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Algunos de los asistentes al evento (Fotos: Susan G. Komen).
Algunos de los asistentes al evento (Fotos: Susan G. Komen).

Las comunidades de Filadelfia, reunidas contra el cáncer de mama

La organización Susan G. Komen celebró un multitudinario y diverso evento.

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Que el cáncer de mama no entiende de razas, culturas o idiomas es algo que en la organización Susan G. Komen saben de sobra. Por ello, hace años que organizan diversos eventos, como 'Latinas for the cure’, dirigidos a las diferentes comunidades que residen en la ciudad de Filadelfia. Sin embargo, conscientes de que, pese a que cada experiencia es diferente, todas las supervivientes comparten un lenguaje universal (el de la fuerza y la supervivencia), este año decidieron unir a todas ellas en un evento multitudinario que tuvo lugar el sábado 13 de febrero en el Kimmel Center. 

Cerca de 2.300 personas de 15 condados del área de Filadelfia, Delaware y Nueva Jersey se dieron cita en 'Strength & Survival: The Universal Language’. Entre ellos, 23 médicos y 25 supervivientes que compartieron sus historias con el público.

“Hemos organizado tantos eventos educacionales diferentes que ahora sentimos que es el momento de juntar a todas las comunidades”, asegura Elaine I. Grobman, CEO de Susan G. Komen. “Es una forma de que las mujeres acepten el poder de aprender en un ambiente diferente, puede que muchas de ellas nunca hayan ido al Kimmel. Por eso es una oportunidad para aprender sobre cáncer de mama y supervivencia, conectada con entretenimiento y diversidad”.

El evento, definido por la propia Grobman, como algo que “nunca se ha hecho antes”, compaginó la educación con la diversión de la mano de una actuación de The Philly POPS; colaboración que nació a iniciativa de Grobman y que se ha prolongado durante cerca de año y medio.

La multiculturalidad que caracterizó a la cita fue uno de los principales elementos que destaca una de las asistentes Jocelyn Román, de Puerto Rican Unity for Progress en Camden (Nueva Jersey). “El evento me pareció muy bonito porque esta vez se reunieron muchas etnias diferentes y que estuvieran personas asiáticas, latinas, etc… compartiendo juntas un mismo evento me pareció super bueno porque cada persona puede compartir su experiencia”.

Un sentimiento que se extendió entre el grupo de 15 personas que viajaron desde la ciudad vecina para participar en él y que Román considera de vital importancia. “Creo que es importante que desde jóvenes hasta adultos sean conscientes de lo que es este tipo de enfermedad, cómo se puede tratar y que sepan que hay tratamientos, que no todo está perdido al momento que te dan un diagnóstico de cáncer, que sepan que hay organizaciones que pueden apoyarlos en estos momentos porque yo sé que a muchas personas se les hace difícil enfrentarlo”.

Por ello Román no duda que hacen falta más eventos de este tipo. “Como cada día uno va aprendiendo cosas nuevas y todos los días aparecen tecnologías nuevas […] Nosotros en nuestra agencia tratamos de hacer talleres porque nuestra comunidad, en su mayoría latina, a veces se cohíbe de ir a eventos así porque a veces no entienden el inglés, pero no saben que también hay personas que pueden traducirles a ellos durante estos eventos”.

El cáncer de mama se ha convertido en la primera causa de muerte de este tipo entre las mujeres latinas. Cada año, 19.800 latinas son diagnosticadas con esta dolencia y 2.800 pierden la vida, según datos de Susan G. Komen.

La realización de pruebas de detección de manera regular es una de las principales asignaturas pendientes de las latinas de Estados Unidos, quienes tienen a realizarse menos mamografías que el resto de comunidades (tan solo el 62 por ciento de las mujeres latinas mayores de 40 se sometieron a estas pruebas en los últimos dos años). Y la principal consecuencia es que los diagnósticos tienden a realizarse cuando la enfermedad está más avanzada.

“Realizarse mamografías de manera periódica, llevar a cabo exámenes mamarios y estar al tanto de su historia familiar” son tres aspectos de los que toda mujer debe estar al corriente, según el doctor Rovito, especialista de cáncer de mama.

“Además de los exámenes mamarios realizados por su médico, en la actualidad las recomendaciones, que varían todo el tiempo, son realizar un mamografía cada dos años y empezar cerca de los 45, salvo si hay antecedentes familiares que hay que hacerlo antes”, señalar el doctor.

Covito destaca la importancia de llevar a cabo estas pruebas, ya que “las posibilidades de curación si se diagnostica en etapas tempranas son altas, cerca de un 90 por ciento. Ser diagnosticado con cáncer de mama no es necesariamente una sentencia de muerte y no significa que vayas a morir de esta enfermedad, pero la clave es encontrarlo pronto”.

Por ello, su principal consejo es “no dejes que el miedo evite que se haga lo que es necesario porque mucha gente lo hace. Tienen miedo, no quieren oír el diagnóstico… Es mejor lidiar cuando es temprano que hacerlo cuando es tarde”, sentencia.