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El animador del diablo es colombiano

Álvaro Martínez, estudiante del Instituto de Arte de Filadelfia, ganó concurso de animación por computadora gracias a su dedicación y no gracias a pacto alguno…

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Para Álvaro Martínez todo empieza con un dibujo siempre, aunque a veces ese dibujo se le aparezca en el momento menos apropiado.

“En clase no estaba colocando cuidado y estaba dibujando en mi cuaderno y simplemente salió… él estaba en mi hoja y ahí fue cuando supe que él era el personaje que tenía que hacer”, dijo este joven de origen colombiano que estudia animación en el Instituto de las Artes de Filadelfia.

Fue una inspiración… diabólica. En su hoja se esbozaba la figura de Marvin, el asistente del diablo, el personaje que le dio a este latino de 24 años el primer lugar en el concurso HP/Saytek/Art Institutes Student Animation del 2008.
Marvin, el asistente del diablo, le dio este premio a Martínez, pero no a cambio de su alma. Todo fue por amor al arte.

“Marvin es el asistente del diablo y él tiene una actitud muy positiva acerca de lo que él hace”, explicó Martínez.

“Marvin sabe que está muerto, ‘chistosea’ acerca de eso”, dijo. “La idea de la animación es que no importa qué es lo que uno hace, uno tiene que disfrutarlo”.
Y vaya que lo disfrutó. Durante siete meses Martínez desarrolló su personaje, su historia,  su animación.

"Tomó siete meses, primero que todo, porque esta fue una pieza que hice aparte de mis clases”, dijo.

“Yo iba a clases, hacía mis tareas y cualquier tiempo libre que yo tenía se lo dedicaba a este personaje… más que todo trabajaba por las noches y medio dormía”, dijo.

Después de todo eso, Marvin quedó listo. Es una animación que narra un día de trabajo del asistente del diablo, usando el estilo narrativo que popularizó la serie cómica The Office (La Oficina).

“Eso es algo popular que está pasando ahoritica (sic) y a mí me pareció que una historia con esa estructura me daría la oportunidad de que el personaje se conectara realmente con la audiencia”, dijo.

“El personaje no está siguiendo un guión, no está tratando de ser chistoso ni nada, sino simplemente está haciendo lo que realmente hace a través de su día”, detalló.

Así es como este muñequito se desenvuelve en la pantalla, con un aire que hace recordar a su creador.

“En Marvin se refleja mi sarcasmo”, dijo.

Pero esa animación es producto de las observaciones que Martínez hace de la gente.

“La única forma de darle vida a un personaje es conociendo cómo una persona de ciertas características puede actuar”, dijo. “Y si uno no tiene contacto con la gente uno no tiene esa idea”.

A través de este trabajo, Martínez espera seguir los pasos de Brad Bird, animador que dirigió películas como Los Increíbles y Ratatouille, metas que se pone él para un día poder trabajar a ese nivel.

“No es difícil, pero uno tiene que tener la pasión para hacerlo porque requiere paciencia”, dijo. “Porque uno puede decir que uno es original, pero uno mira las cosas que alguien ha hecho antes para uno hacer las cosas que hace ahora”.