos hispanohablantes (o aun los que no hablan español) también sean negros. [...]  Cuando le digo a los afroamericanos que me identifico como negra les agrada saber que puedo entender y compadecer la experiencia afroamericana. Y otros encuentran que mi identidad tanto negra como latina es un ‘nuevo paradigma’, es algo que nunca han experimentado pero a la cual le dan la bienvenida o por lo menos es algo que quieren entender mejor. Yo solo veo signos de prejuicios cuando los latinos y los afroamericanos han internalizado nociones preconcebidas y negativas, y estereotipos de los unos o los otros, que no ayudan a avanzar en una mejor comprensión de los puntos que tenemos en común.
Renée: Digo con frecuencia que la gente no debe asumir nada sobre nadie. La representación es la elección de la persona que está siendo representada, y no se puede obligar a nadie a encajar en esa percepción o definición. Eso se aplica a la etnia, la orientación sexual, los antecedentes socioeconómicos y mucho más. En Nueva York, siempre suponen que soy dominicana, por lo que la gente en general me habla primero en español. Si no, la gente tiende a asumir que soy de raza mixta (negra y blanca) y pregunta cuál de mis padres no es negro.
Mi herencia afrolatina sale a relucir durante la emisión de mi programa de radio, especialmente porque ligo los interludios musicales entre segmentos con temas de discusión. Mi abuela caribeña fue una persona muy importante para mi, así que hablo de ella con amor y  a menudo en el contexto de las conversaciones sobre la paternidad, la identidad étnica, la inmigración y asuntos similares. Mi público me reta un poco, por lo que consideran mi actitud de “Nosotros Somos El Mundo” en cuanto a las posibilidades de unir una agenda afroamericana y latina en Filadelfia y en los EE.UU. La experiencia de ellos en cuanto a la unión de estos dos mundos es mucho menos positiva que la mía.
Lora (riendo): ¡La gente siempre asume que hablo español porque tengo acento cuando hablo inglés! Pero he visto el ‘colorism’ a través de los ojos de mi hija. La gente se sorprende al oírla hablar español. También he visto el ‘colorism’ dentro de mi familia y la comunidad. Que las personas hagan comentarios despectivos debido a las características raciales de una persona es muy frustrante. Desafío a la gente a que mire a través del lente de color de piel para ver más allá de ella.
Madera: Todos tenemos una lucha, y mucho de lo que enfrentamos se superpone, así que no entiendo por qué alguna gente quiere desechar a otra [...].
Hago frente al ‘colorism’ siendo consciente de mi cultura. Algunas personas piensan que porque soy mitad y mitad no sé nada acerca de la cultura puertorriqueña o afroamericana. Crecí comiendo ‘soul food’ al igual que arroz con gandules y pernil. Pasé mucho tiempo con ambos lados de mi familia tratando de entender nuestra historia y tradiciones. En términos de lenguaje, es en realidad mitad y mitad —en la mitad de los lugares, la gente asume que hablo español y la otra mitad asume que no—. A veces, cuando voy al supermercado en el barrio los cajeros me dicen el total de las compras en el español, porque suponen lo hablo.

Meet Dr. Sandra Andino

Acerca de la belleza:

Madera: Durante mi juventud todos los principales modelos de belleza en realidad no se parecían a mí y eran, por lo general, de una raza diferente. Incluso después de que las latinas se hicieron conocidas por su belleza, todavía no se parecían a mí. JLo, Salma Hayek, etc., son mujeres con muchas curvas y de piel muy blanquita, y yo no era (¡y todavía no soy!) de piel blanquita o con curvas. Las celebridades negras en ese entonces no estaban en la “corriente principal” de belleza, a pesar de ser muy hermosas. Eso me hizo cuestionar mi belleza al crecer y luché contra la inseguridad durante años. Ahora ese tipo de cosas no me molesta y espero que las generaciones futuras no tenga que lidiar con lo mismo.
Renée: Me asombra el bello espectro de la humanidad que representa la afrolatinidad. Empezando por los que tienen tez oscura y pelo crespo y terminando con los de cabello fino y tez pálida, y todas las combinaciones intermedias —todos somos familia—. Aquellos que no ven a Dios o la gloria en esa realidad se perjudican a sí mismos, no a mí. Yo acojo a todos y, por suerte, crecí con este mismo hermoso arco iris de gente de color en mi propia familia.

Meet Stephanie Renée

Acerca de envejecer:

Renée: El envejecer, si tenemos suerte de poder hacerlo, nos da permiso para dejar de lado los límites que la sociedad nos ha puesto y simplemente ser quienes realmente somos. Mi madre murió cuando tenía 39 años, más joven de lo que soy yo ahora. He aprendido a no tomar nada por sentado, y elegir a amar quien soy, incondicionalmente. Las habilidades, los cargos, los logros y los desafíos son todos míos —para aprender y solucionar de una manera que puede ser ilustrativo para los demás. Mi origen étnico es sólo otra parte de la mezcla—.
Andino: Las palabras o frases que me vienen a la mente como una respuesta a esta pregunta son “asertividad en uno mismo”, “cómoda en mi propia piel”, “crecer a golpes”,” y “pasar la antorcha”.
Ya no me importa si estoy “integrada” o lo que otros piensan de mí, pero incluso a mi edad, todavía experimento reacciones y comportamientos (subliminales o directos) racistas en mi entorno personal y profesional.
Los vestigios de una ideología colonial y los puntos de vista de la supremacía hacia los afrodescendientes aún persiste y se perpetúa a muchos niveles de nuestra sociedad, por lo tanto, a pesar de mis éxitos y logros en mi carrera profesional, mis batallas sociales y políticas ¡no se han acabado!
Lora: La población de tercera edad es un motivador de cambio social —son más propensos a votar, son voluntarios y son participantes activos en la comunidad—. Ponen el ejemplo de los valores de la familia, o la belleza y la autoconciencia de la generación más joven, y comparten nuestra historia y patrimonio.
Como afrolatinos, valoramos a nuestros ancianos, valoramos tener una cultura familiar muy unida, y a menudo tenemos hogares multigeneracionales. Somos más propensos a ser los que cuidamos de nuestros padres y abuelos pero no somos conscientes de los recursos disponibles para ayudarnos (y ayudar a nuestras familias) a medida que envejecemos. Esa es una de las razones por las que aprecio tanto a la AARP —porque están trabajando para aumentar la conciencia acerca de las oportunidades y los recursos que están disponibles para la población latina a medida que envejecen—.

Meet Yocasta Lora

Lo que significa ser afrolatina en Filadelfia:

Andino: Significa sentirme orgullosa de mi herencia, de mis ancestros, y no sentir vergüenza de quién soy y de dónde vengo, de donde quiera que pueda ser.
Lora: Ser afrolatina en Filadelfia ha sido una experiencia maravillosa, gracias a la población tan diversa de la ciudad. He aprendido a amar mi herencia y a educar a mi familia en el proceso. Hay menos enfoque en la raza aquí y un mayor enfoque en la oportunidad.
Sin embargo, puedo ver que el ser afrolatina en comunidades menos diversas en los EE.UU. sería un reto. Siempre existe el miedo a lo “desconocido” y la gente lo quiere ‘etiquetar’ a uno. [...]
Para las afrolatinas, especialmente las mujeres jóvenes que están aprendiendo cuál es su lugar en el mundo, que están tratando de romper las barreras de la raza y del origen étnico, que están tratando de aferrarse a su patrimonio cultural y a la vez asimilarse en este país, mi consejo es el siguiente: no permita que una ‘etiqueta’ la defina. No deje que otros la definan. Debe tomar todas las oportunidades —y todos los retos que enfrentará— como oportunidad no solo de definirse a usted misma, sino también para ayudar a que otros la vean como individuo —no como un estereotipo—. Utilice su educación, sus valores familiares, su personalidad, para hacerse notar de una manera más allá del color de su piel.
Madera: Para mí, significa entender la historia de mis antepasados, ser consciente de uno mismo y acoger mi cultura.
Renée: Ser afrolatina en Filadelfia significa buscar la conexión con todo lo que eres, y tener también cierta responsabilidad para callar la voz de todo aquel que se atreva a decir que usted tiene que elegir entre una u otra de sus herencias por razones políticas o personales.
Estos días, sobre todo en la costa este de los EE.UU., en las principales ciudades, las personas frecuentemente son una “mezcla” de herencias —todo depende de lo que usted quiera elegir para identificarse—.
Hace varios años, en una conferencia de exalumnos de Penn, oí a una profesor del Departamento de Estudios Latinos decir que su misión era desarrollar una conciencia de la riqueza de la cultura latina que podría “desafiar, y posiblemente eliminar, el binomio negro-blanco”. La idea resonó profundamente dentro de mí.
A todos los estadounidenses que siguen pensando en este país y en su gente con las identidades definidas por la esclavitud, este es el momento de hacerse a un lado, evolucionar y acojer el verdadero significado del crisol de razas.
La afrolatinidad es una cosa real, una cosa hermosa. Y los matices de nuestra identidad van a cambiar la política estadounidense y la cara de este mundo durante muchos años por venir.