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Luchando en el paraíso por los derechos LGBT

Ada Bello huyó de Cuba a EE.UU. pensando que había llegado al paraíso. Después se dio cuenta que había muchas batallas que librar por los derechos de la…

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Ada Bello huyó de Cuba a EE.UU. pensando que había llegado al paraíso. Después se dio cuenta que había muchas batallas que librar por los derechos de la comunidad LGBT.

Ada Bello sostiene una fotografía en la que aparece con un grupo de pioneros en la lucha por los derechos LGBT, frente a la placa conmemorativa de las primeras manifestaciones por esta causa, que se llevaron a cabo en Filadelfia, en Independence Hall, a partir de 1966. Foto: David Cruz/AL DÍA

Para Ada Bello, activista cubana de derechos LGBT, de 79 años de edad, crecer en la isla fue "terrible" por los riesgos que representaba ser identificada como lesbiana. A los veintitantos años de edad en 1959 emigró a EE.UU., en donde se convirtió en una de las pioneras de este movimiento desde sus inicios en Filadelfia. Desde entonces la situación para la comunidad LGBT ha progresado drásticamente tanto en Estados Unidos como en su natal Cuba, pero ella considera que siempre hay que seguir luchando.

"El comportamiento era suficiente para que pudieran tomar acción legal en contra de uno", dijo Bello, recordando su juventud en la isla. "Los hombres eran los más afectados pero aun así las mujeres tenían menos libertad".

De ser identificada com lesbiana, las consecuencias eran serias; para algunas familias era una ofensa a su honor, y significaba tener que apartarse.

"Yo no sentía remordimiento por ser lesbiana, pero sabía que iba a tener que vivir mi vida en las sombras", dijo Bello. "Por eso decidí que la única solución era irme del país".

En Cuba llegó a conocer a dos o tres lesbianas. Al menos eso cree, "porque en muchos casos ni se confesaban una a la otra por temor". Sin lugar a duda una situación difícil de concebir hoy en día.

De la vida en Matanzas, donde todo mundo se conocía y hablaba, se mudó a la Habana, pero pronto se dio cuenta que el círculo universitario ahí era tan pequeño como la ciudad en la que había crecido.

El el marco previo a la revolución y en medio de conflictos entre estudiantes y policías, la universidad cerró sus puertas.

La llegada de Fidel al poder no hizo gran diferencia para ella ni para otros homosexuales en la isla, al menos al principio. 

"Pero luego empezaron a perseguir a personas que consideraban como una amenaza a la sociedad", dijo Bello. "Eso incluía a los homosexuales".

Quienes eran identificados en redadas como tales, eran confinados a campos de trabajo.

"Cuando el mundo se enteró que eso estaba pasando hubo mucha presión al gobierno de Cuba", dijo Bello, quien recordó el impacto que tuvo en ese entonces el documental español "Conducta impropia", el cual expuso la persecución de homosexuales e intelectuales en la Cuba castrista desde los inicios de la revolución.

"Ese fue un momento muy importante en que las prácticas empezaron a cambiar", agregó. 

Para entonces ella ya había abandonado Cuba y continuó con sus estudios en EE.UU. En aquellos tiempos bastaba ser admitida a una universidad estadounidense para salir de la isla.

"Al llegar a Louisiana encontré que tenía mucha más libertad porque nadie me conocía, y tenía mucha más privacidad que estando con mi familia en Cuba", dijo Bello. "Estaba cerca de Nuevo Orleans, una ciudad grande con bares para gays y para lesbianas".

Luego de completar sus estudios de Química en la universidad, se dedicó a trabajar, siempre siendo discreta, ante el temor de que de ser descubierta, podría perder su empleo. 

Finalmente el sur de EE.UU., que a su llegada le ofreció tanta libertad, le quedó chico y en 1962 se mudó a Filadelfia, en donde se convertiría en una verdadera pionera.

En la ciudad del amor fraternal, Bello fue una de las fundadoras en 1967 del capítulo local de la organización conocida como Daughters of Bilitis (DOB), que un año más tarde se independizó dando paso a "Homophile Action League" (HAL).

"Llevamos a cabo protestas pacíficas en contra de los retenes que la policía hacia en los bares para gays y lesbianas, y a través de los cuales se llevaban a los clientes en la noche sin dejarlos salir hasta la mañana", dijo Bello. "Retamos a la policía y se dieron cuenta que había un grupo de gente que estaba observando lo que estaba pasando, y que no podían ser arbitrarios".

De 1966 a 1968, justo el cuatro de julio en frente de Independence Hall, se llevaron a cabo en Filadelfia las primeras manifestaciones por los derechos de la comunidad LGBT. Bello participó en la última de estas.

Un año después se llevaron a cabo las protestas de Stonewall en Nueva York, una serie de demostraciones violentas por parte de la comunidad gay y en contra de los retenes de la policía, y los cuales son considerados como los eventos más importantes que llevaron al movimiento de liberación LGBT y la lucha por los derechos de esta comunidad.

Luego de ayudar a organizar en 1970 la primera marcha gay en la gran manzana, la organización HAC organizó conferencias de temática LGBT, hasta su extinción en 1972.

"Después de Stonewall, la metodología era diferente, ya no era cuestión de un acción furtiva, sino de integrarse en el proceso político, y eso necesitaba otro tipo de estructura", dijo Bello.

Luego formó parte de diferentes organizaciones en Filadelfia, como el William Way Center y el Philadelphia Lesbian and Gay Task Force —responsable por la inclusión en 1983 de la protección a los homosexuales en una ordenanza local que anteriormente solo protegía de discriminación por religión o raza.

Por otra parte, una de las calles en las que se llevaban a cabo redadas contra la comunidad LGBT en Filadelfia, hoy lleva el nombre de Barbara Gittings, una de las activistas con las que Bello formó parte de la lucha.

Tiempo después, Bello tuvo que enfocarse en su trabajo, aunque sin dejar de lado el activismo.

"Cuando vine de Cuba a Estados Unidos, creí que había entrado en el paraíso, que había encontrado mucha libertad", dijo Bello. "Después me di cuenta de todas las batallas que había que luchar, y eso me llevó al activismo".

A pesar de que aun hay un largo camino hacia la igualdad de los derechos civiles de la comunidad LGBT, Bello considera que a sus 79 años de vida ha visto grandes cambios tanto en Estados Unidos como en su natal Cuba.

"En aquellos tiempos parecía que iba a tomar una eternidad, pero la aceleración del cambio ha sido excepcional", dijo Bello. "En ese entonces luchábamos porque no nos consideraran delincuentes. Ahora estamos luchando por la igualdad de matrimonio, y tenemos que seguir luchando para no regresar al pasado".

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