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Vistiendo Filadelfia a la moda

Vistiendo Filadelfia a la moda

Escuelas de diseño de moda, grandes empresas del sector, diseñadores consagrados, jóvenes promesas... La industria de la moda tiene mucho que decir (y diseñar)…

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El boceto de una Filadelfia con la industria de la moda como uno de sus principales ejes comenzó a esbozarse varios siglos atrás en las manos de John Wanamaker, un hombre de negocios nacido en South Philly a quien se atribuye la creación de la primera tienda departamental de la ciudad y una de las primeras que abrió sus puertas en el país a finales del siglo XIX y principios del XX.

El patrón de lo que la ciudad es hoy (en términos ‘fashion’) se han encargado de elaborarlo durante décadas desde los diseñadores locales hasta las grandes compañías, véase el conglomerado Urban Outfitters o la firma Lilly Pullitzer, que decidieron establecer sus oficinas centrales en la Ciudad del Amor Fraternal. Pero también los diferentes centros de enseñanza con los que cuenta Filadelfia, de los que han salido grandes nombres del sector como Ralph Rucci o Tory Burch. 

El proceso de confección, sin embargo, se mantiene en continua evolución y desarrollo, como la industria de la moda misma; incorporando nuevos y prometedores agentes en cada nueva ‘puntada’ hacia el futuro del sector en Filadelfia.

Uno de ellos es Ivy Aristy, una joven de raíces latinas —nacida en Queens (Nueva York) de padres dominicanos— que forma parte de la promoción actual de alumnos del Philadelphia Fashion Incubator ubicado en los grandes almacenes Macy’s.

El primer contacto de Aristy con el mundo de la moda se remonta aproximadamente a los  12 años, cuando comenzó a dibujar sus primeros bocetos. A los 14 ya creaba diseños tanto para su muñeca Barbie como para su perrito, aunque no fue hasta que comenzó high school cuando aprendió a coser con patrón en clase de diseño de moda.

Su pasión por la moda se convirtió en profesión en el año 2010, cuando se graduó en esta disciplina en el Moore College of Art & Design. Sin embargo, encontrar un trabajo como diseñadora  en la ciudad de Filadelfia fue bastante más complicado de lo que esperaba.

Ivy Aristy (Yesid Vargas/AL DÍA News).
 

“Es bien difícil, porque aunque yo hice mis estadías con DKNY y Yigal Azourel todavía fue difícil encontrar un trabajo después de que yo me gradué. Hice muchas entrevistas en diferentes lugares, mucha gente quería más experiencia y yo acababa de terminar”, explica Aristy.

Por ello, decidió compaginar su faceta como diseñadora con otros empleos hasta que en el año 2012 presentó su primera solicitud para entrar en el Philadelphia Fashion Incubator. Pese a que no lo logró, repitió un tiempo más tarde y finalmente lo consiguió. 

Así comenzó el curso de un año Designers-in-Residence (DIR), enfocado más al desarrollo de la compañía que al diseño en sí.

“Hay mucho sobre negocios, un área que no tenía mucha idea. Yo soy más creativa, más de diseño y me ayudaron mucho a aprender sobre el negocio de diseño de moda”, confiesa Aristy.

“Me está ayudando a conocer mucha gente, ser más específica en lo que yo estoy diseñando —con la producción— y haciendo esas conexiones que uno necesita para ser exitoso”.

Para ello, cuentan con la ayuda de los alumnos de The Wharton School of the University of Pennsylvania, con quiénes realizan desde estudios de mercado hasta la elaboración del plan de negocio que mejor se adapta a cada diseñador y compañía.

Ivy Aristy lo tiene claro: “Yo quiero diseñar para el cuerpo latino”.

La joven asegura que durante este año de trabajo en el desarrollo de su marca —espera  poder lanzar su primera colección para otoño de 2016— ha comprobado que lo que realmente le importa a la gente es que la ropa le siente bien al cuerpo, y la mujer latina no es la excepción.

Así, consciente de que no existen muchas firmas que confeccionen prendas pensadas para el cuerpo de las latinas, ha decidido centrar su trabajo en una comunidad que conoce a la perfección.

(Yesid Vargas/AL DÍA News).

 

“Quiero ser específica, buscar una persona que me ayude a hacer los patrones para ese cuerpo. Yo lo que voy a hacer ahora es dedicarme a eso, hacer mis formas básicas”, explica.

En cuanto a sus fuentes de inspiración, la diseñadora asegura que varían dependiendo del momento y de la colección. “Puede ser algo de la naturaleza, una canción que escucho...”. El azul del mar y la arena fueron claves en el desarrollo de su colección primavera/verano 2016, por ejemplo.

Más estática ha sido, sin embargo, la que define como su principal inspiración: su madre. “Mi mamá vino a los Estados Unidos cuando yo tenía 11 años, nosotros somos cuatro hermanos. Ella sola con nosotros cuatro. Ella tiene su propio negocio ahora, tiene mucho tiempo con su propio negocio y ella siempre se ha esforzado mucho y me ha dado buenos valores. Siempre mi mamá me ha apoyado en todo”.

¿Su consejo para aquellos jóvenes que como ella desean  convertirse en diseñadores? “Yo diría seguir sus sueños, que con motivación y esfuerzo se logra mucho. Que no se den por vencidos porque es difícil empezar, sobre todo cuando una sale de la universidad y cree que va a encontrar algo y a veces es difícil encontrarlo si uno no tiene las conexiones, pero hay que seguir en lo que a ti te encanta”.

Además de nunca rendirse, Aristy también recomienda “tratar de hacer freelancing es bueno porque siempre lo puedes agregar en tu resumé y te ayuda a conocer gente y también puede terminar siendo un trabajo ‘full time’”.

 

‘Incubando’ nuevos talentos locales

Si en algo coinciden tanto  Aristy como la directora ejecutiva del Philadelphia Fashion Incubator, Elissa Bloom, es en que en la ciudad hay talento, y mucho; formado además en su mayoría en las varias escuelas de diseño con las que cuenta el área de Filadelfia.

Sin embargo, hace algunos años, un grupo de entidades  constató la existencia de un éxodo de jóvenes talentos. La mayoría de los alumnos, una vez se graduaban dejaban la ciudad y se trasladaban a lugares como Los Ángeles o Nueva York, en busca de un puesto en la industria de la moda.

“Nos dimos cuenta de que no había nadie que incentivase o apoyase a los diseñadores que querían quedarse en Filadelfia y crear aquí sus negocios”, explica Bloom. Y así nació en el año 2012 el programa del que Ivy Aristy forma parte: The Philadelphia Fashion Incubator, definido por Bloom como “un esfuerzo creativo colaborativo entre corporaciones cívicas (la Ciudad de Filadelfia y el Distrito Central) y comunidades académicas como Drexel University, Philadelphia University y Moore College for Arts and Design, lanzado con la misión de apoyar a los diseñadores que comienzan en Filadelfia y ayudarles a construir negocios sostenibles y exitosos”.

Desde entonces, casi dos decenas de diseñadores (como Aristy) han participado en este programa, que cuenta también con la colaboración de Macy’s. 

Philadelphia Fashion Incubator, en Macy's. (Yesid Vargas/AL DÍA News).

La idea, según Bloom, es “juntar (todo ese talento) en un espacio en el que todos se inspiren y se motiven entre ellos. No es un ambiente competitivo, se apoyan los unos a los otros”.

Por el momento, la fórmula de la ‘incubadora’ de talentos de la  moda local está dando un buen resultado. Según asegura Bloom, de las 15 compañías que se graduaron en el año 2012 hay 11 que todavía siguen en el negocio.

“Al final del día el éxito para mí es que estos diseñadores se mantienen en el negocio y continúan creciendo y expandiéndose”, confiesa Bloom.

Ocho de las 11 marcas a la que se refiere la directora ejecutiva del proyecto decidieron juntarse una vez terminado su año de estancia en la incubadora y formar Philadelphia Fashion Alliance. Un organismo con el que pretenden continuar colaborando y apoyándose de la misma manera que lo hicieron durante su estancia en el ‘fashion incubator’.

“Se trata de un negocio muy duro y necesitas tener, por un lado, no solo talento, también contactos; y eso es una de las grandes cosas que aporta el ‘fashion incubator’. Nosotros conectamos a los diseñadores con líderes que gozan de influencia  en la industria para ayudarles a construir sus negocios”, cuenta Bloom; quien también destaca que Philadelphia Fashion Incubator está buscando nuevos talentos. El plazo para enviar la solicitud finaliza el 15 de enero de 2016. Para más información visite www.philadelphiafashionincubator.com/application-process.
Una llamada que podría hacerse extensiva especialmente a los  jóvenes diseñadores latinos con los que cuenta la ciudad y que, según explican desde diferentes entidades, la gran mayoría permanece todavía en la sombra.

 

Una semana de la moda propia

Los fundadores de la pasarela Kevin Parker y Kerry Scott.

Casi tan importante para un diseñador como disponer del talento necesario y de una red de contactos es tener una plataforma en la que dar a conocer su trabajo, tanto al público como a la gente de la industria. Filadelfia carecía de ella hasta el año 2006, cuando Kevin Parker y Kerry Scott decidieron fundar Philly Fashion Week.

“Filadelfia tiene tanta historia de moda y en ese momento no estaba sucediendo mucho en lo que a eventos se refiere, no había una plataforma para enseñar su trabajo a la gente de la industria y esa fue una de las razones por las que decidimos crear Philly Fashion Week. Para destacar todo el trabajo de nuestros diseñadores locales, pero también para atraer a gente de fuera”, cuenta Parker.

Así, desde su fundación en el año 2006, por su pasarela han desfilado desde artistas de la aguja locales hasta diseñadores procedentes de India, Gran Bretaña o la cuna de la moda, la ciudad de Paris.

Casi un década después de la fundación de Philly Fashion Week, Parker asegura que la escena ‘fashion’ de la ciudad “está definitivamente creciendo”.

“Tenemos un gran número de diseñadores con mucho talento haciendo cosas maravillosas y también gente de la industria... Están pasando un montón de cosas geniales”.

Preguntado por el escaso número de diseñadores latinos establecidos en Filadelfia, Parker asegura: “Sí que hay diseñadores latinos en Filadelfia, pero no conozco a muchos. Y eso es algo que siempre estamos buscando, diseñadores diferentes con diferentes ‘backgrounds’”.

De izquierda a derechadiferentes diseños presentados en diferentes desfiles de Philly Fashion Week. (Mikhail Veter).