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El Centro Lambert estudiará cómo los cannabinoides, incluyendo el cannabidiol, y el cáñamo pueden ser utilizados para tratar la epilepsia infantil temprana.

Una donación de 3 millones de dólares pone a Filadelfia en el centro de la investigación sobre la Cannabis

Un prado de verdes juncos de Cannabis se ha diseminado por todo el país, ahora que ocho estados han legalizado su uso recreacional y 28 otros han aprobado la marihuana medicinal. 

Pennsylvania se encuentra entre estos últimos, con el primer programa medicinal del estado que pretende despegar en el 2018. Ahora, una donación de 3 millones de dólares a la Universidad Thomas Jefferson por parte de un filántropo australiano, está siendo agregado al robusto paisaje investigativo de Filadelfia para ayudar a crear un corredor de cannabis en la Ciudad del Amor Fraternal.

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Un prado de verdes juncos de Cannabis se ha diseminado por todo el país, ahora que ocho estados han legalizado su uso recreacional y 28 otros han aprobado la marihuana medicinal. 

Pennsylvania se encuentra entre estos últimos, con el primer programa medicinal del estado que pretende despegar en el 2018. Ahora, una donación de 3 millones de dólares a la Universidad Thomas Jefferson por parte de un filántropo australiano, está siendo agregado al robusto paisaje investigativo de Filadelfia para ayudar a crear un corredor de cannabis en la Ciudad del Amor Fraternal.

 “Estamos increíblemente agradecidos a Barry y a Joy Lambert por este regalo tan osado y visionario, que tendrá un impacto inmediato en nuestros esfuerzos de investigación y educación”, dice Charles V. Pollack Jr., MA, MD y Director del Instituto de Profesiones Emergentes. “Desde el principio hemos tenido una agenda ambiciosa que pretende elevar la ciencia que respalda el uso terapéutico de cannabinoides y esta donación provee un gran impulso a la iniciativa de desarrollar las ideas más promisorias y las terapias potenciales para un rango de condiciones”.

 Barry Lambert ha hecho su fortuna como ejecutivo de la banca, y ha fundado la red australiana más grande de empresas de asesoramiento en contabilidad financiera. Pero también es el abuelo de una joven que ha sido diagnosticada con una extraña enfermedad epiléptica de orden genético desde que era una niña. 

El síndrome de Dravet comienza en la primera infancia y se caracteriza por ataques frecuentes (diarios) e incapacitantes, que pueden sumar centenas. Algunos de estos ataques pueden durar hasta 30 minutes. Si la condición de Dravet no es tratada, puede conllevar a problemas de desarrollo y de conducta durante la vida. De acuerdo a la Fundación para la Epilepsia, sólo uno de cada 20.000 o hasta 40.000 niños sufren de esta enfermedad.

 La cannabis medicinal ha demostrado disminuir la frecuencia y la severidad de las convulsiones en niños con el síndrome de Dravet, incluyendo la nieta de Lambert. Tras ver la mejoría en su salud, Lambert decidió apoyar la investigación alrededor de la eficacia de la marihuana.

 “Confiamos en que el Dr. Pollack y el increíble equipo de la TJU producirán la investigación necesaria para ofrecer los cambios que finalmente mejorarán la vida de millones de personas alrededor del mundo”, dijo Lambert.

 “Hemos experimentado de primera mano los beneficios milagrosos y  salvadores de la cannabis medicinal, derivada del cáñamo” dijo el Sr. Lambert. “Confiamos en que trabajado bajo las modernas regulaciones de los Estados Unidos, la TJU y su aproximación innovadora y científica, proveerán a la profesión médica los beneficios y la seguridad de la cannabis medicinal para un gran abanico de enfermedades, no sólo la epilepsia infantil”.

El Centro Lambert estudiará cómo los cannabinoides, incluyendo el cannabidiol, y el cáñamo pueden ser utilizados para tratar la epilepsia infantil temprana. 

Investigaciones previas han encontrado que el cannabidiol (o CBD), que no contiene las propiedades psicoactivas del tetrahydrocannabinol (THC) y por lo tanto no intoxica a las personas, es efectivo como anticonvulsivante en animales. 

La prueba en niños todavía es controversial, y los padres de niños que sufren de epilepsia y otros desórdenes han acudido a la reubicación en otros estados donde el tratamiento con la marihuana es legal.

 Esto incluye al co-fundador de Pizza Brain, un restaurante popular en Fishtown, cuyo hijo padece de una extraña forma de cáncer. Brian James Dwyer se mudó con su familia desde Filadelfia a Washington el año pasado en un intento desesperado de aliviar los síntomas de su hijo de dos años. La familia no fue capaz de encontrar tratamiento eficaz en centros locales y no podía encontrar CBD legal u otros tratamientos relacionados con la cannabis. Por el contrario, la familia se mudó a otro lugar del país en un intento desesperado por reducir el sufrimiento del niño.

 “No sé qué otra cosa hacer”, dijo Dwyer a Philly Voice este año. “Esto es lo que ha tenido que hacerse”.

 El centro de investigación Jefferson está dedicado a avanzar “las bases científicas, los esfuerzos investigativos, las oportunidades educativas, las oportunidades de  impacto social positivo y la experiencia del paciente asociada al uso clínico de las terapias derivadas de la cannabis”. Incluyendo en su misión la Iniciativa de Impacto Social y Emprendedor, que se enfocará en “los diversos asuntos de justicia social inherentes a la industria de la cannabis medicinal”.

 Jefferson se unirá a otros cuerpos de investigación local en el estudio o el desarrollo de tratamientos derivados de la marihuana para afecciones diversas, incluyendo cáncer, VIH y SIDA, estrés post-traumático, epilepsia, esclerosis múltiple y muchas otras. 

Por ejemplo, la iniciativa tecnológica Ananas, fundada por dos egresados del Lafayette College, es tan sólo una de las muchas nuevas compañías que han surgido en el estado y cuya relación con Big Pharmaceuticals transforma a la región en “zona cero” para la investigación sobre cannabis. Una de las primeras estrategias de Ananas fue la creación de The Newton, un vaporizador de inducción que produce una cantidad exacta de marihuana en dosis para pacientes. Lo lleva a cabo a través de la liberación controlada de químicos cannabinoides particulares.

 “Reconocemos que dentro de este mercado, existe una falta de métodos precisos para que los pacientes consuman la cannabis”, dice el co-fundador de Ananas Roberto Lombino.

 Debido a que la marihuana es ilegal a nivel federal – considerada Schedule 1 por la DEA – el aparato no puede ser cubierto por la seguridad social y podría costar entre 600 y 800 dólares.

 Pero la investigación continuada por la Universidad Jefferson y otras instituciones del área podría ayudar a que eventualmente se pueda acceder al tratamiento basado en la cannabis.

“Creemos que los farmaceutas expertos y enfocados en el paciente jugarán un rol crítico en la distribución futura de productos de la marihuana medicinal”, dice Patricia A. Epple, CEO de la Asociación de Farmaceutas de Pennsylvania. “El Centro Jefferson provee valiosos recursos y el liderazgo para ayudar a crear esta nueva clase de profesionales”.  

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