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Imagen de cámara, la única pista de los sospechosos

Anabel Ramírez, de 27 años, se devolvió a la casa de su cuñada para devolverle unas prendas que se le olvidaron a ésta, después de que ambas estuvieron de…

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Anabel Ramírez, de 27 años, se devolvió a la casa de su cuñada para devolverle unas prendas que se le olvidaron a ésta, después de que ambas estuvieron de compras en Wilmington (DE). Fue ahí, cuando se bajó del vehículo, que recibió un impacto mortal en la cabeza de una bala perdida.

Así lo relató su hermano, Manuel Ramírez, quien no puede salir de la sorpresa de lo acontecido el pasado lunes 21 de julio en la casa de la cuñada de su hermana.
Hasta el momento las autoridades sólo tienen un video de una cámara de la calle que registró a uno de los dos sospechosos afro-americanos que huyeron luego del incidente.

La salvadoreña, quien estaba casada con un mexicano, tenía una niña de dos años y vivía en New Castle,  fue víctima de un tiroteo entre dos hombres en el 400 S. de la Calle Van Buren en Wilmington, informó el departamento de Policía.

“Mi hermana bajó del Envoy y se regresó a llevarle las cosas a su cuñada”, relató Manuel, hermano mayor de 36 años, quien dijo que ella vivía en el país desde hacía cuatro años y trabajaba en un restaurante.

Otras versiones extraoficiales informan que durante el tiroteo hubo  varios testigos.

“La vecina que estuvo ahí presente cuando sucedió el incidente vio cuando la víctima cayó de las escaleras de la casa”, relató María Matos, directora ejecutiva del Centro Comunitario Latino Americano (CCLA) en Wilmington.
Agregó que los hijos de la testigo también presenciaron los hechos desde un ventana.

Matos señaló que el CCLA ofrecerá servicios de accesoria y apoyo psicológico para la familia de Ramírez, entre ellos la hija de ésta, quien al parecer presenció el hecho,  y para los testigos.

El CCLA ha establecido un fondo para ayudar a la familia de la víctima para solventar los gastos de traslado del cuerpo a Canton Bermuda, en El Salvador, y tramita la autorización con las autoridades migratorias debido a que los salvadoreños gozan del TPS, un estatus de protección temporal.

“La comunidad ha respondido, pero necesitamos un poquito más de dinero para el traslado”, dijo Matos. Un comunicado de prensa de la Alcaldía de Wilmington informó de que la ciudad donó $2.500 para ayudar en la colecta del CCLA.

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