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Mayara Pineiro sits in her dressing room several days before the Pennsylvania Ballet's production of Romeo and Juliet opens. Photo: Emily Neil / AL DÍA News
Mayara Pineiro en el vestuario, unos días antes de la función inaugural del 'Romeo y Julieta' del Pennsylvania Ballet. Photo: Emily Neil / AL DÍA News

Una bailarina cubana devuelve a la vida en Filadelfia la gran historia de amor de Shakespeare

En su nuevo papel principal en la producción del Pennsylvania Ballet 'Romeo y Julieta', Mayara Pineiro está viviendo algo que a soñado durante años.

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Igual que la trágica heroína de la famosa obra de Shakespeare a la que da vida como parte del Romeo y Julieta de Sir Kenneth MacMilla que el Pennsylvania Ballet ha sacado a escena, Mayara Pineiro no es ajena a tomar decisiones que pueden definir el curso de toda tu vida cuando aún eres muy joven.

Julieta, después de todo, "era una niña, pero pensaba como una adulta", dijo Pineiro. Con 17 años de edad, la bailarina, nacida y criada en Cuba, tomó la difícil decisión de dejar atrás a sus amigos, su familia y su hogar para emigrar a los Estados Unidos en busca de su sueño de actuar en un compañía del país.

Desde las lecciones que tomaba en La Habana cuando aún era una niña, hasta la búsqueda de clases de baile gratuitas en Orlando, Pineiro ha alcanzado los más altos rangos del mundo del ballet a nivel profesional. Pero son los recuerdos de ese pasado más difícil en los se inspira para representar a la Julieta de Shakespeare en esta producción, que estará disponible hasta el próximo 21 de octubre.

"Me siento muy identificada [con Julieta]”, dijo Pineiro, quien cree que es muy importante para el bailarín "hacerlo real, para el público le entienda, para que la audiencia entienda la historia, para que sienta lo que tu estás sintiendo en este momento.. Para poder hacerlo tienes que sentirlo realmente. Es muy importante identificarte con el personaje, especialmente en este ballet", explicó Pineiro.

Siempre soñando

Pineiro comenzó a bailar cuando tenía solo tres años y su madre la inscribió a clases de ballet y flamenco. Lo que más le gustaba era lo primero, y por ello continuó con el ballet clásico hasta que, finalmente, a los 9 años consiguió una plaza en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Estudió allí durante 8 años hasta que se fue y emigró a los Estados Unidos en 2010, a la edad de 17 años.

Al principio, la transición fue difícil. Pineiro se fue a vivir con un tío en Florida y tuvo que dejar de bailar y trabajar para mantenerse, un desafío difícil para una bailarina, para la que todos los días y cada hora de práctica son importantes. En última instancia, sin embargo, Pineiro encontró una escuela de danza en Orlando que le permitió tomar clases gratis.

Mientras estaba allí, también conoció a su prometido, Etienne Díaz, un bailarín de Cuba que también es parte del Ballet de Pensilvania. A diferencia de la heroína ficticia que está representando, la historia de amor de Mayara con Etienne ha sido todo menos tormentosa: después de recorrer el mundo para bailar y enseñar danza –desde Rumania, Italia o China–, están ahora comprometidos y esperan casarse pronto.

A pesar de que han viajado por todo el mundo, incluyendo un reciente período de clases de enseñanza en China, Pineiro y Díaz a menudo pasan su tiempo libre relajándose en la ciudad, llevando a su perro a pasear y disfrutando de la floreciente escena gastronómica de Filadelfia. A Pineiro también le gusta coser, lo que aprendió de niña en las visitas a la casa de su abuela, que trabajaba como costurera.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Hace aproximadamente un año, Pineiro superó otra meta que se había fijado: convertirse oficialmente en ciudadana de los EE. UU.

“Fue un reto para mí y haberlo logrado fue muy importante...[Era] una cosa que también quería porque siempre me sentí parte de este país, pero ahora que tengo la ciudadanía, que logré este reto, es diferente", dijo Pineiro. "Ahora me siento como un miembro de la familia".

Sin embargo, Pineiro ha mantenido sus lazos con su país de origen, volviendo a visitar a su familia, que todavía vive allí. Ella dijo que incluso podría imaginarse enseñando danza allí para exponer a los estudiantes a una fusión de la técnica cubana y todo lo que ella aprendió de Balanchine.

Pineiro también se siente como en casa con la compañía PA Ballet, donde muchos de los bailarines vienen de Brasil, España, Corea, China y países de todo el mundo; un recurso, dijo Pineiro, que el director artístico Ángel Corella emplea para hacerlo aún más completo

"Nos acepta como somos y trata de sacar lo mejor de cada uno de nosotros", dijo Pineiro de Corella, quien asumió el cargo de director artístico de la compañía al comienzo de su temporada 2014/2015. "Todas las escuelas son diferentes, ya sabes, y es muy interesante porque todos trabajamos de manera diferente, pero es una buena combinación. Se ha convertido en una empresa internacional”.

Aunque Pineiro dijo que está "muy feliz" con lo que ha logrado hasta ahora, como bailarina, sus sueños "nunca paran".

“Siempre tenemos que hacer más. Como bailarina, nunca paro de soñar ”, dijo. "Y aunque haga [un cierto ballet] una vez, sueñas con hacerlo de nuevo. Nunca termina."