Fueron un puñetazo en la cara y una patada en la cabeza las que causaron la muerte de Luis Ramírez, un inmigrante mexicano que había vivido en Shenandoah (PA) durante seis años, según el testimonio de expertos médicos.

Esta semana la Fiscalía presentó su caso en el juicio que se sigue contra Brian Piekarsky, de 17 años, y Derrick Donchak, de 19, por asesinato y asalto agravado, respectivamente, ocurrido en julio del 2008.

El asistente del fiscal Robert Franz dijo que la acusación probaría que Piekarsky le pateó a Ramírez en la cabeza con tanta fuerza como si le estuviera pegando a una pelota de fútbol americano, ocasionándole la muerte dos días después en el hospital.

La defensa alega que Brian Scully, y no Piekarsky, fue el que dio la patada fatal. Sin embargo, Scully, quien enfrenta cargos en una corte juvenil, testificó el martes que vio Piekarsky dar la patada.

Lo mismo dijo Colin Walsh, otro amigo del grupo que originalmente fue acusado junto con Piekarsky y Donchak.

Walsh testificó en el caso como parte de un acuerdo en el cual se declaró culpable de cargos federales a cambio de una sentencia reducida. También relató que él fue quien le dio un puñetazo en la cara a Ramírez que causó que se cayera y se pegara en la cabeza quedando inconsciente.

Además, contó que los amigos involucrados en el incidente se reunieron dos veces durante los siguientes días para hacer cuadrar sus historias.

Arielle García, amiga de Ramírez y quien estuvo en el parque la noche del 12 de julio, dijo que la persona que le pateo llevaba zapatillas blancas con detalles azules, las mismas que llevaba Scully, según los abogados de Donchak y Piekarsky.