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De izquierda a derecha; Fernando Aristeguieta, Cristian 'Chaco' Maidana y Richie Marquez.
De izquierda a derecha; Fernando Aristeguieta, Cristian 'Chaco' Maidana y Richie Marquez.

El fútbol latino también se juega en Philly

No es un secreto que los hispanos han sido parte integral del Philadelphia Union desde su fundación. Una cultura que ahora representan desde tres de sus…

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Nueva York, año 2006. El ex jugador de fútbol y ejecutivo de la industria futbolística Nick Sakiewicz, entonces presidente del MetroStars de Nueva York, ultima la venta de este club y comienza a buscar por todo el país un lugar en el que crear un nuevo equipo de fútbol.

“Empecé a venir a la ciudad a finales de 2006 y me enamoré de ella, de su gente y de los fans del fútbol que había aquí. Empecé a trabajar muy duro y a construir un estadio propio. El resto es historia”, cuenta Sakiewicz.

La ciudad de la que habla no es otra que Filadelfia, quien ya contaba con representación en cuatro de las cinco grandes ligas del país (NFL, MLB, NBA y NHL); y que en 2008 se incorporó a la Major League of Soccer (MLS), la liga profesional de fútbol, de la mano del club fundado por Sakiewicz: el MLS Philadelphia.

Su conversión en el Philadelphia Union que es hoy se produjo, sin embargo, varios meses más tarde, cuando el club decidió someter a votación de sus fans el nombre final del equipo; una campaña en la que participaron cerca de medio millón de personas. “Decidimos que ese era el nombre que los fans querían para el equipo y por eso lo llamamos Philadelphia Union”, asegura Sakiewicz.

Lo mismo sucedió con los colores que los representan, el navy y el dorado, una combinación que pretende rendir homenaje a los uniformes que lucía el Ejército Continental durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Mientras que el azul celeste que los separa rinde un doble tributo; por un lado a la bandera de la ciudad; por el otro a los Sons of Ben, la hinchada del club.

Y es que si algo caracteriza a la imagen del equipo es su gran simbología y tributo a la Ciudad del Amor Fraternal y su gran papel en la historia. Además de en su nombre y en los colores de su camiseta, también se deja sentir en un escudo en el que no faltan ni las 13 estrellas (en representación de las 13 colonias), ni la palabra Union (clave en la formación del país). Especial mención merecen la serpiente utilizada por Benjamin Franklin y el Pennsylvania Gazette y su consigna en latín ‘Jungite aut Perite’ —‘Únete o Muere’—.

¿Por qué era tan importante que Filadelfia tuviera su propio equipo? Para Sakiewicz, “no es un secreto que el fútbol está creciendo de una manera muy rápida a lo largo y ancho del país, desde los último 20 años. Filadelfia tiene millones de fans del fútbol extendidos por toda la región. Ellos sienten pasión por este deporte. La zona carecía de un equipo de fútbol. Por lo que queríamos llevar este equipo a Filadelfia y ponerlo al servicio de la pasión que todos los fans del fútbol demuestran tener en la región. Ahora tienen su equipo”.

El resultado fue un conjunto deportivo que desde su comienzos ha contado con un gran número de jugadores nacidos y formados, cultural y deportivamente, en la tierra oficial del fútbol: Latinoamérica.

Sideline Photos/Greg Carroccio.
 

“Centroamérica y América del Sur son una importante cantera de jugadores de fútbol para la liga MLS, no solo para el Philadelphia Union, también para la liga en general. Los más de veinte equipos que la forman están reclutando y buscado jugadores en mercados latinoamericanos. México, Centroamérica, Suramérica… son unos grandes mercados de fichajes. Muchos de nuestros mejores jugadores proceden de un gran número de países situados en esta zona y han sido muy productivos en la MLS durante estos años. También siempre es importante construir un equipo que refleje la comunidad en la que juegas, y eso es lo que hemos intentado nosotros. Por eso tenemos una gran variedad de jugadores en nuestro equipo que son norteamericanos con herencia latina o proceden de algún país latinoamericano”.

Solo en su primera temporada —el Philadelphia Union debutó en la liga MSL el 25 de marzo de 2010, donde perdió 2-0 contra Seattle Sounders FC—, la plantilla contó con seis jugadores de herencia hispana: los colombianos Juan Diego González y Roger Torres, el venezolano Alejandro Moreno, el argentino Eduardo Coudet, el costarricense David Myrie y el norteamericano de origen puertorriqueño Cristian Arrieta.

En total, en sus casi seis temporadas de historia, 18 jugadores hispanos de 8 países diferentes —Argentina, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Puerto Rico y Venezuela— han engrosado las filas del Philadelphia Union. En la actualidad tan solo tres jugadores de la plantilla tienen acento español.

Uno de ellos es el argentino Cristian Maidana, más conocido como ‘Chaco’, la provincia argentina en la que nació y comenzó a dar sus primeras patadas al balón; aunque fue en Buenos Aires donde su carrera como futbolista comenzó a despegar, concretamente en Banfield. “Dio la casualidad de que mi mamá quería ir a probar suerte a Buenos Aires, sin tener trabajo y sin tener nada, en Chaco no había nada. Yo si me hubiera quedado allí no habría llegado a lo que soy ahora, así que mi mamá se la jugó por mi y por mis hermanos y decidió ir a Buenos Aires”.
De Banfield pasó al Spartak de Moscú, “un paso complicado”, según reconoce. “Decidimos ir allá y la verdad que bien, por una parte, hasta que no me pude adaptar del todo por la forma que tienen de vivir”. Tras un breve paso por España, Argentina y México, llegó a Filadelfia en el año 2014.

“Tuve la suerte de llegar acá, de una forma extraña, porque no tenía lugar donde ir y de repente mi actual entrenador fue a ver a otro chico, sin querer la rompí en la práctica y dijo ‘lo quiero a él’, y dio la casualidad de que arreglamos todo rápido y se dio todo bien y feliz. Acá es una diferencia increíble, por la forma en la que se vive. Mi familia está muy contenta, y yo también”.

Sideline Photos/Greg Carroccio.

 

Y desde luego, a nivel personal razones no le faltan (pese a que el equipo ha tenido unas jornadas en casa un poco complicadas). Hace tan solo unas semanas ‘Chaco’ se convertía en el jugador con mayor número de asistencias en lo que va de temporada en la MLS.
Además del Union, ‘Chaco’ también destaca la ciudad. “Filadelfia es muy buena para mi, yo vivo a poco más de 10 minutos de acá (del campo), es muy tranquilo. Mis hijos se van al colegio y vuelven tranquilos a la casa. Yo vivo tranquilo. La gente no te conoce nadie, pero para mi es mucho mejor. Salgo donde quiero. La verdad que para vivir esta ciudad es muy buena”.

Por todo ello, asegura que no piensa en marcharse. “Por ahora no, me está yendo muy bien acá y mis hijos y mi mujer están muy contentos. Quiero estar acá, si puede ser bastantes años y después irme a retirar a Bandfield, pero me quiero quedar acá por ahora”.
¿Llegará el fútbol a ser el ‘deporte rey’ en Estados Unidos, como lo es es países como España o Argentina? “Hay muchas estrellas ahora llegando acá, así que yo creo que dentro de pocos años esta va a ser una de las mejores ligas. Esperemos que siga creciendo este fútbol y yo no tengo duda de que va a acabar siendo una de las mejores ligas, junto con la española”, pronostica ‘Chaco’.

Más lejana en el tiempo y a más largo plazo ve esa conversión otro de los hispanos de la plantilla, el venezolano Fernando Aristeguieta:

“Próximamente no. En algún futuro lejano a lo mejor sí, porque eso es algo generacional, eso es algo de cultura. Es que se sienten en una mesa abuelo, papá e hijo a hablar de fútbol a hablar de sus primeros días en los estadios, de los recuerdos que tienen, del abuelo contando como el papá de él le llevó al estadio la primera vez. Entonces, eso es algo cultural, que va más allá, que aquí lo hay en otros deportes, pero no en el fútbol que es un deporte que está empezando. Es un fenómeno con el que estoy familiarizado porque en Venezuela pasa lo mismo, el fútbol está creciendo muchísimo pero no es algo que viene de generaciones atrás.[…] No hay ese sentimiento tan arraigado, que se está creando. Mira la gente aquí, se siente muy identificada con el equipo, pero hace falta que esa gente tenga hijos y esos hijos a su vez tengan hijos”.

Aristeguieta, al igual que Chaco, comenzó a jugar al fútbol en el colegio. A los 15 continuó en la categorías inferiores del Carcacas, la Sub17. Cuando cumplió los 17 ascendió al primer equipo, donde jugó hasta los 20 años. “Hay que tener mucha suerte. Vas creciendo y se va quedando mucha gente que en un principio a lo mejor era mejor que tú. Pero bueno, depende de mucha cosas, no solamente el talento y el trabajo, también muchos factores que no dependen de uno sino que son cosas de la suerte que se van dando y van quedando cada vez menos y al final es eso: tuve la suerte de llegar”, explica el venezolano.

Tras Caracas, probó suerte en Nantes (Francia), donde jugó en la segunda y la primera división. Tras un breve paso por España, fichaje que no terminó de fraguarse, se produjo su llegada a Filadelfia para el comienzo de la temporada actual.

“Necesitaba un cambio de vida, un cambio para mi carrera. Y bueno, aquí lo conseguí. La verdad que estoy contento. Aquí, cuando llegué estaba jugando mucho, que era lo que me hacía falta, volver a jugar, volver a sentirme bien dentro de la cancha… Y bueno, cambiar, cambiar muchas cosas. Estaba un poquito estancado allá”.

Sideline Photos/Greg Carroccio.
 

En cuanto al cambio de idioma, Aristeguieta asegura que no ha sido para nada una barrera. “Cuando llegué a Francia fue un problema el idioma porque no hablaba para nada, no sabía ni una palabra. Solo había un compañero venezolano y había dos o tres que hablaban inglés, y eso me ayudó un poquito. Cuando llegué aquí yo hablaba inglés, un poco mejor o un poco peor, pero me defiendo bastante bien y eso también fue más fácil”.

Integrarse, tanto en la ciudad como en el equipo (donde varios de sus miembros también son latinos y/o hablan español), tampoco ha sido complicado para el venezolano. “Es normal que al final uno se termine juntando un poquito más con los extranjeros porque entienden las situación en la que uno está, ellos también están llegando de afuera y eso hace que uno se vaya juntando. Pero los americanos, desde el primer día nos han tratado, por lo menos a mi, muy bien. Y la verdad es que me junto con ellos igual”.

Este sentimiento de unidad y de buena vibra también lo comparte su compañero Richie Márquez. “Todos nos llevamos bien, no es porque somos latinos. Los que hablan inglés, los que no hablan inglés, todos somos amigos. Hasta los que no hablan inglés son amigos de los que no hablan inglés y no se cómo se hablan, pero se hablan”.

Márquez es estadounidense, nació en California, pero por sus venas corre la sangre mexicana de su madre y de su padre. Precisamente este último fue quien le inculcó el amor por este deporte. “Empecé a jugar a los 6 o 7 años porque mi papá jugaba también. Él creció jugando al juego, pues el amor por el juego pasó a mi”.


Sideline Photos/Greg Carroccio.

 

El jugador es otro de los recién llegados al Philadelphia Union, procedente de los Bulldogs de la Universidad de Redlands (de la NCAA Division III). “Gracias a Dios que ellos (Philadelphia Union) me escogieron y me dieron la oportunidad”, cuenta Márquez agradecido. Quizá por ello, si hay un partido que recuerda con especial emoción ese es “el primer encuentro que jugué, contra Toronto. Era mi primer juego con el Union y fue un día muy especial para mi”.

La afición de Filadelfia por el fútbol es otro de los puntos positivos que destaca el jugador.  “El estadio casi siempre se llena y sigue creciendo aquí, por eso yo creo que necesitan el equipo de fútbol y es bueno para la ciudad”, comenta Márquez.

 

La Union Latina

Parte de esa afición incondicional a la que menciona Márquez la compone La Unión Latina, como se hacen llamar desde hace años los hinchas hispanos del Union. El grupo, que surgió hace unas cuatro temporadas, nació de una manera totalmente espontánea, tal y como cuenta su fundador, el colombiano Rubén Vasquez, que lleva más de 30 años en el área de Filadelfia:  “Lo creamos en el parqueadero B, cuando nos reuníamos antes del partido, en el ‘tailgating’, para comer. Cuando yo vi esto me motivé mucho. En ese momento estaban los jugadores colombianos del Union que venían después del partido a comer con nosotros”.

Oficialmente la integran unas 150 personas, “todos somos amigos que nos conocimos allá y nos consideramos familia”. Sin embargo, tal y como explica Vasquez siempre se acercan más personas, también norteamericanos.

“Nosotros cuando estábamos en nuestros países vivimos el fútbol y yo creo que es imposible que estemos en Filadelfia y haya un equipo y no lo respaldemos como lo respaldamos en nuestros países”, asegura Vasquez; quien nunca se plantea dejar de animar aunque la situación del equipo no sea la esperada. “Los latinos somos masoquistas, así que pierdan o ganen seguimos detrás de ellos. Nosotros decimos que no importa que estés arriba para quererte la Unión”.

Ahora, además de en animar, sus esfuerzos se centran en conseguir el número mínimo de abonados para disponer de un sitio propio en el campo  —en la actualidad están repartidos entre la Sección 1-14, la 1-25 y otros lugares—. “Lo que estábamos batallando antes era que la organización no nos estaba apoyando casi, no nos había reconocido como una barra oficial, porque ellos ya tienen su propia barra (the Sons of Ben). Entonces como han visto muchos hits en las páginas de Facebook, mucha gente que se reúne haciendo mucha bulla, ha ayudado mucho con las boletas para muchos partidos… Entonces ya nos están reconociendo. Hasta nos ofrecieron una sección para nosotros, pero tenemos que tener al menos 200 personas que compren el pase de temporada. En eso es en lo que estamos trabajando en este momento”.

Vasquez explica que lo que se intenta desde La Unión Latina es dar un enfoque muy familiar a la reunión. “No solo va el papá, también la esposa los hijos; es para todos”.

También recalca que el hecho de que lleven la palabra ‘latino’ en su nombre no significa que para pertenecer al mismo haya que tener vínculos culturales con Latinoamérica:  “No, no tienen que ser latinos. Nosotros tenemos las puertas abiertas al que quiera”.
Por ello, invitan a todos los seguidores del Philadelphia Union a unirse a ellos. Tan solo tienen que acercarse al parqueadero B unas horas antes del comienzo del encuentro. O si lo prefieren, pueden visitar se página de Facebook de la que dispone la barra: Section 114- La Union Latina.  Allí resolverán todas sus dudas y les ofrecerán la información necesaria pra unirse porque como dice Vasquez, “las puertas están abiertas”.

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