LIVE STREAMING
Viviana Valcárcel, autora de "18 huecos". Photo: El Comercio
Viviana Valcárcel, autora de "18 huecos". Photo: El Comercio

18 huecos, la polémica y “durísima” obra de una artista peruana que ha provocado ardidas discusiones

Cuando la fotografía de la obra ganadora de un concurso de escultura se difundió, algunos críticos quisieron ver una reflexión sobre la precariedad. Otros, la…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Luto en Colombia

Piñatas para todos

Un latino en las estrellas

Un verdadero líder hispano

Embajador cultural latino

El G.O.A.T. llega a Fili

In Unison exposición

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Es difícil cuestionar cuando una obra de arte es “buena” o “mala”; de hecho, tanto como preguntarse si el arte siempre debe cumplir una función, atesorar un mensaje o su único objetivo es ese, “ser arte”. Lo que sí no es discutible es que cualquier obra artística que se precie debe provocar algún tipo de emoción en el observador; si no nos agarra de entraña, algo no va bien. 

Y en el caso de “18 huecos”, la obra de la peruana Viviana Balcázar premiada en el XXI concurso de escultura Premio IPAE, agarrar sí agarró, aunque a mucho de vejiga. 

La fotografía de esta escultura ganadora se hizo viral justo después de ser compartida en redes, cuando generó todo tipo de reacciones de los usuarios, que cuestionaron su “aspecto artístico”.

En ellas recreó dos ladrillos con un saliente en la cúspide y 18 huecos, de ahí el título. 

Si bien la artista explicó en sus redes que tomó la imagen en plena madrugada y a toda prisa, según recogió en exclusiva el diario peruano El Comercio, algunos críticos la calificaron de una obra que transmitía “una reflexión sobre la precariedad de nuestra forma de construir un país”.

Viviana Balcázar es una joven artista visual y plástica limeña cuya obra gira en torno al conocimiento de la ciudad a través de la arquitectura y su memoria colectiva. Además de explorar el entorno urbano y buscar nuevas formas de preservarlo y criticarlo.

Sin duda, 18 huecos es una obra vanguardista y valiente y, como el “buen” arte, ha conseguido hacer lo que parece impensable en tiempos pandémicos y de aborregamiento cultural, que un puñado de internautas desafíen a los críticos y reflexionen acerca del arte y sus muchas derivas.

Nos guste o no, hay más bocas abiertas que agujeros en el ladrillo que tanta polémica causó, si bien nace de una ardua reflexión. Porque la idea y el proceso lo son todo, y mágicamente, nada menos que ladrillo produce el mágico asombro o la indignación con la que han convivido artistas desde el revolucionario Duchamp al sorprendente Manzoni.

Se abre la veda: ¿qué es arte y qué no lo es?