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El 27% de los estudiantes en escuelas públicas son hispanos. Foto: Pixabay
El 27% de los estudiantes en escuelas públicas son hispanos.  Foto: Pixabay

La diferencia entre profesores y estudiantes de color es amplia en escuelas del país

Una mayoría de docentes blancos, frente a estudiantes de diferentes razas, está generando una brecha en el sistema educativo​​​​​​​

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Aunque los datos demuestran que la situación ha mejorado en los últimos años, la mayoría de los maestros del sistema escolar siguen siendo blancos, mientras que el número de estudiantes de color sigue aumentando. 

En el país hay al menos 6,6 millones de maestros, de estos, el 79% se consideran blancos no hispanos, mientras que el 9% son hispanos, el 7% negros, y solo el 2% asiáticos americanos. 

La disparidad se hace más evidente cuando se compara este dato con el de los estudiantes. Según las cifras del  National Center for Education Statistics, el 47% de los estudiantes en escuelas públicas son blancos, frente al 27% de latinos, 15% de negros y el 5% de asiáticos americanos. 

Estas disparidades solo terminan fortaleciendo discursos como la resistencia a la teoría racial crítica, sobre todo en los distritos más conservadores del país donde es cada vez más común la prohibición de textos sobre personas de color y temas LGTBIQ y proyectos de ley para pohibir la enseñanza de ciertos temas. 

Casos como la muerte de George Floyd en el verano de 2020, demostraron, entre otras cosas, la falta de preparación del sistema para enfrentar situaciones de odio racial, cuando entre los estudiantes se multiplicaron los discursos de odio por redes sociales, las directivas de los centros educativos no tenían muchas armas reales para lidiar con el asunto. 

A esto se suma que entre 2009 y 2018, el número de hispanos en las escuelas públicas pasó del 22 al 27%, mientras que el número de estudiantes blancos bajó del 54 al 47% y aun peor, para organizaciones como El Proyecto de Derechos Civiles de UCLA, se está volviendo a los niveles de segregación racial en las escuelas que había en 1968. 

Lo más preocupante de estas cifras es que en un ambiente donde los niños y jóvenes tienen uno de los primeros referentes de diversidad y de pequeña sociedad, no se está reflejando la realidad de un país multicultural, al menos no entre los educadores, por lo que ni los niños ni se ven representados ni aprenden que la diversidad es una realidad.