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Pedro Castillo a la izquierda y Keiko Fujimori a la derecha.  Foto de Sebastian Castaneda, Reuters.
Pedro Castillo a la izquierda y Keiko Fujimori a la derecha.  Foto de Sebastian Castaneda, Reuters.

Elecciones en Perú este domingo

Este domingo Perú define quién será el o la próxima presidente de los siguientes cinco años, en un clima de polarización política y una profunda crisis social,…

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Este domingo 6 de junio los ciudadanos peruanos elegirán a quien será, con suerte, su próximo representante durante los próximos cinco años. Ambos candidatos pasaron a la segunda vuelta con un apoyo menor al 15% cada uno, lo que implica que los votos que se han redirigido en esta segunda vuelta representan en su mayoría un antivoto hacia el otro candidato. El final se ve ajustado entre los candidatos Pedro Castillo (izquierda) y Keiko Fujimori (derecha), según las últimas encuestas publicadas esta semana.

En los últimos cinco años, el Perú ha pasado por una etapa de inestabilidad política y social  con cuatro gobernantes durante este periodo, tres vacancias presidenciales, un congreso mayormente obstruccionista y polarizado, sumado a la crisis de la pandemia, el país se enfrenta a unas elecciones en las que ninguno de los candidatos realmente encarna la voluntad de una gran parte de los peruanos, como menciona el analista político  James Bosworth. 

El maestro rural, representante de una izquierda marxista, y la hija del expresidente Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad,e investigada ella misma por lavado de activos,  son rechazados por un pueblo históricamente olvidado y harto de la corrupción y la impunidad de quienes ostentan el poder. Agotados y decepcionados de su clase política, y también decepcionados del proceso electoral, visibilizado con la gran cantidad de votos  blancos y viciados y de ausentes que probablemente no confían en el sistema.

En esta contienda entre la extrema derecha y la extrema izquierda, el papel del antifujimorismo ha sido clave para que Castillo se posicione primero en la carrera, a pesar de que muchos antes declarados como antifujimoristas, se hayan aliado a la candidata en esta segunda vuelta, señalándola como “el mal menor” frente a la posibilidad de un gobierno “comunista” que repita la historia de Venezuela.  Por su parte, a Castillo parece haberle jugado a favor la promesa de una reforma constitucional que refleje la voluntad del pueblo peruano.

El historial de corrupción durante los últimos treinta años en el Perú se traduce en una necesidad de cambio en la población. Pero ninguno de los partidos que se encuentran en la segunda vuelta se salva de este problema. De ganar Keiko Fujimori, se convertiría no solo en la primera mujer presidenta del Perú, sino también en la primera gobernante investigada por corrupción y por lavado de activos. Por el lado de Castillo, el presidente de su partido político tiene ya una concdena por corrupción durante su gobierno regional.

De cualquier modo, gane el candidato que gane, lo único certero es que el siguiente presidente del país tendrá un gran rechazo por parte de un enorme número de peruanos.