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El fotógrafo mexicano Diego Huerta le muestra imágenes a una mujer huasteca potosina. Imagen: @diegohuertaphoto 

 
El fotógrafo mexicano Diego Huerta le muestra imágenes a una mujer huasteca potosina. Imagen: @diegohuertaphoto 

 

Diego Huerta: Enfoque indígena

Una travesía para capturar 31.000 ‘Retratos por la Paz’, llevó al fotógrafo Diego Huerta a descubrir la riqueza, y situación de rezago, que viven los pueblos…

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De presencia imponente y un estilo visual que demanda la atención de cualquiera, el archivo de imágenes tomadas por el fotógrafo mexicano Diego Huerta está dando la vuelta al mundo, capturando la admiración y curiosidad entre audiencias.

En los últimos años Huerta se ha dedicado a fotografiar  pueblos nativos en México que muestran el gran mosaico de diversidad existente a través del país, comunidades que desafortunadamente en gran parte están caracterizadas por condiciones de dispersión y rezago social.

Gracias a la experiencia que adquirió con otros proyectos como 31.000 “Retratos por la Paz”, “Oaxaca desde adentro”, “Los Pastores” y “El Pueblo de las Nubes”, Huerta vio con sus propios ojos la necesidad de crear una documentación que permita a futuras generaciones no solo de México, sino del mundo entero, seguir apreciando y valorando la importancia de los pueblos nativos.

“Me di cuenta que hay que capturarlos porque hay muchos pueblos que no tienen prácticamente ningún tipo de registro”, dijo Huerta. “Sobretodo en la parte norte, hay pueblos con menos de 50 personas. No tienen un registro de cuáles han sido sus tradiciones, cuáles han sido sus costumbres. Y eso es triste porque  lamentablemente están destinados a desaparecer”.

 

Fotografía capturada por Diego Huerta en la sierra Tarahumara ubicada al suroeste del estado de Chihuahua, de una Rarámuri en medio de la línea ferroviaria.
 

Fue por ello que comenzó “Nación Nativa”, un proyecto fotográfico que pretende compilar imágenes de más de 57 pueblos nativos de México, con el propósito de preservar y  valorar la riqueza de cada una de estas culturas, no solamente en México, sino a nivel global.

“Estos pueblos me han creado un interés por conocerlos a fondo, no solamente  como mexicano, sino más allá, como ser humano”, dijo el fotógrafo. “Cada pueblo tiene su historia, cada uno tiene su encanto. Y eso es lo que hace grandioso a este país, su diversidad”.

Sobre su técnica de fotografía, Huerta explicó que evita tomar fotos a diestro y siniestro. Al contrario, le gusta encontrar afinidad con las personas que están frente a su lente. Encontrar el momento y el lugar adecuado para retratarlos.

“A veces hay que cruzar montañas y lagos a pie, de día y de noche. Hay ocasiones en las que gastas toda tu energía para capturar un solo retrato. Pero al final del día, todo (el esfuerzo) vale la pena” Diego Huerta

Bailarines Zaachila danzando sobre las ruinas del último Imperio Zapoteco. Foto: Diego Huerta
 

“No busco capturar algo que está sucediendo al instante. Me gusta conocer el nombre de la persona, conocer su historia. Tener comunicación e intercambiar puntos de vista”, dijo Huerta. “De esta manera tengo una historia que contar”.

Es así que a través de un rostro, una expresión o una mirada enfoca cada una de sus imágenes. “Eso es lo que yo buscó. Que las personas se enamoren de esas culturas, de esa diversidad”,  agregó.

Sin embargo, dentro de la belleza de estos pueblos, que comúnmente pasa desapercibida, también se encuentra la cruda realidad de las muchas necesidades a las que las comunidades indígenas se enfrentan. Un rezago social que se remonta a la época de la colonia, y que ha mantenido a estos grupos al margen de la sociedad.

 

“Nación Nativa” es un proyecto fotográfico que pretende compilar imágenes de más de 57 pueblos nativos de México, con el propósito de preservar y  valorar la riqueza de cada una de estas culturas.
 

“La misma sociedad los ha hecho sentirse de esa manera. Realmente hay un rechazo, no solamente rechazo [por el mexicano] fuera de México. Es un rechazo hacia el mexicano en México, y eso es algo de lo que hay que  ser conscientes”, dijo Huerta. “Siempre que hablamos de racismo pensamos en Estados Unidos y pensamos en lo que hacen a nuestros paisanos. Pero aquí nadie habla del racismo que hay del mexicano hacia el mismo mexicano indígena”.

Con esto en mente, desde un inicio el fotógrafo ha tenido muy en claro el propósito de “Nación Nativa”: Lograr un proyecto que muestre la grandeza de los pueblos nativos.

“Que a nosotros mismos como sociedad nos haga valorar y nos haga respetarlos”, dijo Huerta. “Nos haga volver a verlos, no con una mirada crítica o  de rechazo, sino con una mirada de aceptación y de orgullo”.

Ya que las fotografías no llegan a él, sino que tiene que ir a buscarlas, Huerta se ha dado a la tarea de localizar las zona remotas donde se encuentra cada uno de estos pueblos, adentrándose en selvas, desiertos y documentando cada paso de su viaje.

 

“proud to be human” (orgulloso de ser humano), lee la imagen publicada en el Instagram del fotógrafo, sobre el grupo de Chichimecas Jonaz.
 

Y es que fotografiar cada uno de los momentos que forman parte de este proyecto ha significado viajar por México con recursos limitados que han salido de su propio bolsillo, incluyendo traslado, comida y hospedaje, muchas veces según cuenta, durmiendo en su propia tienda de campaña y adaptándose a todo tipo de condiciones.

“A veces se necesita cruzar montañas y lagos, caminas de noche y de día. Hay ocasiones en las que has invertido toda tu energía solo por capturar un solo retrato”, dijo Huerta. “Pero al final del día todo esto vale la pena”.

Originario de la ciudad de Monterrey, localizada en el estado mexicano de Nuevo León, Huerta se inició en la fotografía por accidente. A los 15 años salió de casa para mudarse a la Ciudad de México, no “por rebeldía” sino por “la necesidad de conocer cosas nuevas”.

 

Imagen de una Tehuana fotografiada en el área de Ixtepec. Foto: Diego Huerta
 

Su primera oportunidad de trabajo se dio en el diario Reforma, aunque no en el departamento de foto periodismo, sino en el de cobros.

“Yo pasaba la mayor parte del tiempo en el periódico tratando de aprender de todo. Observaba a muchos fotógrafos entrar y salir, sobre todo por las noches”, contó Huerta.

Fue así como aprendió las bases del fotoperiodismo, asistiendo a fotógrafos que cubrían la nota roja en la madrugada.

“Eran otros tiempo, no creo que actualmente permitan a un niño de 15 años andar con un fotógrafo de la nota roja a las dos de la mañana, pero tuve esa fortuna. Y fui aprendiendo simplemente de verlos”, agregó Huerta. 

Agregó que en su camino como fotógrafo ha aprendido a valorar lo que tiene y a darle sentido a su profesión.

Actualmente Huerta está llevando a cabo una campaña ‘Kickstarter’ para recaudar fondos que le permitan producir un libro, en inglés y en español, que  compile las decenas de fotografías que ha tomado.

 

A través de este proyecto espera crear una documentación que empodere a los pueblos nativos, y que, de lograr su publicación, pueda compartir con cada uno de los pueblos al menos un par de tomos para que ellos los guarden dentro de las instituciones que algunos tienen en sus comunidades.

“Que ellos mismo se puedan ver y que puedan sentirse orgullosos de sus raíces. Es hora de reconocerlos y darles el crédito que se merecen”, concluyó Huerta.

Para más información sobre “Nación Nativa” y para apoyar la campaña de Diego Huerta visite Kickstarter.

También puede seguir la cuenta Instagram @diegohuertaphoto y en Facebook.com/diegohuertaphotographer/.